domingo, 28 de febrero de 2016

XLIII.-Needs y wants: ¿podrá la escuela contra el consumismo?



      *Fragmento de unos textos que dan cuenta de mi experiencia la primera vez que tuvimos la oportunidad de vivir en Boston, en el año académico 1997-1998.    

            Caminábamos por el campus de Cornell, Paulina y Mariana iban recogiendo piedras, hojas, todo lo que ellas consideraban podría ser valioso para su colección de “tesoros”. De pronto Pau empezó a decirme que una compañerita de ella si la viera le diría que esos no son tesoros porque no es dinero, porque ella dice que solamente el dinero es un tesoro. Por allí empezó a derivar la plática, Paulina me decía que para ella “una simple piedra” puede ser un tesoro, Mariana añadió que para ella sus papás y su hermana eran un tesoro.
            Platicamos sobre eso y yo trataba de explicarles que tenían razón, que nuestros tesoros dependen del valor que nuestro corazón les asigne y no tanto de lo que valgan en dinero, en eso Mariana nos dijo: “el otro día en la escuela hablamos de la diferencia entre needs y wants y sobre lo que son realmente needs y lo que solamente son wants pero que no son indispensables para vivir. Muchos dijeron acerca de needs como la comida, la ropa, uno dijo que el dinero pero Mrs. Harmmon le dijo que esa no era una need porque podrías sobrevivir sin dinero si tuvieras comida, casa y ropa,...yo les dije que una need es: `somebody who loves you´”.
            La conversación me dejó pensando...me encantó hasta conmoverme ver el enorme corazón de las dos y su gran capacidad de asombro y de disfrute de lo más sencillo, me pregunté cómo habíamos podido hacer para que ellas lo desarrollaran o si sería algo que no ha dependido de nosotros sino de otras circunstancias, me pregunté también como fomentar y reforzar más eso...
            Me quedó resonando ese: “para mí, una simple piedra puede ser un tesoro”. Me quedó muy hondamente grabado ese: “somebody who loves you” como una auténtica necesidad para Mariana mientras su compañero contestaba: “money” a la misma pregunta y defendía su posición porque para él el dinero sirve para comprar todo lo que se necesita.
            Pero además me dio mucho gusto que en una escuela de este país fundado en el consumo y el consumismo se esté trabajando esta dimensión de reflexión en los niños para hacerlos distinguir entre lo que se necesita y lo que es simplemente gusto o capricho. Me dio mucho gusto pensar que quizá las nuevas generaciones puedan ser más reflexivas y mesuradas ante este desenfrenado hábito de consumir que consume a esta sociedad, me alegró porque he visto cómo están además trabajando la dimensión afectiva de los niños y esta dimensión es importantísima para no caer inconsciente y mecánicamente en las redes de la publicidad y la cultura de la imagen.
            Sin embargo me quedé pensando también qué tanto puede hacer la escuela ante esto si la casa no trabaja estas dimensiones, si los niños viven en un mundo de anuncios, de ofertas grandiosas cada sábado, de compra, venta, cambio, desecho. ¿Cuánto podrá hacer la educación formal ante esto? Quizá sea un misterio, quizá sea muy poco, pero es muy esperanzador ver de qué maneras tan creativas y conscientes lo están intentando. Al menos a Mariana, le dejó una huella.

Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...