“…La
“persona completa” del mañana no podrá ser “completa” sin una conciencia
instruida de la sociedad y de la cultura, con la que contribuir generosamente
en el mundo tal cual es. La “persona completa” del mañana debe tener, por
resumirlo, una solidaridad bien informada...”
Peter
Hans Kolvenbach S.J. [1]
En los tiempos
que corren se habla de manera continua de la participación ciudadana y del
papel de la sociedad civil prácticamente como de la solución mágica a todos los
problemas del país.
Existen ejemplos
recientes que confirman que en efecto, cuando la sociedad civil organizada se
moviliza en torno a una causa común se puede presionar a los gobernantes y a
los poderes fácticos para lograr transformaciones en temas relevantes que
afectan la vida de los ciudadanos.
Sin embargo
también es evidente que existen grupos sociales que se mueven por intereses
particulares más que por la búsqueda de beneficio social y que hay movimientos sociales que se generan a partir
de visiones sesgadas y poco informadas de la realidad, aunque aparenten estar
motivadas por una visión crítica.
La rápida
explosión de las redes sociales ha potenciado esta capacidad de movilización
colectiva y en los tiempos recientes hemos visto ejemplos notables de
crecimiento de protestas sociales como la llamada “primavera del medio
oriente”, el movimiento de los indignados en España (15M) o en Estados Unidos
(Occupy Wall Street) a nivel internacional y el emblemático #yosoy132 en México.
Esta
amplificación de la movilización y la protesta sociales ha funcionado como un
amplificador que hace más visibles tanto las fortalezas como las debilidades y
sesgos de este tipo de manifestaciones colectivas.
Para quienes
trabajamos en el ámbito de la educación, esta nueva realidad es un llamado para
trabajar con mayor seriedad, profesionalismo, pertinencia y eficacia en la
formación ciudadana de los niños y jóvenes que en pocos años serán los miembros
de esta sociedad civil que es un agente fundamental sin el cual resulta ya
impensable el desarrollo del país.
En este contexto
resulta indispensable que la educación ciudadana se sustente en dos pilares
básicos sin los cuales la movilización social puede ser presa de manipulación
de líderes o grupos interesados en presionar al gobierno para obtener
privilegios y espacios de poder o bien responder a buenas intenciones que
apunten a objetivos inviables o a causas que no resuelvan realmente los
problemas por falta de sustento en la realidad.
Estos dos pilares
básicos son: la criticidad auténtica y la solidaridad bien informada.
Porque no hay
posibilidades de movilización social fructífera y eficaz si no se parte de un
ejercicio auténtico de la criticidad, entendida no como el estar siempre y
ciegamente del lado de lo que se considera “crítico” o “progresista” o
“popular” sino como el esforzarse permanentemente por la adquisición de
información suficiente y relevante, la comprensión adecuada e inteligente y la
búsqueda de pruebas y evidencias que respondan a la pregunta: ¿Qué es lo que
verdaderamente sucede en este caso?
Del mismo modo,
resulta imposible promover acciones sociales efectivas que apunten hacia la
justicia y la democracia si se asume una solidaridad meramente emocional con
quienes se considera a priori que son víctimas de situaciones o acciones de la
autoridad o del mal funcionamiento de la estructura social. La verdadera
solidaridad es la solidaridad que se sustenta en buena información sobre los
problemas para formarse una idea adecuada y un juicio lo más certero posible de
las situaciones en las que se quiere incidir. La solidaridad eficaz es la
solidaridad bien informada.
Estos dos pilares
están íntimamente relacionados. No puede haber construcción de una solidaridad
bien informada sin una criticidad auténtica así como no puede haber criticidad
auténtica sin solidaridad bien informada. Sobre estos dos fundamentos se debe
construir la formación ciudadana en nuestro cambio de época.
Formar personas
completas es el desafío, personas con una conciencia instruida de la sociedad y
la cultura que les sirva para contribuir a intervenir en el mundo tal como es.
Ciudadanos críticos y solidarios que trasciendan la protesta visceral que hoy
inunda las redes sociales y las plazas públicas.
[1] Conferencia: El
servicio de la fe y la promoción de la justicia en la educación universitaria
de la Compañía de Jesús de Estados Unidos. En la universidad de Santa Clara,
California. 6 de Octubre de 2000.