miércoles, 5 de octubre de 2011

Sobre la educación en valores o el camino a la felicidad

http://ladobe.com.mx/2011/10/el-camino-a-la-felicidad-o-la-felicidad-como-camino/

Les comparto aquí a los lectores del blog mi columna de este miércoles en el portal Lado B. Espero resulte de su interés. Creo que es esencial repensar la educación valoral en la escuela en los tiempos que corren. Ya no más propuestas de enseñanza de códigos morales: eduquemos la libertad de los estudiantes.

domingo, 2 de octubre de 2011

Educación y crisis moral

por Martín López Calva

"El hecho inevitable es que estamos continuamente

haciendo juicios de valor, o sea, conociendo valores

y viviendo nuestras vidas sobre las bases de estos

valores. Distinguimos entre buenas y malas escuelas,

buenas y malas políticas, políticos honestos y deshonestos,

buenas y malas acciones. Funcionamos en sociedad

con base en estos valores…”

(Cronin, 2006; p. 5)





Desde hace algunas semanas varios analistas de la realidad nacional han dedicado sus columnas periodísticas al tema de la crisis moral que subyace a la situación de violencia que está apoderándose de gran parte de nuestro país.



El tema es polémico puesto que el hablar de moral parece para algunos –con visión científica positivista- cuestión de simple “literatura” y para otros –con perspectiva sociológica de izquierda- puede convertirse en una manera de justificar el estado de cosas y relevar de su responsabilidad a las autoridades encargadas de proporcionarnos seguridad.



Sin embargo considero necesario que los ciudadanos y los actores de la educación reflexionemos sobre esta dimensión de la realidad en que vivimos, porque me parece que es la raíz más profunda y difícil de revertir de esta espiral de muerte que azota al país de manera creciente.



Porque como afirma la cita que aparece al inicio de este artículo, es un hecho inevitable que los seres humanos hacemos juicios de valor y esto implica que conocemos ciertos valores y vivimos conforme a ellos nuestra existencia individual y social.



“…Distinguimos entre buenas y malas acciones…” menciona la cita y el problema en que estamos involucrados los mexicanos de esta segunda década del siglo XXI; tiene que ver con que nuestra sociedad parece estar perdiendo la capacidad de distinguir estas cuestiones que son fundamentales para vivir una vida y construir una sociedad que puedan calificarse como humanas.



En efecto, si bien resulta innegable que en la situación actual, la violencia y el crimen tienen que ver con acciones particulares de individuos que podríamos considerar como “malas personas”, es evidente que no puede explicarse únicamente desde esta perspectiva particular o estadística.



También es cierto que la situación actual que vive México tiene que ver con una severa crisis institucional que ha deformado las dinámicas de interacción social, las estructuras policíacas, el sistema de justicia, la forma de legislar y aplicar las leyes, las políticas públicas y su forma de operar y todo el sistema social en el que predominan la impunidad, la corrupción y los intereses particulares y de grupo o partido por encima del bienestar de la sociedad.



Esta crisis institucional es una explicación más amplia y pertinente pero no agota los elementos o niveles de análisis para comprender en toda su complejidad la situación que estamos viviendo.



Es necesario también caer en la cuenta de que como afirma el intelectual francés Edgar Morin entre muchos otros autores, estamos viviendo además de una crisis institucional una profunda crisis moral que exige una reforma ética de largo aliento.



Esto no significa que como dicen algunos, “se hayan perdido los valores”, porque los valores no están en la realidad externa, no son algo que podamos perder y “recuperar” o “rescatar” del pasado o de algún lugar misterioso en el que están depositados. Los valores se construyen en las interacciones que realizamos con el mundo natural, con los objetos construidos, con los demás seres humanos, con la sociedad toda y con la especie humana a partir de los juicios de valor que hacemos.



Hay muchos signos de que estas interacciones se han distorsionado y de que nuestra sociedad ha perdido la capacidad de distinguir entre “buenas y malas acciones…” pues incluso empieza a percibir como “natural” o lógica la resolución violenta –verbal o física- de los conflictos y diferencias.



El sistema educativo tendría que asumir su responsabilidad en esta crisis moral y empezar a establecer políticas que comiencen a crear una nueva conciencia moral en los estudiantes. Una conciencia capaz de distinguir entre “lo humano y lo inhumano” en nuestro contexto de cambio de época, una conciencia capacitada para hacer buenos juicios de valor que resuelvan las diferencias a través del diálogo y el respecto activo. Una conciencia capaz de conmoverse con el sufrimiento que genera la violencia y de manifestarse pacíficamente a favor de la paz.



Solamente así podremos reformar las instituciones y lograr que la crisis estructural que reproduce la violencia pueda ser revertida.

Artículo Publicado en: Puebla on line. Miércoles 260911



Políticas públicas y calidad educativa: de la operación a la cooperación

27 septiembre, 2011
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Martín López Calva*

Los días 22 y 23 de este mes de septiembre, tuvo lugar en la Ibero Puebla el 2º Congreso Estatal de Educación: “Modelos, enfoques y políticas educativas para el siglo XXI” coorganizado por el Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación de Puebla y la Universidad Iberoamericana.



Una de las conferencias magistrales estuvo a cargo del Dr. Carlos Muñoz Izquierdo, connotado investigador educativo de prestigio nacional e internacional. La conferencia titulada: “Resultados de las políticas educativas que se han implementado en México desde el siglo XX, y características de las que actualmente son necesarias” presentó un análisis muy completo de las políticas públicas que el Estado mexicano ha puesto en marcha para la mejora de la calidad educativa, con resultados que resultan profundamente preocupantes.



La presentación partió de tres condiciones indispensables para que el sistema educativo tenga un funcionamiento eficaz y equitativo. Estas condiciones son: Equidad oportunidades de acceso, equidad de oportunidades de permanencia evitando retrasos en el aprendizaje y equidad de oportunidades de conclusión de cada ciclo escolar en los tiempos establecidos y habiendo obtenido las competencias indispensables para el futuro desempeño de los roles sociales en que se encontrarán los alumnos en el futuro.



Los resultados muestran que existe una gran inequidad en el ingreso, permanencia y egreso de los estudiantes de distintas regiones del país. Por ejemplo, en el año 2000, el porcentaje de población analfabeta entre 25 y 30 años de edad era en el Distrito Federal del 1% mientras en Chiapas era del 16% y la población del mismo rango de edad que no terminó la primaria era en el Distrito Federal de 3.6% y en Chiapas del 24.2%.



Los datos dicen además, que si bien la cobertura educativa se ha venido incrementando, la exclusión del sistema educativo es muy alta entre la población de niños que se encuentran en situación de “pobreza alimentaria”. Para el año 2010, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) mostraba que el nivel de exclusión era del 25.5% para la cohorte de 6 a 11 años de edad, de 39.2% para la de 12 a 14 años, y 47.6% para la cohorte de 15 a 17 años.



Además de ello, como es bien sabido, los resultados de los niños y adolescentes mexicanos en la prueba internacional PISA, diseñada por la OECD, muestra que el porcentaje de estudiantes con un nivel inferior al mínimo requerido es de un 60.2% para el caso de Ciencias, un 55.4% para Lectura y un 65% en Matemáticas.



A partir de estos datos, que muestran un alto nivel de ineficacia y de inequidad en nuestro sistema educativo, el investigador presentó un análisis de algunas políticas públicas instrumentadas en las últimas décadas como: Enciclomedia, útiles escolares, Carrera magisterial, Oportunidades, Escuelas de calidad (PEC) y Auxiliares didácticos.



Las conclusiones afirman que todas estas políticas han mostrado resultados muy pobres en cuanto a la mejora de los resultados del desempeño de los estudiantes principalmente por su dispersión, es decir, porque todos ellos han sido diseñados y aplicados de manera desarticulada, además de que no muestran haber sido instrumentados de una manera racionalmente planificada sino más bien aleatoria.



La combinación de varios de estos programas de manera simultánea ha mostrado eficacia en el incremento del desempeño de los estudiantes pero a un costo económico que parece muy alto, además de que esta combinación de políticas no ha sido instrumentada en las regiones de mayo marginalidad.



A partir de lo presentado en esta conferencia, se puede concluir que el problema de ineficacia y de inequidad de nuestro sistema educativo no está siendo provocado por una falta de inversión ni por carencia de políticas públicas dirigidas hacia la mejora sino por la falta de planeación y articulación de estas políticas e inversiones, es decir, por la operación aislada de programas y la falta de una visión de conjunto en el diseño y aplicación de los mismos.



Ante esto resulta indispensable una reflexión acerca de los factores que pueden llevar a nuestro sistema educativo a pasar de la operación desarticulada a la cooperación interdisciplinaria e interinstitucional que pueda lograr que las políticas y programas tengan el impacto que nuestros educandos merecen y el país necesita con urgencia si quiere salir de la crisis estructural en la que se encuentra.

*Publicado en mi columna: Educación Personalizante en el portal Lado B. Miércoles 280911



Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...