lunes, 6 de mayo de 2013

ACEQUIAS DE ESPERANZA PARA INUNDAR EL DESIERTO CON LA PALABRA




            Antes que nada agradezco esta nueva forma de hospitalidad de Acequias y sus editores al invitarme a presentar un libro que nace de esta revista que siempre ha abierto sus puertas y ventanas a lo que me he atrevido a proponer. La hospitalidad básica de todo medio de comunicación es precisamente esta apertura a escuchar, analizar y decir de manera multiplicadora la palabra de los que se acercan deseosos de decir algo. Acequias ha sido siempre en ese sentido, hospitalaria y calurosa conmigo, como espejo fiel de la personalidad de su editora y de los miembros de su consejo editorial. Gracias pues, por este nuevo espacio.
            Acequias propone, haciendo memoria de sus siete años de historia, un libro de ensayos sobre Educación que es un mosaico variado y colorido que refleja muy acertadamente la vocación fundamental con la que, al menos desde la perspectiva de un lector asiduo como yo,  nació esta revista que ahora a través de sus compilaciones en forma de libros como : de Acequias de cuento, Acequias de  poesía y ahora Acequias de ensayo: Educación, parece convertirse como en una especie de sello o identidad editorial de la Universidad Iberoamericana Torreón.
            Desde su nombre, el sello acequias indica su finalidad: ser un canal por el cual se inunde el desierto de este horizonte confuso y a veces ininteligible del cambio de época en que vivimos, del agua de la palabra y la inteligencia que brota de la vocación universitaria fundada en los principios del humanismo de inspiración cristiano-ignaciana que inspiran el modelo de la UIA.
            Fiel a este nombre que marca su identidad, Acequias ha venido creciendo en esta vocación que la hace ser un espacio refrescante y vital en el panorama de las revistas universitarias que oscilan a veces entre el academicismo pretencioso y aburrido y la trivialidad disfrazada de actualidad y cercanía a los lectores. En efecto, Acequias da cuenta en este libro de esa vitalidad que la caracteriza y que la hace plantear en cada número una muestra variada de pensamiento y sentimiento que equilibran el rigor intelectual y la claridad, la formalidad académica y la preocupación por el lenguaje adecuado y aún expresado con belleza.
            Acequias es un canal, o una red de canales que tienen varias dimensiones que trataré de presentar ahora, al hacer un recorrido por el libro que ahora se presenta.
            1.-Acequias de diálogo (s):

            “…Y ya me nace la palabra hombre/y el prodigio de ser hasta el zapato/ de puro estar cambiando el universo/ creyéndome y creyendo..:”

            En primer lugar este libro refleja esta red de canales de diálogo que ha sido y sigue siendo Acequias: diálogo entre distintas aproximaciones disciplinares, diálogo entre la ciencia, la Filosofía y la Literatura, diálogo entre la Fe y la Cultura, diálogo entre la perspectiva ignaciana de la educación y del mundo y la realidad educativa actual…
            En este libro de ensayos nos encontramos ejemplos de estos distintos diálogos. En primer lugar, aparece una preocupación central de Acequias que tiene que ver con la Educación desde la perspectiva de,  o fundada en,  el modelo educativo ignaciano. El diálogo entre la perspectiva ignaciana de ver la realidad y la educación en distintos niveles aparece claramente, desde la visión estructural de David Fernández S.J. y sus “diez apuestas de la Universidad de la Compañía de Jesús en el mundo actual”, hasta la reflexión sociológica  de Edgar Salinas que plantea el reto de las universidades jesuitas a 25 años de la congregación 32 y su compromiso al “servicio de la Fe y la promoción de la justicia” o el texto donde Marco Antonio Bran S.J. que busca explorar el significado de la Educación integral desde el paradigma ignaciano o en el nivel del aula en el artículo de Elba Noemí Gomez y Adrián Castañeda donde se presenta la propuesta de la Pedagogía Ignaciana, - tan debatida como afirma David Fernández en su texto, desde mi punto de vista, polémica más en su nombre que en su propuesta, presente en las búsquedas de todas nuestras universidades del Sistema Universitario Jesuita- , como una “propuesta humanista para el cambio”. Otra muestra de este diálogo es el artículo: “Ser contemplativos en la acción docente”, de Ana María Urdapilleta.
            Acequias de diálogo entre la fe y la cultura muy presente en el artículo de Rafael de Regil sobre una posible relación entre Educación y Religión, que desde una perspectiva muy inspiradora y llena de retos, plantea como esencial en una educación humanista a partir de la concepción del ser humano como misterio.
            Acequias de diálogo entre disciplinas, donde presenciamos el aporte teológico del mismo De Regil, al lado de la reflexión sólida y agudamente filosófica de Luis Armando Aguilar Sahagún quien plantea elementos muy esclarecedores para desentrañar el significado de la “recuperación de la experiencia como problema filosófico” a partir del proceso vivido en el doctorado en Filosofía de la Educación del ITESO, o los artículos de índole más pedagógica o filosófico-educativa como : “no desearás la docencia de tu prójimo” o “Cambiar de clima el corazón”, donde un servidor trata de aportar algunos elementos para pensar la docencia y la tutoría desde una perspectiva humanista, sustentada sobre todo en el enfoque de Bernard Lonergan S.J. que es sin duda una perspectiva humanista ignaciana que dialoga con las ya descritas anteriormente. Diálogo interdisciplinar que hace que, aunque haya un eje en torno a lo educativo a lo largo de todo el libro, se planteen reflexiones desde el aporte del cine (Luis García Orso S.J.) o la reflexión sobre la televisión en la educación y sobre nuestra educación como televidentes y consumidores de medios audiovisuales en general (Renata Chapa: Un asedio a la telebasura y Laura Orellana: “¿Eres un analfabeta audiovisual?), la reflexión del Derecho y la necesidad de una formación que vea lo jurídico desde una perspectiva crítica y relacionada con la realidad (Jaime Maravilla: “El Derecho no es letra muerta”) o una perspectiva ignaciana de la enseñanza de las Matemáticas en la que Ricardo Coronado presenta y analiza el valor de la propuesta de José Luis Moreno Aranda S.J. para una enseñanza de matemáticas desde la pedagogía ignaciana y no sustentada en temas o contenidos sino en niveles de abstracción del educando, propuesta por demás pertinente y actual en el contexto de reformas curriculares del sistema universitario jesuita y en medio de las tendencias hacia una educación centrada en el aprendizaje y en el alumno, que predominan hoy en el discurso pedagógico.
            Diálogo entre disciplinas que piensan y se piensan a la luz de la Educación que necesita el cambio de época y que brindan una visión complementaria de los retos que hay que enfrentar y las líneas que hay que ir construyendo para volver pertinente el proceso educativo para enfrentar y transformar la realidad.
            Acequias de diálogo entre la docencia y la investigación, en artículos como el  de Silvia Schmelkes que reflexiona sobre las características y exigencias que debe enfrentar una “Universidad que investiga” y la muy interesante reflexión de Ana María Urdapilleta que explora todas las posibles maneras de entender la vinculación docencia-investigación (investigación para la docencia, el docente como investigador, la investigación como docencia, la docencia como investigación).
            Acequias de diálogo entre la realidad educativa actual y sus propuestas de renovación como la Educación centrada en competencias que explora la Dra. Yolanda Argudín en su texto, frente al modelo educativo ignaciano que se presenta en los textos citados líneas arriba.
            Diálogo que trasciende este libro y que se muestra en la conversación entre Acequias de cuento, Acequias de poesía y Acequias de ensayo, como esa Acequia de diálogo y enriquecimiento mutuo entre la literatura y las disciplinas teóricas, que tiene algunas muestras hacia dentro de ensayos como el del mismo David Fernández incorporando a Sábato o los de quien esto escribe, tomando trozos simbólicos de Benedetti, Lizalde, Novo o Paz para decir lo que a veces solamente la poesía sabe decir.
            Acequias de diálogo: canales que inundan de conversación inteligente el desierto de palabras huecas y gastadas en que parece vivir a veces la universidad y el país en que vivimos y al que pretende servir la universidad.

            2.-Acequias de pensamiento (s)

            “Pero ocurre que a veces/ a veces porque sí/ por primavera…/ me vuelvo inteligente, solidario/ sé de pronto quién soy/ y dónde piso…”

            Acequias de pensamiento que trata de acercarse a la realidad y comprender su compleja forma actual en la posmodernidad y los problemas de las universidades en el mundo actual (Leonor Paulina Domínguez), Acequias de pensamiento que se adentra en el cambio de siglo y milenio a través de las reflexiones de Martha Velda Hernández –“El cambio de siglo: cultura y educación”- y de Juan Manuel Torres Vega –“Quédate , porque cae la tarde, un siglo termina”, en los que desde una revisión de aproximaciones teóricas que tratan de explicar esta transición histórica y sus problemas como el de la llamada “sociedad dual” y la necesidad de impulsar cambios en la cultura por medio de la educación o a través de una bella reflexión testimonial que culmina con un mensaje de esperanza en el futuro, el pensamiento trae posibilidades de vida renovada a través de la búsqueda del sentido de este proceso histórico.
            Acequias de pensamiento esperanzado o de esperanza fundada en el pensamiento, Acequias que se abren como las venas que pueden oxigenar el panorama asfixiado por la rutina, el exceso de información inconexa, la falta de herramientas para explorar esta información y la prisa por vivir sin pensar, por sobrevivir sin reflexionar, vidas que precisamente por esta falta de reflexión sobre sí mismas, como afirmaba Aristóteles, no valen la pena de ser vividas.
            3.-Acequias de utopía (s)
            “Se me viene un pasado a la memoria / y me nace un futuro en la garganta…”
                       
            Acequias de utopías en un mundo carente de utopías, acequias que persiguen con su cauce rebosante de palabras y de pensamiento, la construcción de nuevas utopías, entendidas no como lugares ideales o sistemas perfectos sino como formas de caminar la vida tratando de humanizarla y de construir la justicia, formas de vivir recordando, conservando la memoria, hasta que, como decía Rosario Castellanos, “La justicia se siente entre nosotros…”
            Acequias de utopías que se comunican por contagio, porque al leer los veintidós ensayos que componen el libro, el lector descubre como hilo conductor o vaso comunicante entre los textos y los autores, la existencia de una utopía que se contagia por las palabras y se respira a través de las vidas que están escribiéndose detrás de las palabras.
            Utopías que se caminan, se sufren, se trabajan, se sudan, se lloran y se ríen en el día a día de una universidad que a pesar de los “tiempos difíciles” que “como a todos los hombres” nos ha tocado vivir (Borges), sigue creyendo que “otro mundo es posible” y que ese otro mundo no es un punto de llegada sino una forma de estar en el mundo.
            Acequias de utopías que pretenden restaurar la confianza en la palabra, en la Filosofía, en la Educación como vehículo privilegiado para la humanización, el cambio de cultura, “el servicio de la fe y la promoción de la justicia”, la confianza en la universidad que busca dejar de ser “parte del problema” y empezar a convertirse, poco a poco, en parte de la solución a las desigualdades y las contradicciones del mundo globalizado que tienen su principal tragedia, en la “desvalorización que el ser humano hace de sí mismo y que es el camino hacia el sometimiento y la masificación” según afirma Sábato en el artículo de David Fernández.
            Acequias de utopías compartidas en una comunidad de maestros y alumnos, de investigadores y directivos, en una red universitaria que camina en solidaridad a pesar de sus contradicciones y que sigue refrendando su deseo de ser un sistema educativo de la Compañía de Jesús en México. Sistema en el que todas las partes son interdependientes y van constituyendo el proyecto común, educativo porque más allá de la Educación cooptada por el mercado y convertida en un servicio que se posee y se paga por poseer, hay una visión del desarrollo humano y social que promover al estilo y desde la inspiración y la misión de la Compañía de Jesús y con una sólida visión del país en el que estamos y del país que queremos colaborar a construir.

            4.-Acequias de acequias

            “…Y voy matando sombras/ degollando/ muñecos de aserrín que dicen dónde/ dónde os lleva este sufrir sufriendo/ y hasta cuando…/ que todo el aire es canto / y voy cantando…”

            Acequias de Acequias, es decir, canal de canales que se extienden hacia todo el que quiera acercarse a beber, a refrescarse, a dejarse inundar por el diálogo, el pensamiento, la reflexión, la utopía. Canal de canales que se bifurcan para abarcar muchas perspectivas teóricas y práxicas, múltiples formas de entender la realidad educativa, muy variadas maneras de interpretar y abrir líneas de operativización de una propuesta educativa retadora, apasionante, ligada desde lo más hondo al proyecto existencial de muchas personas que, como los autores de los artículos que componen el libro y de los que sin estar en el libro son parte de esta historia de Acequias, de muchos lectores y lectoras de la revista y lectores y lectoras de este libro que hoy se ofrece a dialogar y a dialogarse con el que quiera abrirlo y abrirse ante su contenido, van caminando su vida con la esperanza de que el ser humano es actor de la historia y puede y debe influir en la transformación de la historia para ir haciendo realidad, de manera progresiva y limitada, pero firme y llena de esperanza, la humanización de la humanidad que está llamada a la trascendencia.
            Acequias de acequias que quieren inundar y volver fértil cualquier terreno humano que pueda ser digno de reflexión, en una dirección que no es lineal sino llena de ciclos, de cambios de dirección y de sentidos nuevos, porque como dice Jaime Muñoz en la presentación, ninguno de los textos que componen el libro fue pensado ni existe como una reflexión acabada y cerrada sino como un disparador, como un pretexto sugerente que “catapulte” nuevas reflexiones, que haga surgir preguntas, que mueva a la crítica y a la recreación de sus contenidos y sobre todo de sus búsquedas.

            5.-Acequias de esperanza.

            “…pateando la tristeza/ alborotando/ dando mi piel caliente/ mis dos manos/ ese soy yo vega una copa y cante..:”

            Acequias de esperanza inteligente y crítica, de esperanza que lleva al compromiso y hace caminar a quien la experimenta. Acequias de esperanza que se organiza en la universidad y se trata de comunicar, de investigar, de interpretar, de llevar a la sociedad desesperanzada que a veces ya no busca ni espera nada, pero que en el fondo sigue esperando alguna mínima esperanza.
            Acequias de esperanza que se nutre de la realidad y que se dirige hacia la realidad para transformarla en una realidad más propicia para la vivencia de lo humano, para la equidad, para la armonía con la naturaleza, para la democracia con justicia, para el conocimiento que promueve desarrollo humano, para la pluralidad que construye comunidad desde una búsqueda ética, para la construcción de calidad de vida para todos y de una visión que nos abra a la pregunta y a la experiencia de relación profunda con la trascendencia.
            Acequias de esperanza que persigue inundar el desierto con la palabra, con la palabra que procede de una universidad como la Ibero, que cree profundamente en la palabra que se encarnó y vivió y vive con nosotros, que vive en la esperanza de que la palabra pueda ir dando significado a la existencia personal y colectiva, que buscar compasivamente y con amor desinteresado comunicar esta palabra a todos los que tengan oídos abiertos para escucharla.
            Por eso vale la pena acercarse a este libro. Por eso vale la pena volverse cómplice de Acequias, buscar ser Acequias para los demás y repetir con Constantini: “…Y entonces sí, /entonces sí, compadre, resucito/ siento mis pies que pisan y prometen/…y salgo a caminar con tanta vida/ con tanta cosa ardiente aquí en el pecho.”[1]

 Presentación del libro-compilación de artículos de la revista Acequias de la UIA Laguna, por ahí del año 2004:


Varios autores. (2004). Acequias de ensayos. Educación. Universidad Iberoamericana Torreón. Torreón.




[1] Humberto Constantini: “Suele suceder”

Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...