COMPRENDER PARA COMPRENDERNOS. UNA REFLEXIÓN A PARTIR
DE INSIGHT DE BERNARD J.F. LONERGAN S.J.
Lonergan, B.
(1999).
Insight. Estudio sobre la comprensión
humana. Edit.
Sígueme-UIA. Salamanca.
“En la novela policiaca ideal,
el lector cuenta con
todas las pistas pero no logra
dar con el criminal.
Bien puede percatarse de cada
pista cuando se
presenta. No necesita más
pistas para resolver el
misterio. Con todo, puede
quedar a obscuras por
la simple razón de que llegar a
la solución no es
la mera aprehensión de alguna
pista, ni el simple
recuerdo de todas ellas, sino
una actividad muy
distinta de la inteligencia
organizadora que ordena
el conjunto íntegro de pistas
en una perspectiva
explicativa única.”
Lonergan. Prefacio Insight.
Introducción: Biblia, versos satánicos o novela policiaca.
A partir del inicio del prefacio a Insight: un estudio
sobre la comprensión humana viene la imagen a mi mente: ¿Biblia, versos
satánicos o novela policiaca? ¿De dónde? ¿Por qué? ¿Cómo puede esta imagen
hilvanar mi reflexión sobre este libro que me siento incapaz de reseñar a
profundidad? ¿cómo presentar a partir de esta imagen mi propia experiencia de
lector de esta obra y seguidor de su invitación?
En alguna parte del prefacio, Lonergan dice que lo
importante no es tanto la respuesta –la que trata de formular el libro en
cuestión- sino el modo de leerla. De allí la imagen, no hay un único modo de
leerla –o interpretarla sin leerla- sino varios. Yo descubro estos tres: como
La Biblia, como los versos satánicos o como novela policiaca.
Sí, hay quienes leen Insight como la Biblia, o como el modo cotidiano
aunque incorrecto en que decimos: “Esto es la Biblia...” , “Tal libro es como
la Biblia de x cosa”, es decir, hay una lectura posible que vuelve revelación
divina y verdad cerrada y acabada lo que Lonergan dice (la premisa mayor, como
en los Silogismos de Hefling, es: Todo lo que Lonergan dice es verdadero). Es
el modo Lonerganianista diría yo en el sentido en el que el autor se refería al
término Thomistic para referirse a los que endiosaban, se encerraban y anquilosaban
el pensamiento de Tomás de Aquino.
Hay otros que leen, o mejor, se ahorran la molestia de
leer Insight y a Lonergan en general, como si fuesen los “versos satánicos”
aunque quizá a la inversa porque la obra de Rushdie era herejía por progresista
y desmitificadora y para ellos Insight y esas cosas son lo contrario: demasiado
conservadoras como para tomarse la molestia de entenderlas. El asunto está en
que Lonergan es para ellos “Neotomista, esencialista...” y algunos otros istas.
De allí se desprende “la Fatua” que marca y persigue al autor y a todos esos retrógrados que lo leen o lo
citan.
Hay una tercera forma de leer esta respuesta: como novela
policiaca según lo que citaba en el epígrafe tomado del prefacio, es decir,
como una obra donde parecen estar todas o muchas de las claves pero en la que
uno se queda siempre (y si se mete uno a fondo a la invitación siempre quiere
decir siempre) con la duda de quién será el asesino, de cómo se resolverá de
manera definitiva el misterio, porque hay un permanente acercarse a la
respuesta a partir de las pistas y surgen nuevas preguntas, nuevas búsquedas,
nuevos hallazgos y nuevas pistas. En esta manera de leer hay siempre el reto de
que el libro no da sino las claves y uno tiene que ir poniendo lo demás...y eso
cuesta mucho de esfuerzo, dedicación, frustración, gozo, crecimiento,
estancamiento y a veces retroceso...cuando está uno a punto de dar con “ el
asesino solitario” resulta que hubo “acción concertada”.
Esta sería la perspectiva Lonerganiana, es decir, la que
equivaldría a lo que Lonergan llamaba Thomist, como genuino seguir la
invitación de Sto. Tomás y no repetir sino llegar más allá, asumirse como
puntos de vista en movimiento y no encasillarse en respuestas hechas –ni
quedarse en las palabras mágicas y repetidas mecánicamente: atiende, entiende,
juzga y valora- ni en conceptos o teorías que siguen al autor traicionando su
espíritu.
A.-Una invitación.
“...El propósito del libro es
ante todo lanzar
una invitación a ejercer un
acto personal decisivo...”
Lonergan. Insight, introducción.
Porque el propósito del libro, la apuesta del libro, el
camino didáctico propuesto por Lonergan en Insight es ante todo lanzar la
invitación a ejercer un acto personal decisivo: el acto de ir explorando y
haciéndose dueño o dueña del propio dinamismo consciente.
Así, el libro nos va llevando, toda la primera parte
desde la pregunta: ¿qué hago cuando conozco? Al análisis del acto de entender o
comprender como experiencia compartida al científico clásico, a la ciencia estadística
y a los hombres y mujeres del sentido común, a la comprensión del acto de
comprensión como algo no simple sino complejo que tiene cuando menos dos
niveles o grupos de operaciones: el de la inteligencia (la comprensión directa
o inversa) y el de la reflexión y el juicio (la comprensión refleja) y más allá
o más acá, a la comprensión, mediante la comprensión del acto de comprender, de
que podemos autoafirmarnos conscientemente como sujetos que conocen. Yo soy un
“conocedor” (alguien capaz de experimentar, entender y juzgar) sería la
formulación profunda y personal fruto de ese acto decisivo al que el autor nos
está invitando a cada paso durante toda esa primera parte.
B.- Nadie puede hacerlo por ti.
“Nadie, por más conocimiento o
elocuencia que
tenga, por más rigor lógico o
capacidad de
persuasión, puede hacerlo por ti, lector.”
Lonergan, Insight. Introducción.
Y esta autoafirmación como respuesta a la invitación no
es un acto aislado sino un profundo, existencial y permanente caer en la cuenta
de nuestro propio dinamismo y sus exigencias, dinamismo que compartimos y que
por ello y por su propia estructura nos abre a lo otro, a los otros y AL OTRO,
nos invita a la autotrascendencia.
Esa búsqueda de autenticidad, esa respuesta permanente a
la invitación impresa en nuestra propia estructura más que en el libro –en
inglés o español- es algo que nadie puede hacer por ti o por mí por más
elocuencia que tenga, por más conocimiento o capacidad de persuasión, por más
que se sepa a Lonergan al derecho y al revés. Esto es algo que tiene que hacer
cada uno y a partir de las propias experiencias , de las propias preguntas, de
los propios procesos de búsqueda de conocimiento, de las propias decisiones y
compromisos que vaya asumiendo.
C.- El acto de entender: De lo simple y obvio a lo central.
“El acto de intelección zanja
la diferencia entre un
problema exasperante y su
solución evidente...”
Lonergan, Insight.
Prefacio.
El acto de entender parece
tan cotidiano, tan obvio, tan simple, que muchas veces es algo que no nos
detiene, que no ocupa nuestra atención ni por un momento. Sin embargo, la
compleja simplicidad de este acto que es a la vez proceso y misterio es un
elemento constitutivo central de nuestra búsqueda de desarrollo y de
interacción con el mundo que nos rodea y con los seres humanos con los que
convivimos y con el infinito que nos trasciende.
Comprender lo que nos rodea nos lleva de los problemas
exasperantes a su solución evidente, evidente una vez que y solamente que ha
ocurrido el acto de intelección. El acto de intelección entonces libera la
tensión de la búsqueda y establece un puente entre lo concreto y lo abstracto,
el acto de intelección llega de manera inesperada y no planeada, pero le llega
a aquél que anda en búsqueda, que ha planteado preguntas, que ha intentado
relacionar y organizar los datos, que imagina las posibles soluciones.
D.- Entender el acto de entender. El reto de lo concreto.
“...no hay que leer la presente
obra como si describiera
una región distante del globo
que el lector jamás hubiese
visitado , o como una
experiencia mística y extraña que jamás
hubiese compartido... al
contrario, el punto clave aquí...es la
apropiación...”
Lonergan. Insight.
Introducción.
Una lectura “tipo novela policiaca” nos hará entender que
aunque el mismo autor nos está dando claves y pistas para ir recorriendo el
camino hacia la solución, nosotros tenemos que ir poniendo nuestra propia
experiencia consciente e intencional en movimiento para poder ir comprendiendo
cabalmente lo que se nos propone como invitación. No se puede o no se debería
leer Insight como si se tratara de cosas raras, de ejemplos científicos
extraños sino como un proceso de búsqueda de apropiación de nuestro propio
dinamismo inteligente, razonable, responsablemente libre.
Aunque los ejemplos de matemáticas o física nos pueden
dar la impresión de un libro que habla sobre lugares extraños que no se han
visitado o experiencias raras que jamás se han compartido, una lectura de la
invitación más que de las palabras en que está formulada (aunque estas palabras
sean todavía hoy muy potentes,
sugerentes y sólidas) nos hará ir haciendo resonar algo por dentro, sentir que
algo se va acomodando o desacomodando en nosotros, que se está hablando de algo
que es común entre el autor y nosotros.
Entender el acto de entender desde esta perspectiva nos
va llevando a responder la segunda pregunta que plantea Lonergan: ¿qué es lo
que conocemos cuando hacemos eso que ya analizamos? Es entonces cuando llegamos
a entender el isomorfismo de la realidad y nuestra estructura dinámica
consciente intencional, es entonces cuando el autor nos va llevando a algo que
era y creo yo sigue siendo muy novedoso y apasionante aunque no sea la parte
que yo más manejo del libro: Una nueva noción de metafísica, una noción
dinámica, heurística, que parte de nuestra propia experiencia y que puede ser
verificada o verificable desde ella.
De allí a una ética y aún al intento de comprender desde
nuestra medida humana la existencia de Dios, la invitación y la obra nos llevan
a una apertura fenomenal a ir explorando esa dimensión de infinito desde
nuestra realidad finita, a ir abriéndonos a ese deseo sin límites ni
restricciones a pesar de nuestros logros limitados y restringidos.
E.- El acto de entendernos. Progreso y decadencia.
“El acto de intelección sobre
el acto de intelección hace
patente el proceso acumulativo
del progreso...De igual
modo, el acto de intelección
sobre las omisiones de la
intelección revela el proceso
acumulativo de la
decadencia...Tenemos que
aprender a distinguir claramente
entre progreso y decadencia...”
Lonergan. Insight.
Prefacio.
El acto de intelección
sobre el acto de intelección que no solamente es personal sino humano, nos va
llevando a la comprensión del proceso acumulativo del progreso humano. Pero el
ser humano no es puro y auténtico al cien por ciento. El análisis de la
negación del acto de entender, de las aberraciones de la propia actividad
consciente intencional –dramáticas, personales, grupales, generales- nos van
llevando a la comprensión del proceso acumulativo de decadencia. La historia
humana, el crecimiento humano personal y colectivo es siempre una mezcla de
progreso y decadencia y es permanentemente un reto para distinguir lo que es
progreso de lo que es realmente decadencia aunque aparentemente se presente
como progreso.
Esta búsqueda de distinción personal y colectiva es el
reto continuo de la humanidad por ir descubriendo a cada momento lo que
desarrolla y revirtiendo lo que hace retroceder. Es la historia y es la organización
social que puede ser más o menos inteligente, más o menos razonable, más o
menos responsable y en ese sentido más progresista o decadente.
De allí que el comprender el acto de comprender nos lleve
a la necesidad de ir comprendiendo el comprendernos: el comprendernos unos a
otros, el comprendernos como humanidad en proceso, el comprendernos como parte
de un universo vivo e interdependiente, el comprendernos como abiertos a la
trascendencia.
Entre más comprendamos, entre más inteligencia esté en juego,
más nos podremos ir comprendiendo.
F.-Comprender para comprendernos: el reto universitario. (Cosmópolis).
“...estamos escribiendo no sólo
a partir de un punto
de vista en movimiento, sino
también acerca de un
punto de vista en
movimiento...”
Lonergan. Insight.
Introducción.
El comprender para comprendernos es un proceso dinámico
interminable. Porque somos puntos de vista en movimiento, crecemos, cambiamos,
evolucionamos, transformamos nuestras opiniones, nuestros significados,
nuestras valoraciones. Porque todo aquello de lo que hablamos, pensamos,
aprendemos, decidimos es también un punto de vista en movimiento, un mundo
cambiante, una realidad en construcción, una humanidad en proceso.
De allí que la invitación es un reto permanente a
construir la Cosmópolis, es decir, no un sistema económico o político o un
régimen determinado sino un compromiso colectivo con la búsqueda permanente de
comprensión (inteligencia) para comprendernos mejor, con la construcción
permanente de espacios y relaciones de comprensión que nos lleven a comprender
mejor lo que hacemos, lo que somos y lo que nos pasa.
Este es un reto profundamente universitario: el
compromiso con la búsqueda de inteligencia, de razonabilidad, de
responsabilidad, es un compromiso que nos toca prioritariamente a los que nos
dedicamos a pensar, a leer, a estudiar la realidad. Ir más allá de nuestros
caprichos, de nuestros prejuicios, de nuestras descripciones sesgadas o
ideologizadas hacia verdaderos análisis de la realidad es un reto que se deriva
de asumir esta invitación a entender el acto de entender para apropiárnoslo y
autoapropiarnos.
Porque:
“...la babel de nuestro tiempo
es el producto
acumulativo de una serie de
rechazos a la
comprensión...”
Lonergan, Insight. Cap. 7.
Y revertir este proceso se logrará poco a poco y
solamente si aceptamos la invitación que es propósito de Insight –leámoslo o
no- y dejamos de verlo como La Biblia o de repudiarlo como “Los versos
satánicos” porque se trata en el fondo de una genial e interminable novela
policiaca.