Antes que nada agradezco esta nueva
forma de hospitalidad de Acequias y sus editores al invitarme a presentar un
libro que nace de esta revista que siempre ha abierto sus puertas y ventanas a
lo que me he atrevido a proponer. La hospitalidad básica de todo medio de
comunicación es precisamente esta apertura a escuchar, analizar y decir de
manera multiplicadora la palabra de los que se acercan deseosos de decir algo.
Acequias ha sido siempre en ese sentido, hospitalaria y calurosa conmigo, como
espejo fiel de la personalidad de su editora y de los miembros de su consejo
editorial. Gracias pues, por este nuevo espacio.
Acequias propone, haciendo memoria
de sus siete años de historia, un libro de ensayos sobre Educación que es un
mosaico variado y colorido que refleja muy acertadamente la vocación
fundamental con la que, al menos desde la perspectiva de un lector asiduo como
yo, nació esta revista que ahora a
través de sus compilaciones en forma de libros como : de Acequias de cuento, Acequias
de poesía y ahora Acequias de ensayo: Educación, parece
convertirse como en una especie de sello o identidad editorial de la
Universidad Iberoamericana Torreón.
Desde su nombre, el sello acequias
indica su finalidad: ser un canal por el cual se inunde el desierto de este
horizonte confuso y a veces ininteligible del cambio de época en que vivimos,
del agua de la palabra y la inteligencia que brota de la vocación universitaria
fundada en los principios del humanismo de inspiración cristiano-ignaciana que
inspiran el modelo de la UIA.
Fiel a este nombre que marca su
identidad, Acequias ha venido creciendo en esta vocación que la hace ser un
espacio refrescante y vital en el panorama de las revistas universitarias que
oscilan a veces entre el academicismo pretencioso y aburrido y la trivialidad
disfrazada de actualidad y cercanía a los lectores. En efecto, Acequias da
cuenta en este libro de esa vitalidad que la caracteriza y que la hace plantear
en cada número una muestra variada de pensamiento y sentimiento que equilibran
el rigor intelectual y la claridad, la formalidad académica y la preocupación
por el lenguaje adecuado y aún expresado con belleza.
Acequias es un canal, o una red de
canales que tienen varias dimensiones que trataré de presentar ahora, al hacer
un recorrido por el libro que ahora se presenta.
1.-Acequias
de diálogo (s):
“…Y
ya me nace la palabra hombre/y el prodigio de ser hasta el zapato/ de puro
estar cambiando el universo/ creyéndome y creyendo..:”
En primer lugar este libro refleja
esta red de canales de diálogo que ha sido y sigue siendo Acequias: diálogo
entre distintas aproximaciones disciplinares, diálogo entre la ciencia, la
Filosofía y la Literatura, diálogo entre la Fe y la Cultura, diálogo entre la
perspectiva ignaciana de la educación y del mundo y la realidad educativa
actual…
En este libro de ensayos nos
encontramos ejemplos de estos distintos diálogos. En primer lugar, aparece una
preocupación central de Acequias que tiene que ver con la Educación desde la
perspectiva de, o fundada en, el modelo educativo ignaciano. El diálogo
entre la perspectiva ignaciana de ver la realidad y la educación en distintos
niveles aparece claramente, desde la visión estructural de David Fernández S.J.
y sus “diez apuestas de la Universidad de la Compañía de Jesús en el mundo
actual”, hasta la reflexión sociológica de Edgar Salinas que plantea el reto de las
universidades jesuitas a 25 años de la congregación 32 y su compromiso al
“servicio de la Fe y la promoción de la justicia” o el texto donde Marco
Antonio Bran S.J. que busca explorar el significado de la Educación integral
desde el paradigma ignaciano o en el nivel del aula en el artículo de Elba
Noemí Gomez y Adrián Castañeda donde se presenta la propuesta de la Pedagogía
Ignaciana, - tan debatida como afirma David Fernández en su texto, desde mi
punto de vista, polémica más en su nombre que en su propuesta, presente en las
búsquedas de todas nuestras universidades del Sistema Universitario Jesuita- ,
como una “propuesta humanista para el cambio”. Otra muestra de este diálogo es
el artículo: “Ser contemplativos en la acción docente”, de Ana María
Urdapilleta.
Acequias de diálogo entre la fe y la
cultura muy presente en el artículo de Rafael de Regil sobre una posible
relación entre Educación y Religión, que desde una perspectiva muy inspiradora
y llena de retos, plantea como esencial en una educación humanista a partir de
la concepción del ser humano como misterio.
Acequias de diálogo entre
disciplinas, donde presenciamos el aporte teológico del mismo De Regil, al lado
de la reflexión sólida y agudamente filosófica de Luis Armando Aguilar Sahagún
quien plantea elementos muy esclarecedores para desentrañar el significado de
la “recuperación de la experiencia como problema filosófico” a partir del
proceso vivido en el doctorado en Filosofía de la Educación del ITESO, o los
artículos de índole más pedagógica o filosófico-educativa como : “no desearás
la docencia de tu prójimo” o “Cambiar de clima el corazón”, donde un servidor
trata de aportar algunos elementos para pensar la docencia y la tutoría desde
una perspectiva humanista, sustentada sobre todo en el enfoque de Bernard
Lonergan S.J. que es sin duda una perspectiva humanista ignaciana que dialoga
con las ya descritas anteriormente. Diálogo interdisciplinar que hace que,
aunque haya un eje en torno a lo educativo a lo largo de todo el libro, se
planteen reflexiones desde el aporte del cine (Luis García Orso S.J.) o la
reflexión sobre la televisión en la educación y sobre nuestra educación como
televidentes y consumidores de medios audiovisuales en general (Renata Chapa:
Un asedio a la telebasura y Laura Orellana: “¿Eres un analfabeta audiovisual?),
la reflexión del Derecho y la necesidad de una formación que vea lo jurídico
desde una perspectiva crítica y relacionada con la realidad (Jaime Maravilla:
“El Derecho no es letra muerta”) o una perspectiva ignaciana de la enseñanza de
las Matemáticas en la que Ricardo Coronado presenta y analiza el valor de la
propuesta de José Luis Moreno Aranda S.J. para una enseñanza de matemáticas
desde la pedagogía ignaciana y no sustentada en temas o contenidos sino en
niveles de abstracción del educando, propuesta por demás pertinente y actual en
el contexto de reformas curriculares del sistema universitario jesuita y en
medio de las tendencias hacia una educación centrada en el aprendizaje y en el
alumno, que predominan hoy en el discurso pedagógico.
Diálogo entre disciplinas que
piensan y se piensan a la luz de la Educación que necesita el cambio de época y
que brindan una visión complementaria de los retos que hay que enfrentar y las
líneas que hay que ir construyendo para volver pertinente el proceso educativo
para enfrentar y transformar la realidad.
Acequias de diálogo entre la
docencia y la investigación, en artículos como el de Silvia Schmelkes que reflexiona sobre las
características y exigencias que debe enfrentar una “Universidad que investiga”
y la muy interesante reflexión de Ana María Urdapilleta que explora todas las
posibles maneras de entender la vinculación docencia-investigación
(investigación para la docencia, el docente como investigador, la investigación
como docencia, la docencia como investigación).
Acequias de diálogo entre la
realidad educativa actual y sus propuestas de renovación como la Educación
centrada en competencias que explora la Dra. Yolanda Argudín en su texto,
frente al modelo educativo ignaciano que se presenta en los textos citados
líneas arriba.
Diálogo que trasciende este libro y
que se muestra en la conversación entre Acequias de cuento, Acequias de poesía
y Acequias de ensayo, como esa Acequia de diálogo y enriquecimiento mutuo entre
la literatura y las disciplinas teóricas, que tiene algunas muestras hacia
dentro de ensayos como el del mismo David Fernández incorporando a Sábato o los
de quien esto escribe, tomando trozos simbólicos de Benedetti, Lizalde, Novo o
Paz para decir lo que a veces solamente la poesía sabe decir.
Acequias de diálogo: canales que
inundan de conversación inteligente el desierto de palabras huecas y gastadas
en que parece vivir a veces la universidad y el país en que vivimos y al que
pretende servir la universidad.
2.-Acequias
de pensamiento (s)
“Pero
ocurre que a veces/ a veces porque sí/ por primavera…/ me vuelvo inteligente,
solidario/ sé de pronto quién soy/ y dónde piso…”
Acequias de pensamiento que trata de
acercarse a la realidad y comprender su compleja forma actual en la
posmodernidad y los problemas de las universidades en el mundo actual (Leonor
Paulina Domínguez), Acequias de pensamiento que se adentra en el cambio de
siglo y milenio a través de las reflexiones de Martha Velda Hernández –“El
cambio de siglo: cultura y educación”- y de Juan Manuel Torres Vega –“Quédate ,
porque cae la tarde, un siglo termina”, en los que desde una revisión de
aproximaciones teóricas que tratan de explicar esta transición histórica y sus
problemas como el de la llamada “sociedad dual” y la necesidad de impulsar cambios
en la cultura por medio de la educación o a través de una bella reflexión
testimonial que culmina con un mensaje de esperanza en el futuro, el
pensamiento trae posibilidades de vida renovada a través de la búsqueda del
sentido de este proceso histórico.
Acequias de pensamiento esperanzado
o de esperanza fundada en el pensamiento, Acequias que se abren como las venas
que pueden oxigenar el panorama asfixiado por la rutina, el exceso de
información inconexa, la falta de herramientas para explorar esta información y
la prisa por vivir sin pensar, por sobrevivir sin reflexionar, vidas que
precisamente por esta falta de reflexión sobre sí mismas, como afirmaba
Aristóteles, no valen la pena de ser vividas.
3.-Acequias
de utopía (s)
“Se
me viene un pasado a la memoria / y me nace un futuro en la garganta…”
Acequias de utopías en un mundo
carente de utopías, acequias que persiguen con su cauce rebosante de palabras y
de pensamiento, la construcción de nuevas utopías, entendidas no como lugares
ideales o sistemas perfectos sino como formas de caminar la vida tratando de
humanizarla y de construir la justicia, formas de vivir recordando, conservando
la memoria, hasta que, como decía Rosario Castellanos, “La justicia se siente
entre nosotros…”
Acequias de utopías que se comunican
por contagio, porque al leer los veintidós ensayos que componen el libro, el
lector descubre como hilo conductor o vaso comunicante entre los textos y los
autores, la existencia de una utopía que se contagia por las palabras y se respira
a través de las vidas que están escribiéndose detrás de las palabras.
Utopías que se caminan, se sufren,
se trabajan, se sudan, se lloran y se ríen en el día a día de una universidad
que a pesar de los “tiempos difíciles” que “como a todos los hombres” nos ha
tocado vivir (Borges), sigue creyendo que “otro mundo es posible” y que ese
otro mundo no es un punto de llegada sino una forma de estar en el mundo.
Acequias de utopías que pretenden
restaurar la confianza en la palabra, en la Filosofía, en la Educación como
vehículo privilegiado para la humanización, el cambio de cultura, “el servicio
de la fe y la promoción de la justicia”, la confianza en la universidad que
busca dejar de ser “parte del problema” y empezar a convertirse, poco a poco,
en parte de la solución a las desigualdades y las contradicciones del mundo
globalizado que tienen su principal tragedia, en la “desvalorización que el ser
humano hace de sí mismo y que es el camino hacia el sometimiento y la
masificación” según afirma Sábato en el artículo de David Fernández.
Acequias de utopías compartidas en
una comunidad de maestros y alumnos, de investigadores y directivos, en una red
universitaria que camina en solidaridad a pesar de sus contradicciones y que
sigue refrendando su deseo de ser un sistema educativo de la Compañía de Jesús
en México. Sistema en el que todas las partes son interdependientes y van
constituyendo el proyecto común, educativo porque más allá de la Educación
cooptada por el mercado y convertida en un servicio que se posee y se paga por
poseer, hay una visión del desarrollo humano y social que promover al estilo y
desde la inspiración y la misión de la Compañía de Jesús y con una sólida
visión del país en el que estamos y del país que queremos colaborar a
construir.
4.-Acequias
de acequias
“…Y
voy matando sombras/ degollando/ muñecos de aserrín que dicen dónde/ dónde os
lleva este sufrir sufriendo/ y hasta cuando…/ que todo el aire es canto / y voy
cantando…”
Acequias de Acequias, es decir,
canal de canales que se extienden hacia todo el que quiera acercarse a beber, a
refrescarse, a dejarse inundar por el diálogo, el pensamiento, la reflexión, la
utopía. Canal de canales que se bifurcan para abarcar muchas perspectivas
teóricas y práxicas, múltiples formas de entender la realidad educativa, muy
variadas maneras de interpretar y abrir líneas de operativización de una
propuesta educativa retadora, apasionante, ligada desde lo más hondo al
proyecto existencial de muchas personas que, como los autores de los artículos que
componen el libro y de los que sin estar en el libro son parte de esta historia
de Acequias, de muchos lectores y lectoras de la revista y lectores y lectoras
de este libro que hoy se ofrece a dialogar y a dialogarse con el que quiera
abrirlo y abrirse ante su contenido, van caminando su vida con la esperanza de
que el ser humano es actor de la historia y puede y debe influir en la
transformación de la historia para ir haciendo realidad, de manera progresiva y
limitada, pero firme y llena de esperanza, la humanización de la humanidad que
está llamada a la trascendencia.
Acequias de acequias que quieren
inundar y volver fértil cualquier terreno humano que pueda ser digno de
reflexión, en una dirección que no es lineal sino llena de ciclos, de cambios
de dirección y de sentidos nuevos, porque como dice Jaime Muñoz en la
presentación, ninguno de los textos que componen el libro fue pensado ni existe
como una reflexión acabada y cerrada sino como un disparador, como un pretexto
sugerente que “catapulte” nuevas reflexiones, que haga surgir preguntas, que
mueva a la crítica y a la recreación de sus contenidos y sobre todo de sus
búsquedas.
5.-Acequias
de esperanza.
“…pateando
la tristeza/ alborotando/ dando mi piel caliente/ mis dos manos/ ese soy yo
vega una copa y cante..:”
Acequias de esperanza inteligente y
crítica, de esperanza que lleva al compromiso y hace caminar a quien la
experimenta. Acequias de esperanza que se organiza en la universidad y se trata
de comunicar, de investigar, de interpretar, de llevar a la sociedad
desesperanzada que a veces ya no busca ni espera nada, pero que en el fondo
sigue esperando alguna mínima esperanza.
Acequias de esperanza que se nutre
de la realidad y que se dirige hacia la realidad para transformarla en una
realidad más propicia para la vivencia de lo humano, para la equidad, para la
armonía con la naturaleza, para la democracia con justicia, para el
conocimiento que promueve desarrollo humano, para la pluralidad que construye
comunidad desde una búsqueda ética, para la construcción de calidad de vida
para todos y de una visión que nos abra a la pregunta y a la experiencia de
relación profunda con la trascendencia.
Acequias de esperanza que persigue
inundar el desierto con la palabra, con la palabra que procede de una
universidad como la Ibero, que cree profundamente en la palabra que se encarnó
y vivió y vive con nosotros, que vive en la esperanza de que la palabra pueda
ir dando significado a la existencia personal y colectiva, que buscar
compasivamente y con amor desinteresado comunicar esta palabra a todos los que
tengan oídos abiertos para escucharla.
Por eso vale la pena acercarse a
este libro. Por eso vale la pena volverse cómplice de Acequias, buscar ser
Acequias para los demás y repetir con Constantini: “…Y entonces sí, /entonces sí, compadre, resucito/ siento mis pies
que pisan y prometen/…y salgo a caminar con tanta vida/ con tanta cosa ardiente
aquí en el pecho.”[1]
Presentación del libro-compilación de artículos de la revista Acequias de la UIA Laguna, por ahí del año 2004:
Varios autores.
(2004). Acequias de ensayos. Educación.
Universidad Iberoamericana Torreón. Torreón.
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