lunes, 8 de octubre de 2012

"ANDO BUSCÁNDOLA EN JAPÓN, ANDO BUSCÁNDOLA EN NUEVA YORK ... ANDO MUY PERDIDO ... " la calidad educativa como formación integral para el cambio de época

 

*Un artículo muy viejito y divertido sobre la formación integral. Lo escribí para un congreso de escuelas de Nutrición que se realizó en Monterrey y se publicó pero ya no recuerdo en qué revista. ¿Sería Magistralis?

I.-INTRODUCCIÓN: EL CONTEXTO.

A.-"...... Y HOY RESULTA QUE NO SOY DE LA ESTATURA DE TU VIDA...": LAS EXIGENCIAS DEL SISTEMA.

A descubrimiento del agua tibia o del hilo negro puede sonar la afirmación de que el contexto de nuestra educación en este fin de siglo y de milenio es un contexto de cambios acelerados, múltiples y profundos, un contexto de transición, un contexto de crisis. Si la sociedad está en crisis de empobrecimiento, de superviviencia, de fragmentación, si la cultura está en crisis de sentido, de futuro, de utopías, si en síntesis, es la humanidad entera la que está en crisis, la educación está necesariamente inmersa, como generadora y/o como consecuencia, en esta profunda crisis.
Verdad de perogrullo es también decir que "la educación en general y los educadores en particular, deben cambiar lo más pronto posible si es que quieren sobrevivir al mundo moderno, a la apertura de los mercados, a las exigencias de calidad y competitividad dela sociedad" y todos los etcétera que seguramente leemos, escuchamos, vemos y experimentamos a diario en todos los ámbitos y por todos los medios.
El problema no está en convencernos de que hay que cambiar, que de eso estamos plenamente convencidos. El problema auténtico es el análisis crítico y riguroso del tipo de cambio que se está gestando en nuestra educación y de la pertinencia humana y social de este tipo de cambio. El cambio es necesario pero no cualquier tipo de cambio sino un cambio que lleve a la construcción de una educación que contribuya a la gestación del  cambio de época del que ya hablan algunos. El cambio es inevitable, pero es necesario reflexionar sobre el sentido del cambio. Se habla mucho hoy de cambiar, se habla de cómo cambiar o en qué hacerlo , sin embargo no es frecuente escuchar hablar del “para qué” de este cambio, del “hacia dónde” de la transformación que la sociedad le está pidiendo. “Para llegar a tiempo a ningún lado, aprieto el paso...” dice Nicanor Parra en un poema, para llegar a tiempo a “la modernidad”, la “globalización”, la “era de la información” pero sin saber qué significa esto, para llegar a tiempo a ningún lado, el sistema educativo aprieta el paso y nos exige cambiar.
Porque pareciera que el sistema que rige la vida de nuestro país, sistema también en crisis y en transición, le está diciendo a las escuelas y  universidades que "ya no son de la estatura de su vida...", que ya no responden al "México moderno y progresista", al "México de la OCDE y el TLC", al México que ya está a "un paso" – siempre a un paso que nunca llega- de ingresar al "primer mundo" . Porque pareciera que al decir esto, al sistema "casi casi se le olvida ... que hay un pacto entre los dos..."
En efecto, el sistema educativo posrevolucionario, sirvió históricamente al estado mexicano, al sistema, para ir generando la cultura de la identidad nacional, la cultura de los logros sociales, la cultura de la reforma agraria, la cultura del corporativismo, en una palabra, la educación en general, y la educación superior en particular, con su modelo político-burocrático hoy pasado de moda, han respondido en este siglo a las exigencias del horizonte geopolítico en el que se movían el mundo y el país. (Díaz Barriga, 1995).
Posteriormente, con la decadencia de este horizonte geopolítico y la llegada del horizonte geoeconómico tras la caída del muro de Berlín y el socialismo real y la entronización de la economía de mercado y el sistema neoliberal, se ha respondido en México- siempre un poco tarde- con la caída de los políticos tradicionales y la llegada al poder de los economistas posgraduados formados por este sistema los llamados "tecnócratas"-, es en esta transición cuando la educación empieza a ser disfuncional a las necesidades del nuevo sistema. Es entonces cuando surgen las exigencias de transformación, las exigencias de "modernización" –que es en el fondo integración al sistema neoliberal-, las exigencias de romper las viejas y ciertamente viciadas estructuras educativas del modelo geopolítico para adecuarse al mundo de hoy, es decir, al horizonte geoeconómico actual.
            Ahora, tras la caída del sistema político priísta y la vivencia de una alternancia en el poder federal, seguramente habrá nuevos cambios y políticas distintas en materia educativa. ¿Cuál es ese cambio que nos espera? ¿Cómo es el cambio del que tanto se habló en las campañas y por el cual votaron la mayoría de los electores?
            El futuro es incierto, como dice muy bien Jesús Silva Herzog Márquez en un artículo reciente (2000): “El futuro ya no es como antes era”, hoy no podemos predecir lo que sucederá en el nuevo sexenio con tanta precisión cíclica como lo podíamos hacer durante los sexenio de presidencia priísta imperial.(Krauze, 1999). Sin embargo, independientemente del matiz que le imprima el nuevo gobierno Foxista, es indudable que el horizonte mundial sigue siendo geoeconómico: el reino de la eonomía de mercado y de la globalización no es algo que sea optativo o que haya dependido exclusivamente de los tres últimos presidentes mexicanos. Estamos en un contexto mundial en el que la Economía se erige como modelo y el “pensamiento único “ se nos impone como LA FORMA de explicar la realidad.
Veamos algunos elementos del contexto de este horizonte geoeconómico que muestra ya signos de decadencia pero aún es el dominante en nuestro mundo y por ello, sigue presionando al “cambio” a nuestros sistemas educativos:

1° El tratado de libre comercio con EEUU y Canadá contempla en pocos años (Marúm, 1996) el libre tránsito de profesionistas para trabajar entre un país y otro, y obliga a cada país a exigir exactamente las mismas condiciones a los nacionales y a los extranjeros para poder ejercer la profesión en su territorio. En este aspecto, como en muchísimos otros, México tiene una gran desventaja ya que es el único que otorga una cédula profesional definitiva y de por vida a cualquier profesionista que cumpla con requisitos relativamente sencillos, mientras que los otros dos países exigen exámenes muy rigurosos y otorgan licencias para el ejercicio profesional que tienen que ser renovadas periódicamente mediante la aprobación de otros exámenes.
Este acuerdo asimétrico, tiene a nuestro sistema educativo instrumentando a pasos acelerados nuevos procedimientos de evaluación y certificación personal e institucional a través de CENEVAL (Gago, 1995), procedimientos que hoy son voluntarios pero que serán muy pronto indispensables y afectarán a nuestros estudiantes y egresados y a nuestras instituciones y profesores. La llamada “cultura de la evaluación” junto con la “cultura de la certificación” han llegado para quedarse a nuestro sistema educativo en todos los niveles y empiezan a permear a nuestras instituciones.
2° El ingreso de México a la OCDE- "club de países ricos"- añade una exigencia de superación más sutil pero igualmente importante. México es el país con los estándares educativos más bajos de este organismo. Según U-2000 (26 de Feb. de 96), mientras Canadá otorga el 2.6% de su PIB a educación superior y atiende al 65.1 % de su población entre 15 y 24 años o Estados Unidos otorga el mismo porcentaje y atiende al 63%, México destina el 0.58 % del PIB a educación superior y atiende al 15.2% de su población en esta edad. Resulta contradictorio que México invierta mayor cantidad de recursos que Suiza o Japón a educación y que sin embargo, solamente logre atender a este 15.2% de sus jóvenes en educación superior. Aunque estos datos son del 96, en los últimos años de este sexenio se ha continuado con el decremento en términos reales de apoyo a la educación y muy marcadamente a educación superior.
3º. Las exigencias derivadas de este contexto mundial han ido poco a poco permeando a nuestras instituciones educativas que empiezan hoy a cambiar conflictiva pero aceleradamente hacia el modelo geoeconómico. Estas exigencias son las de un mundo globalizado, tecnológico, computarizado, centrado en el mercado y el consumo,  que piden a la educación enfatizar sus esfuerzos en la productividad, la competitividad, la calidad total, las habilidades y el liderazgo- entendidos en su sentido instrumental-,   la práctica     y en el caso de la educación media y superior, la relación con la empresa.
4º. La educación basada en competencias –originalmente llamada “en normas de competencia”- es el resultado de este horizonte en el que el saber práctico, el saber hacer, se privilegia por encima de todas las demás formas de saber que deberían estar presentes de manera integrada en las escuelas y universidades. Si bien el concepto de competencias ha ido evolucionando y tiene ahora un sentido más amplio llegando incluso a hablarse de “competencias afectivas o emocionales”, la orientación básica, la filosofía de fondo parece tener el riesgo de acentuar de tal manera el saber práctico y el pragmatismo en la educación que nos olvidemos de la dimensión lúdica del saber, de la dimensión estética del saber, de la gratuidad del saber porque se quiere saber y entender el mundo más allá de necesidades prácticas, de la importancia del saber teórico como base de una cosmovisión que se tiene que ir formando en cada estudiante.
Estas exigencias son las que tienen a nuestras universidades preocupadas por la "calidad académica"- ¡oh, concepto mágico!- pero "buscándola en Japón y en Nueva York". Estas exigencias son las que hacen que nuestras universidades "anden muy perdidas", desde mi punto de vista, porque ponen el acento de la búsqueda en “donde parece haber luz”, aunque no sea el lugar donde se encuentra aquello que andamos buscando. Estas exigencias son las que nos quieren vender-y algunos ya la compraron-una "receta de fast food" para la calidad educativa.



B.- "SE TE OLVIDA QUE ME QUIERES A PESAR DE LO QUE DICES...": LAS EXIGENCIAS DE LA SOCIEDAD EMERGENTE.

Sin embargo, la realidad parece indicar que el cambio no va por esta receta y que la calidad educativa no anda por "Japón o Nueva York". Los datos, las evidencias, la crisis que no acaba de terminar, el "efecto tequila" que perdura como "cruda" internacional, la creciente desigualdad entre personas y países ricos y pobres (Gorostiaga, 1995), la ínfima calidad de vida de millones de personas, las personas que no existen en los indicadores macroeconómicos (Forrester, 1997), están mostrando la decadencia de este horizonte geoeconórnico y la necesidad de buscar por otro lado. Aunque no se sabe exactamente el camino, parece evidente que como el mismo Gorostiaga (1995) afirma: “lo que estamos viviendo no es una época de cambios sino un cambio de época”, y lo que está emergiendo como nueva época según él, es un horizonte geocultural del que ya se perciben signos que representan otro tipo de exigencias a nuestra educación superior.
El primero de estos signos-exigencia es indudablemente el clamor de justicia y equidad que está cada vez más presente, más fuerte y, por seguir sin escucharse, cada vez con más riesgo de violencia y caos. El levantamiento zapatista en el 94 (aún pendiente de resolver) y los casos de Aguas Blancas o Acteal, los conflictos de grupos urbanos marginados o golpeados por la crisis, el caso de los deudores del 95 con el Barzón y el desempleo creciente en las ciudades, son expresiones inequívocas y tal vez desesperadas de este clamor y demuestran que con puros criterios o indicadores económicos no se puede construir una nación viable.
Un signo igualmente importante es la creciente problemática ecológica y la también creciente conciencia de la necesidad de respetar a la naturaleza como asunto de estricta supervivencia. Esta conciencia ha generado la clara convicción -al menos en ámbitos académicos o teóricos- de que es necesario replantear todo el concepto de desarrollo vigente, lo cual implica toda una nueva cultura y un nuevo sistema.
La exigencia de participación democrática es otro signo poderoso de este cambio de época que se vivió con especial intensidad en las elecciones del 2 de julio. Una exigencia democrática que no puede agotarse en el respeto al voto y que viene acompañada del trabajo por el respeto a los derechos humanos y el tema del género que persigue una nueva cultura en la que hombre y mujer participen en igualdad de circunstancias en el desarrollo social.
La necesidad de reflexionar y asumir la propia identidad cultural, dinámica pero con raíces, ante el fenómeno creciente de globalización y estandarización de la cultura y los modos de vida es otro signo importante que plantea retos profundos a las educación.
La necesidad de integración en la tolerancia y el respeto a la pluralidad es quizá el signo unificador de todo este movimiento hacia la nueva época. Necesidad de integración que es en el fondo, necesidad de sentido para la vida, la necesidad profunda de una vuelta al hombre y a su dimensión espiritual que se está expresando incipiente y confusamente en la llamada "new age" o "nueva era" que implica la búsqueda de toda una nueva manera de ver al hombre y al mundo. Esta necesidad de sentido se ha visto claramente expresada en la educación con el retorno del tema de la “educación en valores” que ha adquirido una creciente fuerza en nuestras instituciones y en la sociedad en general. Preocupación válida de nuestro cambio de época que ha generado respuestas indiferenciadas y no todas ellas pertinentes para nuestro momento histórico, pero que está presente en el medio educativo con cada vez mayor intensidad.
Las exigencias de esta nueva sociedad del cambio de época, que aún no está presente de manera generalizada ni con el poder suficiente pero que empieza a gestar una nueva cultura, están, de manera sintética expresados en los “cuatro pilares de la educación para el siglo XXI” que nos presenta la “comisión Delors” de la UNESCO. La educación del siglo XXI deberá generar procesos en los que los alumnos puedan:
            -Aprender a conocer. (Que no es lo mismo que aprender conocimientos)
            -Aprender a hacer (que implica la aplicación de eso que se va conociendo)
            -Aprender a convivir (que contempla el respeto y la tolerancia ante las diferencias y la necesidad de diálogo).
            -Aprender a ser (Que implica la reflexión permanente, la autocorrección y la generación de una actitud de compromiso con la construcción de la propia historia de cada quien dentro de la historia).
Todos estos signos o exigencias deben y de hecho empiezan a ser tomados en cuenta total o parcialmente por nuestras instituciones educativas. Todos estos desafíos deben incorporarse y permear toda la educación de los futuros profesionistas si queremos realmente hablar de Calidad educativa, es decir, que en el siglo XXI “Calidad educativa” tiene que ser sinónimo de “formación integral”..
Ante la crisis del cambio de época, las instituciones educativas y los educadores debemos tener una actitud de comprensión profunda, análisis crítico y propuesta creativa, más que de desaliento impotente, condena prejuiciada o resistencia al cambio.
Frente a las exigencias de cambio que nos presentan el sistema y la sociedad emergente, la educación y los educadores debemos responder con una búsqueda profunda que nos lleve a construir la transformación educativa que requieren los nuevos tiempos. Esta búsqueda profunda es mucho más que un simple “buscar en Japón o Nueva York” las recetas, los métodos, las técnicas , los enfoques y palabras de moda para adaptarnos a los tiempos de la geoeconomía reinante. La búsqueda no es de forma sino de fondo y se debe dar no fuera sino dentro de nosotros mismos para ir encontrando caminos propios que respondan a nuestra propia manera de ser y de caminar.
En el fondo nuestra educación es consciente de que ella y la sociedad "llevan en el alma cicatrices imposibles de borrar", cicatrices históricas que son símbolos vivos de momentos de alegría y de dolor, de conflicto y de entendimiento, de sudor y de sueños conjuntos en el camino de edificar un país que es tarea común e ilusión compartida.
En el fondo a la educación mexicana no "se le olvida que quiere a la sociedad a pesar de lo que dice" y de lo que hace, a pesar del discurso tecnocrático y lejano, a pesar de la mirada hacia el norte y del hipnótico espejismo de la tecnología, a pesar del olvido aparente de su compromiso social, de su vocación por el hombre, a pesar de todo esto, la educación -o mejor dicho algunas escuelas y  universidades- están siendo sensibles a estas demandas sociales y tratando de ver más allá de lo que el sistema le está pidiendo, de iniciar un camino que la haga parte de la solución y no del problema, un camino que la ponga un paso adelante y no uno atrás de la sociedad, que la haga dejar de preocuparse tanto por "responder a los retos" o "dar respuesta" a las demandas y empezar a ocuparse en plantear nuevos retos, hacer preguntas, comprometerse en los desafíos que su horizonte le demanda.
En estas  insatituciones educativas - que son todavía la minoría- el concepto de educación integral es muchísimo más complejo y no se busca en Japón o Nueva York sino en la propia realidad social y humana de este país rico en cultura e historia y sediento de reconocerse para poder abrirse al mundo con su propio rostro y sin maquillaje, por la puerta estrecha pero real y no por la puerta azul porque "una puerta azul nunca hay que abrirla, las pesadillas son muy largas..."(Maná)
Para este tipo de institución y de educador, la "receta " de la calidad educativa (que es formación integral) no tiene que ver nada con el Mc Donald's o el "Fast food" y se parece más a una receta de un complicado y rico guiso casero como aquéllos que leímos o vimos en "Como agua para chocolate" o los que todos hemos saboreado en las grandes fiestas familiares.


II.-DESARROLLO: LA DISYUNTIVA.

2.-DOS ROMANCES (ENTRE DOS MODELOS EDUCATIVOS DIVERGENTES Y DOS TIPOS DE FORMACIÓN PRESENTES).

A.- ROMANCE 1: EL: el modelo geoeconómico ("el Yuppie") y ELLA: la formación tecnocrática ("La chula").


"ya llegó la chula consentida ...
 que todos quieren ya todos lleva..."
"Tiene una sonrisa angelical
no se deja atrapar…
no la dejo de soñar,
me está hechizando,
me va a matar... "
(maná).

Las instituciones en proceso de "modernización" y "adaptación" al mundo de la globalización y la Economía, aquéllas que a la formación integral" "andan buscándola en Japón, andan buscándola en Nueva York", llegan de pronto de sus viajes reales o virtuales por el extranjero, de sus incursiones "renovadoras" por el primer mundo, con la novedad de que fue "amor a primera vista" y que esta "chula consentida" es realmente la solución a todas sus inquietudes y pesares, la que nos cambiará para siempre el aspecto y nos hará sentirnos de igual a igual con el más pintado.
Esta "chula" que está hechizando cada vez más a nuestras escuelas y universidades y a nuestros profesores es un modelo educativo que, una vez más y para seguir la tradición, adopta y semiadapta "filosofías", métodos, técnicas y discursos del mundo de la empresa. Como el amor es ciego, nuestra educación ya olvidó las decepciones del pasado cuando cegada por el proceso de industrialización introdujo la tecnología educativa y con ella los enfoques sistémicos en la planeación y evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje, los objetivos conductuales, la tradicional dinámica de grupos y otras técnicas y enfoques que no han resuelto el problema de una formación integral.
Por esta razón hoy escuchamos aún en los académicos otrora más críticos y revolucionarios, llamar calidad educativa al enfoque de "calidad total" en educación y empezamos a leer, estudiar, discutir y hasta aplicar estos modelos que tienen como finalidad algunos términos mágicos como- "competitividad", "productividad", "eficiencia y eficacia", "control total de calidad", etc. y hablar de "insumos" (esto quiere decir alumnos que ingresan) y "productos" (esto quiere decir egresados) y aún "clientes" (esto quiere decir las empresas o el mercado de trabajo que va a contratar a nuestros "productos").
Lo más curioso-preocupante, quiero decir- es que tal es el impacto de estas doctrinas que nuestros alumnos que ingresan nos piden a veces casi a gritos, ser tratados como insumos y que los vayamos transformando en productos para el mercado, productos con "calidad cero defectos" - lo que implica un modelo de perfección incompatible con el ser humano -.
Este modelo que es el último grito de la moda es como una receta para una franquicia de hamburguesas o cualquier otro tipo de "Fast food", símbolo de esta aldea global estandarizada en la que todos comemos lo mismo(aunque no sepa a nada). Veámos esta receta:
"LA RECETA SECRETA PARA LA CALIDAD EDUCATIVA EN PAQUETE" 0 UNA FRANQUICIA PARA PRODUCIR GENERACIONES X.

+Ingredientes:
-"Insumos" con estándares de calidad homogéneos = egresados de preparatoria con un control de calidad centralmente establecido (ej: examen nacional de CENEVAL como examen de admisión en las universidades).
-Un currículum flexible, ágil, muy tendiente a la especialización, con muchas materias técnicas (inglés y computación, todo lo que se pueda), con tendencia a excluir materias de tipo filosófico, social o humanístico, con "mucha práctica".
 -Una universidad con muy buenas instalaciones, muchos libros, muchas computadoras, mucho software, internet, talleres y laboratorios ultramodernos, muchas cosas.
 -Una planta de maestros con posgrado (de preferencia en el extranjero), con conocimientos de técnicas didácticas modernas, con una planeación rígida y rigurosa y una evaluación estricta de sus habilidades para transmitir el conocimiento y generar destrezas prácticas, organizados en "círculos de calidad"  -las academias son anticuadas.

+Modo de preparar:
Todos estos ingredientes se ponen juntos pero no revueltos en un ambiente de gran competitividad y orientación a la productividad, se mezclan con una planeación de clases en las que se brinde a los alumnos la mayor y más reciente información posible, se les capacite en el desarrollo de sus habilidades para pensar entendidas instrumentalmente como técnicas de desarrollo de la memoria y las capacidades para analizar y plantear correctamente problemas (a eso se le llama pensamiento crítico) y para resolverlos de manera novedosa y eficiente (a eso se le llama pensamiento creativo), se añade un poquito de desarrollo del trabajo en grupo con un enfoque eficientista y pragmático y un sistema de certificación exigente, estricto e individual tanto para los alumnos como para el maestro.
Nota: si se puede agregar una porción de preparación en intercambio en alguna universidad norteamericana, esto le dará un sabor más exótico e internacional.
Se mezcla todo y se sirve crudo o con un poco de cocimiento en la parrilla -a manera de no gastar mucho gas-.
+Modo de servir:
Se sirve a la empresa mediante convenios, decorado con algunas materias de "cultura general" o de "educación en valores" para darle una apariencia y envoltura más sofisticadas.



B.- ROMANCE II: ÉL: el modelo geocultural ("el emergente") y ELLA: la formación integral ("el amor").


"... contigo yo hasta el fin del mundo...
contigo yo quiero todo..."
"No sabes cómo te deseo,
no sabes cómo te he soñado......
si tu supieras que soy sincero,
podría darte todo hasta mis ojos”.
Maná.

Las instituciones y profesores que andan en otro tipo de búsqueda más profunda y consistente, las que buscan el "verdadero amor" que le dé sentido a su misión y contenido a su compromiso son  desde mi punto de vista mucho menos en cantidad y están siendo obviamente mucho menos reconocidas oficialmente pero muchísimo más demandadas, escuchadas y aún buscadas por la sociedad civil emergente en esta transición crítica hacia la nueva época.
El verdadero amor no acepta "recetas secretas" ni se conforma con ilusiones o hechizos momentáneos. "...El amor es la prórroga perpetua ... siempre el paso siguiente, el otro, el otro..." dice el poeta (Sabines, 1992) y en ese sentido la educación auténtica es educación "enamorada del hombre y de la sociedad" de su época y por lo tanto se encuentra en búsqueda permanente, en proceso de cambio constante, en diálogo inacabable con el hombre y con la sociedad de nuestro tiempo.
Asumiendo este principio básico, podemos decir que la noción de formación integral que se deriva de esta perspectiva, que desde mi punto de vista es la auténtica, es mucho más compleja y se puede comparar a una receta tradicional, a la receta que es "secreto de familia", que se hereda de generación en generación pero que nunca se prepara igual porque está abierta a la interpretación y el lo que personal" del cocinero en turno y que nunca sabe igual porque está preparada especialmente para el invitado del momento. Una receta que lleva dos ingredientes adicionales-. el amor del que la elige y prepara y la memoria acumulada y enriquecida por todas las manos que la conocieron. Veámos cómo sería la base de esta receta:

"EL GUISO DE LA ABUELA: UNA RECETA ABIERTA PARA FORMAR PERSONAS CONCRETAS PARA UN MUNDO CAMBIANTE."

+Ingredientes:
-Alumnos que ingresan en base a sus capacidades, aptitudes, actitudes, VOCACION E ILUSION de futuro. (Los que son y como son, no los que quisiéramos que fueran ni como quisiéramos que fueran).
-Un currículum flexible y abierto a los cambios tecnológicos, que busca competencias pero está diseñado desde una perspectiva filosófica que tenga al ser humano como origen y destino, un currículum que tiene también computación o inglés pero que está concebido integralmente para formar personas concretas, un currículum preocupado por definir la comprensión de conceptos, el desarrollo de habilidades ( entendidas auténticamente como formar pensadores creativos y críticos) (Rugarcía,  1995),  y por la educación de la libertad efectiva de cada persona y grupo (López Calva, 1998) más que por la enseñanza de valores hechos, un currículum cruzado transversalmente por los desafíos de la sociedad emergente (UIA, 1995): identidad cultural frente a la globalización, productividad y distribución de la riqueza, democracia y participación (derechos humanos y género), desarrollo sustentable y calidad de vida, integración.
-Una atención permanente y autocrítica a la dimensión oculta del currículum (Pansza,1987) para generar y regenerar continuamente las prácticas, relaciones, decisiones, intereses y valores que se viven en la institución y orientarlas hacia los mismos objetivos y desafíos.
-Una planta de profesores en permanente formación en su disciplina, en la dimensión didáctico-pedagógica  y  en  la dimensión humana y social,  una planta docente abierta  a  la
permanente transformación ética e intelectual ( en ese orden) y organizada en grupos interdisciplinarios de diálogo para el crecimiento.
-Una institución educativa que se preocupa por los recursos pero se preocupa por encima de todo por las personas y su calidad de vida, una universidad con laboratorios, talleres y computadoras didácticas en las que el alumno aprenda los principios y aprenda a pensar sobre los principios de su disciplina.
-Una institución que es "plataforma de debate nacional" sobre los problemas sociales humanos y técnicos fundamentales, una escuela en interacción con todas las capas de la sociedad.
-Una institución educativa orientada al servicio.
-Un cuerpo directivo y administrativo que convencido de esta misma misión por el hombre, un cuerpo directivo que entiende la autoridad "como aquéllo que hace crecer" a los demás y no como aquéllo que "me hace crecer a costa de los demás".

+Modo de preparar:
Todos estos ingredientes y muchos otros que le dan mayor complejidad, se tienen que mezclar en un ambiente institucional de búsqueda de congruencia, de diálogo y participación en los proyectos y toma de decisiones, de seria preocupación por cada una de las personas y de permanente esfuerzo por la edificación de una auténtica comunidad educativa.
Una mezcla de ingredientes que, para ser integral debe contemplar algunos elementos fundamentales:

1. -Formar desde el hombre y hacia el hombre.

Este elemento es aparentemente sencillo pero se encuentra hoy muy olvidado por nuestra educación deslumbrada por "la chula consentida" (la educación tecnocrática).La calidad educativa debe partir de la atención, comprensión empática, análisis crítico y compromiso responsable con esta "nueva cultura juvenil" que es la que viven los alumnos que van a llegar a nuestras aulas, cultura que es muchas veces descalificada o satanizada por los adultos- incluyendo a los profesores- como decadente o sin valores cuando tiene implícita una crítica a nuestra sociedad actual y una búsqueda de algo mejor, una búsqueda de "renacimiento" (Anaya, 1995).
El estudio serio del fenómeno de la ya famosa "generación x" y sus valores y significados, el análisis de la llamada "new age" o "nueva era", deben orientar el replanteamiento radical de una educación nueva para una época nueva.
Pero así como el hombre concreto (hombre y mujer) debe ser el punto de partida, también el hombre completo debe ser la finalidad: la finalidad de una educación de calidad no es la "excelencia" o la "calidad total" que implican una noción de perfección que lleva a la robotización y a la frustración, ni la "eficiencia", "competitividad" o "productividad" que llevan al individualismo el "éxito" que lleva a la explotación y el consumismo. La finalidad de una educación de calidad es la vivencia grupal de un proceso permanente, progresivo, siempre limitado pero siempre abierto de humanización de alumnos y maestros para la humanización de la sociedad.
2. -Formación para todo el hombre -y para todos los hombres, (Vergara, 1993)

Este segundo rasgo implica que la formación integral debe pensar en formar no solamente la dimensión cognoscitiva del alumno sino toda su integralidad como persona. La formación integral debe orientarse a que el alumno maneje y comprenda conceptos pero también a que el alumno vaya aprendiendo a pensar, es decir, que sea cada vez más crítico y más creativo (en su dimensión existencias, global, no solamente instrumental o pragmática) y sobre todo, a que el alumno vaya aprendiendo a vivir, es decir, vaya descubriendo su propio proceso de valoración y decisión para ser progresivamente más responsable y por tanto más libre.  A propósito de esto,  la Dra. Juliana González afirma: "la educación es traer al universo de los valores a los hombres..." (González, 1995).
La educación de calidad es una formación de liderazgos, más que de líderes. La formación integral forma para el trabajo solidario en grupos y para el liderazgo grupal que trasciende el individualismo imperante.
La educación de calidad es interdisciplinar, abierta a la comprensión global de los fenómenos.
La educación de calidad incorpora elementos artísticos o deportivos con una finalidad y estrategia educativas bien definidas y estructuradas.
La educación de calidad hace crecer en solidaridad, en apreciación de la belleza, en comprensión de la propia afectividad, en pregunta permanente por el sentido de la existencia.
Pero la educación de calidad se orienta, además de a todo el hombre, a todos los hombres: es una formación que se orienta hacia el servicio a los demás, sobre todo a los que menos tienen, hacia la construcción de un país más justo y participativo. Es na educación contextualizada, con bases en la realidad nacional concreta y con un compromiso claro para contribuir a la solución de sus problemas acuciantes.

3.-Formación desde nuestra civilización concreta hacia la consolidación de la nueva cultura.

La educación de calidad parte de la comprensión y la crítica del horizonte actual y se dirige hacia la consolidación de la cultura de la nueva época.
Por esto, la formación integral debe resolver, no con la simple y automática inclusión de materias sino con el análisis serio de estrategias y compromisos de todos los docentes, el problema de generar espacios transversales en el currículum donde se aborden los desafíos anteriormente descritos: género, derechos humanos, desarrollo sustentable, justicia, democracia, cultura, son problemas que no pueden dejarse de lado en todas las materias de una trayectoria si se quiere llamar educativa y preparar a los alumnos para un mundo cambiante y en búsqueda.

4.-Formación en el cambio y para el cambio.
            La educación de calidad tiene que partir del signo del cambio de época que es precisamente la transformación permanente y acelerada de todo el horizonte en que vivimos. Cambio acelerado del conocimiento y sus formas de producción, cambio acelerado en los problemas que vivimos, cambio acelerado en los escenarios de futuro humano y social, cambio acelerado en las valoraciones de nuestra cultura y en los significados construidos, etc.
            La educación de calidad debe ser una educación desde el cambio pero también una educación para el cambio, para el cambio con sentido – con un sentido dinámico pero firme en sus cimientos-, por ello la educación de calidad es una educación que enfrenta la incertidumbre y no que la evade mediante falsas certezas cognoscitivas o morales.

+Modo de servirse:
Se sirve con múltiples estrategias institucionales de interacción con la sociedad a través de espacios académicos, convenios, un servicio social auténtico, efectivo y educativo, tesis vinculadas al servicio y a problemas reales, investigación aplicada y en beneficio de grupos sociales específicos, herramientas de difusión orientadas al servicio de los destinatarios y no al prestigio del académico, nuevos y muy personales métodos y técnicas de facilitación del aprendizaje, nueva actitud frente a los alumnos, etc.
            Se sirve a partir de una transformación personal e institucional profundas en la manera de entender la propia tarea y en la intensidad con que se valora y se quiere esa tarea.
Se sirve de un modo más modesto y sin brillo porque no es el platillo de moda, sin embargo su aroma y su sabor -porque se forma en la sabiduría- lo hacen tener mucho más aceptación efectiva en la sociedad.

       III.-A MANERA DE INVITACIÓN FINAL.

Una visión de la calidad educativa como la planteada en estas líneas tiene aplicaciones muy profundas que deben llevarnos a la "reinvención progresiva y colectiva de la educación" (Rugarcía, 1995), lo cual es un proceso que debe empezar ahora pero que tiene que irse dando en el tiempo y a largo plazo. Sin embargo, me atrevo a plantear a manera de invitación final algunas líneas de cambio que tienen relación con maestros y alumnos y a las que de algún modo podríamos ir empezando a contribuir.

a.- "Usted es la (el) culpable de todas mis angustias y todos mis quebrantos": la relación de las instituciones educativas y la empresa o la sociedad en general ha sido tradicionalmente de culpabilización mutua – ya sea desde la sumisión o desde la confrontación-. Es necesario, trascendiendo  la alianza incondicional o  la subordinación, plantear estrategias de diálogo renovado entre la educación, el estado, la sociedad y la empresa.

b.- "Contigo en la distancia"- la relación escuela y universidad-sociedad civil ha sido tradicionalmente distante e incluso indiferente. Es necesario que la educación, a través de estas estrategias que la hagan plataforma de debate nacional, se vaya acercando y trabajando en favor de esta sociedad civil emergente y cada vez más fuerte.

c.- "No se tú, pero yo": la relación intrainstitucional e interinstitucional ha sido tradicionalmente nula. Se han creado feudos académicos en los departamentos y facultades, o en las escuelas,  la educación ha sido acusada, con razones, de “Torre de marfil” alejada de la realidad. Es necesaria una muy fuerte interacción y apoyo mutuo.

d.- "No me platiques más, déjame imaginar" (los alumnos al maestro): Es necesario transformar radicalmente la actitud y actuación de los profesores en el aula. Es urgente que el profesor deje de "platicar" a los alumnos y de ser el centro de la atención, el poseedor de la verdad, el "depositante" de los conocimientos (Freire,1982). Es necesario recuperar la participación de los alumnos en su formación, es indispensable reincorporar la imaginación al trabajo universitario, es imprescindible redescubrir la dimensión lúdica y la dimensión  "felicitante" en el aula.

e.- "Es más fácil llegar al sol que a tu corazón..."(el maestro a los alumnos): Resulta de primordial importancia también la transformación de esa actitud de desconfianza mutua entre docente y alumnos. los prejuicios del docente hacia la nueva cultura de los jóvenes, la descalificación a prior¡ de los alumnos como apáticos o desinteresados y la actitud de los alumnos que a veces refuerza estos prejuicios y fundamenta esta descalificación deben transformarse radicalmente. (Reconstruir la relación pedagógica).

f.- "…Me vale, vale , vale, me vale todo..." (el alumno al alumno): El desencanto y la frustración que producen las relaciones pedagógicas viciadas y atrasadas, hacen que los alumnos tengan a veces esta actitud de rebeldía real o de desinterés hacia sus materias. En esta dimensión se tiene que trabajar juntos maestros y alumnos para hacer más  significativo lo que se parende y para poner un esfuerzo mayor hacia esto que se plantea en clase.

"CÓMO QUISIERA..."

Cómo quisiera que la calidad educativa auténtica –entendida como formación integral-  fuera haciéndose poco a poco realidad en nuestras aulas universitarias. Cómo quisiera que se comprendiera que a pesar de que el horizonte geoeconómico y su modelo de formación están imponiéndose por todos los medios, este horizonte no es el que nos va a sacar de la crisis a la que nos ha llevado el olvido del hombre en aras del conocimiento, de la ciencia, de la técnica, del mercado, que es la culpa fundamental de nuestro siglo.
Cómo quisiera que este planteamiento no se sienta como utópico, irrealizable, ajeno. Cómo quisiera que empezáramos por creer en la educación como transformadora del hombre y de la sociedad y nos pusiéramos a trabajar en esta línea, cómo quisiera que creyéramos en nosotros mismos como alumnos, como profesores, como personas capaces de hacer de este mundo algo mejor empezando por reinventar nuestra propia educación. Cómo quisiera que nos sintiéramos merecedores de un destino mejor que el de "productos universitarios", "productores suntuarios", "consumidores necesarios".
Cómo quisiera poder contribuir con un pequeño grano de arena a que "juntos y a tiempo" (León Felipe), llegáramos a evitar desde esta "revolución amorosa" que es la educación (Rugarcía, 1 995) lo que el poeta Eduardo Lizalde predice en este Spot (1986) y que cada vez más se constituye en un destino que parece estar por alcanzarnos:
"El fin del mundo está próximo.
Asista usted al gran show,
la entrada es gratis,
no necesita moverse de su sitio.
será destruido allí,
donde se encuentre,
con toda su familia."


REFERENCIAS.

AMI E. (1 995). "Revista AMI E". Enero-Agosto . Autor. México.
Anaya, Gabriel. (1995). "¿Decadencia o renacimiento?". En Magistralis, no. 9. Otoño. UIA golfo centro. Puebla.
Díaz Barriga, Angel. (1996). El quehacer docente. Ed. Nueva imagen. México.
Freire, Paulo. (1 982). Pedagogía del oprimido. Ed. siglo XXI. México.
Gago, Antonio. (1995). "Viejas canciones para el próximo siglo". Magistralis no, 9. UIA
golfo centro. Puebla.
González, Juliana. (1995). "los valores y la educación frente a la crisis social actual". En AMIE, Enero-Agosto. Ed. AMIE AC. México,
Gorostiaga, Xabier. (1995) "la universidad preparando el nuevo siglo." Magistralis no.9.Otoño. UIA golfo centro. Puebla.
Krauze, Enrique. (1998). La presidencia imperial. Ed. FCE: México.
Lizalde, Eduardo. (1986). Antología impersonal. SEP. México.
López Calva, Martín. (2000). Educar la libertad. Más allá de la educación en valores. En proceso de edición en Editorial Trillas. México.
Marúm, Elia. (1996). "El perfil del profesional competitivo". Conferencia en el congreso regional AMIE AC. Zacatecas. Inédito.
Pansza, Margarita. (1987). Fundamentación del currículum. Ed. Gernika. México.
Rugarcía, Armando. (1995). Cuarto informe del rector. UIA golfo centro. Puebla.
Rugarcía , Armando. (1995). Hacia el mejoramiento de la educación universitaria, UIA
golfo centro. Puebla.
Sabines, Jaime. (1 992). Nuevo recuento de poemas. Siglo XXI. México.
UIA golfo centro. (1995). Líneas prioritarias, Cuadernos de planeación. Autor. Puebla.
Silva Herzog Máquez, Jesús. (2000). “El futuro ya no es como antes era”. En Letras libres. Marzo 2000. No.    .
Valenzuela, Eduardo. (1996). "Retos de la educación superior". Conferencia en el congreso regional de AMIEAC. Zacatecas. Inédito.
Vergara, Jesús. (1993) ¿Qué tiene que decir la universidad Humanista frente a la sociedad emergente?. En Cuadernos de reflexión no. 18. UIA. México.

Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...