“¿Quién, recordándote un
día,
te envolverá en poesía
y al tiempo ha de contar?”
te envolverá en poesía
y al tiempo ha de contar?”
Pablo Milanés
Guillermo Cabello fue, como todos los seres humanos, una
persona con muchas personalidades o una personalidad de múltiples personas.
Empezando porque era Guillermo, plenamente y oficialmente Guillermo, pero era
sobre todo Willy, entrañablemente Willy, admirablemente Willy, impredecible
pero siempre creativa y solidariamente Willy. Pero además fue, en la escena, el
líder de los hombres grises de “Momo” o un payaso alburero como Brozo (cuando
apenas empezaban…Brozo y también Willy en Puebla, en el primer local de “A
trasluz” allá por El Carmen) o muchos otros personajes que mostraron a todos su
enorme calidad actoral a pesar de que él dijo siempre que la actuación no era
lo que más le gustaba en el teatro, porque era, de vocación, director.
Y más allá de sus papeles en el teatro, Willy fue una
persona de múltiples facetas. Los que tuvimos el privilegio, el don de
conocerlo de cerca, sabemos que era el director de teatro, pero también el
Ingeniero Químico que dejó la industria para volcarse en el escenario, pero que
conservó siempre el gusto por la ciencia, por la búsqueda de comprensión de la
naturaleza y el rigor de quien sabe planear procesos y producir, producir más
que procesos químicos, procesos de alquimia, de magia dramática que lograba
hacer vibrar con lo humano a todos los que presenciaban sus obras teatrales
universitarias o profesionales independientes.
Sin embargo, era también el profesor creativo
y riguroso que lograba apasionar al estudiante con sus cursos de integración en
la ibero y al mismo tiempo era el amigo incondicional, siempre ocupadísimo pero
siempre cálidamente presente –poniéndose alegre con un refresco de naranja al
mismo tiempo que los amigos crecían en alegría con el vino o la cerveza durante
una cena en la que se contaba siempre con su pasión por la vida- y era también
el cubano más mexicano, el ciudadano preocupado por la situación social de su
país -del país que lo acogió desde su primer año de vida y al que dedicó todo
el resto de su vida- y el cuidadano del mundo que asumía el compromiso con la
naturaleza, con la diversidad y la tolerancia; y el esposo comprometido con la
apuesta que hizo con Luisa y el profundo creyente sin religión formalizada, el
espíritu en búsqueda de trascendencia en el arte, en la docencia, en el
matrimonio, en la vida misma. Ese era Willy: un hombre multifacético, pero al
mismo tiempo una persona de una sola pieza.
1.- Un hombre extraño.
“Era extraño aquel hombre,
o por tal lo tomaron,
porque besaba todo
lo que hallaba a su paso.”
o por tal lo tomaron,
porque besaba todo
lo que hallaba a su paso.”
Silvio Rodríguez
Era extraño ese hombre o “por tal lo tomaron”, porque una vez siguiendo la voz de su llamado interior, abandonó un trabajo “normal” de ingeniero, renunciando a una vida “normal” de profesionista para buscar al hombre que llevaba más adentro, el que quería expresarse por medio del teatro, el que buscaba realizarse creando.
Era extraño sin duda, ese Willy que prefería pasar los
fines de semana ensayando en su espacio teatral en vez de descansar o ver el
futbol o ir de día de campo como cualquier otro “ciudadano normal”. Era extraño
ese Willy exigente con la calidad de sus obras, cuidando hasta el mínimo detalle
para hacer de cosas tan simples como una caja de madera o la leyenda de un
fantasma, eventos memorables, momentos en que la belleza visitaba las almas de
los espectadores, propuestas conceptuales, invitaciones a la reflexión,
sacudidas de conciencia, mensajes de ternura o esperanza, motivos para llorar o
reír, para llorarse o reírse de uno mismo, que era al fin y al cabo el
personaje central de sus obras: el ser humano concreto que soy yo, que eres tú,
que podemos ser en cualquier circunstancia todos nosotros.
Era extraño ese hombre que “no esperó hasta mañana, a
llenarse de canas y el honor esperar”, como dice Milanés en una de sus
canciones.
“¿Quién se atreve a
preguntarse
si has puesto de tu parte
o te nació enseñar?
si has puesto de tu parte
o te nació enseñar?
¿Quién te dirá agradecido:
“Tu ciclo está cumplido,
me acabas de formar?”
“Tu ciclo está cumplido,
me acabas de formar?”
Pablo Milanés
“El
teatro como participación viva”, esa era si mal no recuerdo la materia que
Willy impartió durante muchos semestres desde su llegada a la ibero de Puebla.
Su evaluación era siempre positiva, destacable entre todos los demás profesores
del área de integración, porque Willy era un profesor de nacimiento, alguien
que tiene la vocación de guiar a otros hacia su autodescubrimiento progresivo.
Si como bien dice Savater: “la principal asignatura que se enseñan los hombres
unos a otros es, en qué consiste ser hombre”, el nombre de su materia era lo de
menos, porque Willy era un maestro de los que saben promover esa búsqueda
personal, ese descubrimiento de lo humano que hay en cada estudiante, ese
proceso de indagación que hacía a todos sus estudiantes ir comprendiendo
progresiva y seriamente, con profundidad, “en qué consiste” ser humano.
Este trabajo docente de excelencia no estuvo exento de
polémicas y discusiones. Porque Willy era en el aula igualmente exigente que en
el escenario. No consentía la flojera, la irresponsabilidad o el capricho y era
riguroso en su forma de trabajar y de evaluar el trabajo de los estudiantes.
Pero a pesar de ello sus cursos se llenaban siempre y se enorgullecía de nunca
pasar lista, porque los estudiantes asistían a sus clases por el gusto de
aprender y lo significativo que sucedía en cada sesión coordinada por él.
3.-“Luchador social”.
“Hay un país en
rocas y ruinas bajo otro país de pan”
Silvio Rodríguez
Amando a su país adoptivo y sin haber podido nunca
conocer su tierra natal, Willy fue siempre un “luchador social” desde el arte,
alguien que mostró que el compromiso social, la opción por los que menos tienen
y la búsqueda de un México más justo y fraterno pueden vivirse desde cualquier
ámbito del quehacer humano. En su caso era el teatro el vehículo de
transformación social. Sin hacer concesiones fáciles en las que la ideología se
pusiera por encima del arte dramático, Willy puso siempre un interés especial
en producir y dirigir montajes que generaran cuestionamientos, tomas de
postura, planteamientos profundamente humanos sobre la complejidad de las
desigualdades y los vicios de nuestra sociedad, de nuestro país “en rocas y
ruinas” que no deja que emerja el “país de pan” para todos.
Además de mostrar este compromiso social en la selección
y el enfoque mismo de sus obras, Willy luchó toda su vida por la viabilidad de
un teatro independiente, al margen de los intereses económicos y comerciales
que obstaculizan muchas veces la creación libre y el arte auténtico, y buscó
también que sus obras profesionales y universitarias, pudiesen presentarse en
lugares y para públicos que normalmente no podrían tener acceso al teatro.
4.-Trabajador
de la libertad.
La libertad es el pan de
nuestros días
y el ansia de tenerla
se ha tornado en machete para amarla.
También se provocan estampidas,
se tiran piedras, se gana y se fracasa,
pero se hace y no se deja de hacer”.
y el ansia de tenerla
se ha tornado en machete para amarla.
También se provocan estampidas,
se tiran piedras, se gana y se fracasa,
pero se hace y no se deja de hacer”.
Pablo MIlanés
Willy amaba y defendía la libertad, “provocando algunas
estampidas”; la amaba y la defendía no como un terrorista o un guerrillero
intransigente sino como un trabajador y constructor, constante y paciente, de
espacios desde, de y para la libertad de creación y expresión.
Su teatro fue algunas veces cuestionado por quienes
concebían el arte como instrumento de moralización. Pero para Willy el teatro
debería presentar la vida tal como es, sin intentar dar mensajes y orientación
moral, sin contener moralejas indoctrinadoras. Porque la vida misma cuando está
bien reflejada en el espejo del escenario, es ya moralizante en el sentido de
que “da qué pensar” y da “qué sentir” sobre la búsqueda y el sentido de la
propia existencia y sobre el sentido del caminar humano en la tierra de la
historia.
Desde esta perspectiva, el teatro de Guillermo Cabello
fue siempre profundamente moral: porque no era ascéptico, superficial o
falsamente neutral, sino que removía lo profundo de la humanidad de los
espectadores. Lo era también en el sentido que le da Adela Cortina, al
trascender la visión de lo moral o lo inmoral y hablar de situaciones de “alta
moral” o situaciones de “desmoralización”. Porque el teatro de Willy ayudaba
siempre a elevar la moral individual y comunitaria, es decir, a incrementar el
deseo de vivir humanamente en todos los que se exponían a sus efectos con
apertura y honestidad.
Por eso, sin estridencias ni confrontaciones estériles,
no con provocaciones sino con argumentos sólidos –que tenían detrás una muy
buena teoría del arte-, defendió la libertad creatica y construyó en el teatro
independiente y universitario, espacios reales de libertad efectiva.
5.-Amigo mayor
“Amigo, sí, es también
quien me soporte,
pero amigo mayor es quien me ampara.”
pero amigo mayor es quien me ampara.”
Silvio Rodríguez
Amigo mayor, eso fue Willy para quienes podemos decir que
fuimos bendecidos con el signo de Dios que era y es su amistad. Amigo mayor,
amigo con mayúsculas, eso fue Willy que no necesitaba decir muchas palabras al
respecto porque bastaba con su ser y estar en cercanía, bastaba con su
optimismo y esperanza contagiantes, bastaba con su reflexión crítica en el
momento oportuno, eso bastaba.
Un amigo mayor es quien me ampara y Willy nos amparaba
con su calidez, con su risa y su eterna disposición a la esperanza, con su enorme
y silencioso compromiso, con su testimonio de ser humano consistente.
Como bien dice Silvio, el amigo es quien “descorre las
nubes de mi mente” y se vuelve “manantial en mi desierto” y eso fue Willy
siempre como amigo, un manantial donde siempre era posible refrescarse de vida,
un lúcido compañero de viaje en la vida, capaz de hacernos ver, con su arte en
el escenario pero también con sus palabras analíticas fuera del teatro, las
nubes ocultas de nuestra mente.
6.-Reparador de sueños.
“…Siempre con sus
herramientas
de aflojar los odios y apretar amores.
de aflojar los odios y apretar amores.
Siempre apartando piedras
de aquí,
basura de allá, haciendo labor.
…trocando lo sucio en oro”
basura de allá, haciendo labor.
…trocando lo sucio en oro”
Silvio Rodríguez
En síntesis, es indudable que se puede afirmar que Willy
Cabello fue en su vida un “reparador de sueños”. Sabiendo que “el problema
vital es el alma”, conciente de que “el problema es de resurrección”, Willy
eligió el teatro como una herramienta para “aflojar los odios y apretar amores”
entre los seres humanos. Apartando las piedras de la incomprensión, de la
superficialidad, del consumismo y el comercialismo ciegos, logró siempre “hacer
labor”, a pesar de las dificultades que enfrentó al trabajar con grupos humanos
siempre frágiles y sujetos al conflicto, para trocar “lo sucio en oro”, para
convertir los elementos más simples y económicos en una escenografía o en una
iluminación espectaculares, para trabajar con las limitaciones de cada ser
humano y lograr extraer desde allí lo mejor de la humanidad de cada actor, de
cada estudiante, de cada miembro de su equipo en el breve tiempo en que fue
director del Centro de Integración Universitaria, de cada amigo que le rodeaba,
para convertir las miserias humanas y la indigencia humana en un motivo para la
reflexión y para el reencuentro a partir del montaje de un buen texto
dramático, para transformar también el lado oscuro de los seres humanos en un
motivo para la risa y el buen humor que reavivaran la esperanza.
Un reparador de sueños de vida que luchó hasta el final
por su propia vida y dio testimonio hasta el último día, de su pasión por
vivir.
“Al final de este viaje
en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir…”
en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir…”
Silvio Rodríguez
Este fue Willy Cabello, o estos fueron algunos de los
Willys que yo conocí. Al final de su viaje por la vida, queda en mí y en muchos
otros de los que lo conocimos, su profunda, apasionante y esperanzada
invitación a vivir, a vivir humanamente, plenamente, buscando que cada día sea
un pretexto para “aflojar los odios y apretar amores”, que cada acción convoque
a que “venga la esperanza de cualquier color”. “Por lo menos por eso es que
estoy aquí” diría sin duda Willy si estuviera…quiero decir, afirma sin duda
Willy que está “resucitadamente” presente.
Junio 19/ 2007