“El futuro ya no es lo que antes era, nos recuerda
Valéry. Ya no hay recetas ni rumbos claros. Incierto,
Promisorio, inseguro, inquietante es lo que viene para México.
Lo único cierto es que lo que hagamos marcará la mitad del
Rostro futuro de México. El resto lo definirá el azar.”
Jesús Silva-Herzog Márquez.
1.-NEGANDO
EL ARTE NUEVO: ACERCAMIENTOS A LA GLOBALIZACIÓN.
El
futuro ya no es lo que antes era, ya no hay en efecto, recetas, caminos
ciertos, seguridades a prueba de todo cuestionamiento. Estamos en una crisis de
futuro y esto puede significar muchas cosas y generar muy diversas reacciones.
Crisis de futuro puede significar imposibilidad de futuro o puede también
significar, momento de toma de decisiones para posibilitar el futuro, un futuro
que iremos construyendo nosotros y el azar pero que, como dice el poeta
Benedetti, debemos tratar de que dependa “cada vez más de nosotros y menos del
azar”.
Diversas
pueden ser las reacciones ante la incertidumbre del futuro: hay quienes añoran
ese antes cuando el futuro era de otro modo y se podía predecir, prever,
anticipar y entonces pretenden negar la realidad y cerrarse a su dificultad
intrínseca y en el caso que ocupará estas líneas, el de la globalización, se
empeñan en ver este proceso como el mal disfrazado de yuppie y para ellos no
hay peor insulto que ser tecnócrata neoliberal. Son los “globalifóbicos”, según
el “cultísimo” aporte a la lengua española del presidente Zedillo en el foro de
Davos, Suiza. Hay otros que , como él y muchos miembros de su gabinete, más
bien creen que el futuro es como el presente , que la realidad es solamente lo
que tenemos hoy y que no hay otro camino posible más que este para la humanidad
entera. Llamémosles “globalifílicos” como ya algunos columnistas han hecho a
partir del manifiesto contra la “globalifobia” del “Foro económico mundial”.
Sin
embargo, creo que habría que añadir un tercer neologismo. Digámosles
“globalicríticos” a los que intentan entender el fenómeno de la globalización
sin prejuiciarse ideológicamente a favor o en contra y tratan de asumir una
postura crítica para buscar la construcción de una mejor realidad a partir de
la comprensión inteligente de la realidad en que nos movemos hoy. “Mi plumaje
es de esos” o intentaría serlo, parafraseando a otro poeta.
“Y escribo por el arte que inventaron
los que el vulgar aplauso pretendieron
porque , como las paga el vulgo es justo
hablarle recio para darle gusto”.
Lope de Vega. Arte nuevo de hacer comedias de este tiempo (1609) *
Porque
lo más fácil sería, si se pretende “el vulgar aplauso”, hablar recio y ponerse
a decir que la globalización es algo así como el demonio o el anticristo que
llegó con el año 2000 y que es peor que el fin del mundo porque va a ser de
poquito en poquito; o, si se tratara de otro público más “moderno”, hablar
recio a favor del proceso globalizador viendo solamente sus virtudes y negando
que tenga cualquier efecto nocivo para la humanidad o para las universidades.
Sin
embargo, contradiciendo el arte nuevo de hacer novelas al que Lope se refiere,
invito al lector a un análisis más objetivo, más serio, más desprejuiciado, que
quizá de allí salgan conclusiones más críticas para buscar un futuro mejor
desde la incertidumbre promisoria y aterradora de este “cambio de época
presente”.
2.-EL NOMBRE DEL
JUEGO:ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE LA GLOBALIZACIÓN.
Iniciemos
con algunos conceptos sobre la globalización porque el término es tan
mencionado que puede ya no significar nada para los que lo escuchan. Tomo
algunas nociones de diferentes perspectivas, citados recientemente por la Dra.
Rosa Nidia Buenfil en una conferencia sobre la cultura del siglo XXI ofrecida
en el ITESO con motivo de la apertura del doctorado en Filosofía de la
educación.
La
globalización puede ser entendida como el “sistema mundo” al que se refiere
Wallerstein cuando analiza la evolución del sistema capitalista y habla de cómo
la lógica misma de este sistema mundo impide necesariamente el desarrollo de
los países pobres porque lo que se desarrolla es el sistema-mundo y para
desarrollarse requiere de la desigualdad y la exclusión.
Otra
manera de entender globalización es la de Braudel que habla del capital
universal en relación a una economía mundial de mercado. Existen otras visiones
que conceptualizan esto desde una perspectiva cultural y entonces hablarn del
proceso de construcción de un sistema cultural global o de una aldea global
cada vez menos eurocéntrica.
En
la literatura referente a Educación, según la Dra. Buenfil, encontramos otras
visiones: la conceptualización del mundo como un solo lugar de producción o la
visión de globalización como homogeneización cultural y la visión de Aaronovitz
de la globalización como “catástrofe cultural”.
Existe
según un diálogo reciente sobre el futuro publicado por “Letras libres” (no.
13, 2000), una dialéctica fundamental que también menciona la Dra. Buenfil , en
torno a las visiones de globalización, que podría resumirse en dos posiciones
extremas: La visión de este proceso como convergencia e integración en torno a
ideales y normas liberales como democracia, imperio de la ley, cooperación
internacional o consumismo, visión más cercana a los planteamientos de Fukuyama
(2000) y la visión de este proceso como el de bloques de valores -principalmente occidentales europeos y
orientales- que entran en choque, visión que sostiene Huntington . (Letras
Libres, no. 13).
Lo
cierto es que la globalización es un proceso complejo que no puede entenderse
simplemente con un juicio simplista de bueno o malo sino que tiene que ser
estudiado , investigado , entendido y criticado. He aquí una primera tarea
universitaria que retomaremos más adelante.
3.-DE LA SOCIEDAD
INDUSTRIAL A LA SOCIEDAD POSINDUSTRIAL: GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA.
Un
primer aspecto, sin duda el detonador de esta globalización es el relacionado
con la Economía de mercado. La globalización puede significar en este sentido
el “imperio del mercado libre” mundializado, lo que incluye obviamente la
mundialización del capital, de la producción y del consumo y una nueva división
internacional del trabajo. (Bell, 2000).
Este
proceso globalizador se da en el marco de una transición generada por la
revolución tecnológica de este siglo y el mundo de los medios de información:
la transición de una sociedad industrial a una sociedad postindustrial. Daniel
Bell señala en un artículo reciente algunos elementos de esta transición:
-El
paso de una tecnología mecánica a una tecnología intelectual.- El paso de las
grandes máquinas movidas por vapor, electricidad, combustibles y manjejadas por
el hombre a las tecnologías modernas de la información manejadas a través de
computadoras.
Este
paso implica la “codificación del conocimiento teórico”, el paso de una
investigación y desarrollo de tecnologías que surgen del ensayo-error empírico
a una tecnología que surge directamente del conocimiento teórico aplicado.
-El
paso de la producción como desarrollo de productos a una fase de mejoramiento
de su calidad (ej. Japón) y a uno ulterior de fabricación normalizada o
estandarizada de los mismos productos que reduce significativamente el costo de
su producción (el caso de Korea, Hong Kong o China a finales del siglo XX).
-La
distinción entre innovación –derivada de la ciencia que se aplica a la
tecnologíca-, la innovación –que depende más de la flexibilidad y adaptación de
las organizaciones- y la difusión –que es fruto de la mercadotecnia y los
medios de promoción y comercialización intensiva-.
-El
paso o la distinción entre tecnologías transformadoras –el teléfono o el
televisor que cambiaron radicalmente el estilo de vida y de comunicación- ,
tecnologías extensivas –el celular que hace más extenso y fácil el uso del
teléfono o la televisión por cable que facilita la difusión mundial de ciertas
cadenas-, y los nichos- que son segmentos específicos de mercado sobre los
cuales se desarrollan productos especiales como las redes internas de comunicación
de las empresas (pbx) o los canales especializados de ventas o de noticias-.
Es
interesante lo que Bell destaca en el sentido de que la mayor parte de las
empresas de Estados Unidos y otros líderes del mundo global se son empresas
pequeñas que se dedican a los nichos porque se requeiere de un gran capital y
de una empresa muy grande para producir tecnología transformadora (innovación).
Bell
señala como condiciones para que un país pueda acceder a la “escala
tecnológica” que demanda la globalización la existencia de un período de paz y
estabilidad interna (ahora entendemos porque se insiste tanto en la estabilidad
de México en los discursos oficiales), una amplia clase empresarial y UN
SISTEMA EDUCATIVO DE CALIDAD que enseñe a la gente a leer, escribir y contar,
lo indipensable para entendérselas con la tecnología.
4.-DE LA SOCIEDAD
MODERNA A LA SOCIEDAD POSMODERNA: GLOBALIZACIÓN CULTURAL.
Pero
la globalización económica ha traído consiogo procesos culturales de
globalización. Existe una evidente tendencia a la homgeneización de los estilos
de vida en el mundo (las modasy los modos son cada vez más parecidos en
cualquier ciudad del mundo), una estandarización y masificación del consumo
(todo el mundo oye a Ricky Martín por ejemplo o come Mc. Donald´s) y con ello,
una conformación de identidades débiles o un debilitamiento de las identidades
nacionales fuertes de antaño. Esto genera poco a poco una relativización de los
valores que llega al relativismo y una falta de utopías, modelos fuertes o “metarrelatos”
que puedan ser factores de unidad o cohesión social.
Existe
sin embargo, la emergencia de ciertos valores globales que empiezan a ser
compartidos: la cultura de los derechos humanos, del respeto al medio ambiente
(“La octava inteligencia de Gardner”) o de la democracia.
La
dialéctica entre identidades regionales y nacionales con sus valores y
tradiciones y proceso de globalización que tiende a homogeneizar y a debilitar
esas identidades está presente hoy más que nunca.
5.-WINERS
Y LOSERS: GLOBALIZACIÓN SOCIAL.
En
el ámbito social, el mismo Fukuyama que es un defensor del liberalismo y del
proceso globalizador, señala que existe un preocupante resquebrajamiento que
hace que ahora tengamos sociedades menos coherentes, un consumismo excesivo -que
por lo demás es inherente al proceso de globalización económica-, un deterioro
del deber y la solidaridad y algunos otros autores señalan el reforzamiento de
un neodarwinismo social que tiende a dividir la vivencia social en torno a ganadores y perdedores y a establecer una
feroz competencia y un exacerbado individualismo para llegar a ser ganador y
evitar ser señalado como culpable por el entorno social si no se triunfa,
triunfo por lo demás muy ligado exclusivamente al éxito económico o a la fama.
Serio
Zermeño ha escrito en su libro “La sociedad derrotada” (1997), esta visión de
resquebrajamiento social como la existencia de “many Méxicos”, muchos Méxicos
cada vez más alejados entre sí.
6.-EL
MONOPOLIO DE LA COOPERACIÓN: GLOBALIZACIÓN POLÍTICA.
La
pérdida o debilitamiento progresivo de las identidades nacionales por el
proceso de integración y homogeneización globalizador, junto con otros factores
complejos ha dado como resultado el debilitamiento de los estados nacionales.
Hobsbawm (Letras libres no. 13) señala que desde el siglo XVIII hasta la década
de 1960 se dio un proceso de fortalecimiento de diversos estados nacionales y
que el proceso de debilitamiento inició a partir de los años setenta del mil
novecientos.
Este
debilitamiento de los estados se ahonda ante la carencia de instituciones
globales o nacionales que medien entre las fuerzas de globalización económica y
las especificidades de cada nación. La soberanía es entendida ahora como el
“Monopolio de la cooperación” y estamos ante un sistema global gobernado por
comités y membresías (la OCDE, El foro mundial, el FMI, el Banco Mundial, el
grupo de los siete, etc.)
La
participación en el mercado ha sustituido a la participación política y en ese
sentido se nota un creciente desinterés y aún desilusión hacia la política, los
políticos y los partidos políticos por parte de las personas que han pasado a
ser consumidores en lugar de ciudadanos.
Con
todo, el crecimiento de la fuerza de la “opinión pública” con todo y lo caótico
y manipulado que esto está todavía y la necesidad de administración más plana y
descentralizada en las organizaciones, parecen apuntar a posibles escenarios
más positivos.
7.-DENTRO DEL JUEGO
PERO MÁS ALLÁ DEL JUEGO: EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA EN LA GLOBALIZACIÓN.
“La transformación de la sociedad comienza
con la capacidad de reducir la pobreza y la mera subsistencia
y de satisfacer las necesidades de la mayoría de la población”.
Daniel Bell.
Aún
desde análisis que partan de aceptar esta lógica de consumo y mercado como las
que rigen la vida moderna y no cuestionen el modelo que se está imponiendo como
única vía, se señala cada vez con mayor fuerza (el banco mundial ha hablado de
“humanizar la globalización”) la necesidad de incrementar los esfuerzos de lucha
contra la pobreza y la desigualdad. El problema está en la posibilidad o
imposibilidad de hacerlo con un modelo tal como el que ahora rige la economía
mundial globalizada. Esta es una tarea profundamente universitaria. El estudio
serio , la crítica razonable y razonada, la búsqueda de mejoramiento y
alternativas a este modelo económico es una prioridad para nuestras
universidades y en este campo de la equidad, sobre todo de las universidades
públicas.
El
ideal de equidad ha sido uno de los pilares sobre los cuales se ha edificado
históricamente la universidad pública y toda la educación pública en general.
Autores como Portela señalan como, ante este proceso de globalización económica
y de normas e ideales liberales, este objetivo de equidad vía la educación se
ha venido sustituyendo por el de la calidad, término ambiguo como bien señala
Latapí (1996).
Sin
profundizar mucho en el tema, me parece necesario señalar que el objetivo de la
equidad sigue siendo una prioridad en nuestra educación de todos los niveles
incluyendo el de la educación universitaria. Analizar nuestra sociedad nos hace
caer en la cuenta de que esta es una meta necesaria para aspirar a cualquier
desarrollo ulterior –sea este o no, como parece no ser, el modelo de desarrollo
que la globalización parece estar imponiendo como válido-.
Sin
embargo el valor de la calidad en la educación universitaria no puede ser
desdeñado y mucho menos si tenemos conciencia de que el proceso de
globalización implicará la competencia y el flujo de profesionales de un país a
otro tarde o temprano. El problema no está entonces en que existe un dilema
real entre equidad o calidad sino en cómo asumir el reto de dar una educación
universitaria de calidad para la equidad, es decir, de la definición de una
idea de calidad acorde a nuestra realidad y del planteamiento de estrategias
adecuadas para ir consiguiendo esta calidad que vaya intrínsecamente ligada a
la construcción de un país más equitativo.
A.-GLOBALIZACIÓN
ECONÓMICA.
La
globalización económica está planteando a las universidades públicas de una
reflexión razonada, crítica y responsable sobre el tema del financiamiento por
parte del estado, de las cuotas que ya se pagan en prácticamente todas las
universidades del país menos en la UNAM y de la necesidad de acceso a otras
fuentes de financiamiento nacionales y sobre todo, internacionales.
Esta
exigencia trae consigo también la necesidad de plantearse una noción crítica de
eficiencia y una medida razonable de incorporar eso que llaman “criterios de
mercado” a la organización y funcionamiento de las universidades. No se trata
de adoptar ciegamente modelos extranjeros o de instituciones privadas pero sí
de ir generando una serie de criterios propios y adecuados a las finalidades de
una educación pública que vayan en la línea de la calidad, la eficiencia y
todos estos elementos que si no se absolutizan, son legítimos y necesarios en
toda universidad.
La
necesidad de una planeación para orientar a las universidades públicas a la
producción de “conocimiento teórico codificable”, es decir, aplicable a los
procesos de innovación, mejoramiento o difusión de la tecnología para reducir
la dependencia del exterior es otra cuestión que debe empezar a estudiarse. La
universidad pública no debería convertirse en formadora de técnicos que operen
lo que se diseña, se mejora y se difunde en otros países sino de profesionales
que sean generadores de conocimiento que pueda ser aplicado. Este proceso
tendría que hacerse cuidando que la universidad no vaya abandonando o dando menos
importancia a las áreas disciplinares o profesionales menos pragmáticas o a la
generación y reflexión de conocimiento teórico “desinteresado”, es decir,
interesado solamente en entender nuestra realidad y en conocerla y explicarla o
interpretarla.
A
partir de los planteamientos de Bell, considero impostergable el análisis del
campo o los campos en los que la universidad pública habría de tender en la
formación de sus egresados: ¿Es viable formar a la gente para el desarrollo de
productos, para el mejoramiento de su calidad o para insertarse en los procesos
de fabricación de productos normalizados o estandarizados? ¿es posible y
deseable formar profesionales que persigan la invención (ciencia), la
innovación (organizaciones) y/o la
difusión (“creación de productos” , comercialización)? ¿Será posible ir
accediendo a la creación de tecnologías transformadoras, extensivas o tenemos
un campo interesantísimo que no requiere de tanto capital sino de talento
humano organizado en el campo de los nichos especializados? ¿Se puede
contribuir desde la universidad pública al desarrollo de una AMPLIA clase
empresarial o se le seguirá dejando a la universidad privada la formación que
perpetúa la misma reducida élite empresarial? ¿Tenemos la calidad de sistema
educativo que se requiere? ¿Enseñamos bien a leer, escribir y contar en los
códigos actuales o seguimos anclados al pasado? En resumen: ¿Puede la
universidad pública aportar alternativas que vayan conciliando el dilema
productividad – equidad?
B.-GLOBALIZACIÓN
POLÍTICA.
En
lo político el asunto del debilitamiento del estado, plantea sin duda el riesgo
del que ya se habla mucho en el país de desaparición, adelgazamiento
significativo o incluso “privatización” de la universidad pública, pero plantea
también creo yo, la oportunidad de un replanteamiento y redefinición más
sólida, independiente y actual de lo que es una universidad pública. Hasta allí
habría que ir o más bien., desde allí habría que empezar.
La
universidad pública puede ser o crear las instancias institucionales de
intermediación cultural entre las exigencias de globalización poco exploradas y
comprendidas por el grueso de la población del país y las necesidades e
identidades regionales y nacional.
La
universidad pública puede educar y encauzar la fuerza creciente de la opinión
pública para hacerla más inteligente, crítica y responsable y por ende, menos
sujeta a la manipulación de los medios o los grupos de interés económico,
político o religioso.
La
necesidad de reconstruir la participación política es un papel irrenunciable de
la universidad pública que se ha venido despolitizando quizá por cuestiones
económicas o porque es también sujeto y víctima de esta falta de participación
general. ¿Promovemos la formación de personas y de ciudadanos o la capacitación
de consumidores y vendedores de productos o servicios?
En
lo político es necesario también, porque se corre el riesgo de perderla o de
dejarla como pieza de museo, promover la reflexión y construcción de un nuevo
concepto de soberanía acorde con los procesos globalizadores y la necesidad de
insertarse en la sociedad promoviendo la formación ciudadana es parte de esta
redefinición existencialmente promovida. ¿Qué es un ciudadano de la aldea
global además de un consumidor?
C.-GLOBALIZACIÓN
SOCIAL.
Ante
el resquebrajamiento social, la universidad pública tiene el reto de
constituirse en un puente que vaya abriendo espacios de diálogo y encuentro
entre los distintos grupos sociales y tratando de buscar la convergencia de
esos muchos Méxicos de los que habla Zermeño.
La
globalización está presionando hacia formar profesionistas exitosos y
competitivos para sociedades desintegradas y esa es, en palabras de Gorostiaga
(1997) la peor maldición que le puede pasar a la universidad y sobre todo a la
universidad pública. Formar profesionistas que sean capaces de integrar e
integrarse hacia abajo y hacia arriba en la estructura social para que sean
capaces de establecer vínculos y procesos de promoción de un mayor
entendimiento social es una tarea que está por hacerse y que será quizá a
contracorriente de los procesos globalizadores o las nociones de calidad
vigentes. Formar profesionistas con una visión global desde una perspectiva
local o regional.
Formar
profesionistas en y para la colaboración efectiva será también necesario para
combatir este neodarwinismo social que nos lleva a la superviviencia del más
apto y que pierde toda noción de solidaridad, dignidad humana, valores morales
o compasión. Con esto la universidad estará contribuyendo a la formación de
valores sociales.
D.-GLOBALIZACIÓN
CULTURAL.
La
universidad es un espacio privilegiado para la apertura, la tolerancia y el
diálogo intercultural. Estos son quizá los valores más evidentes del proceso
globalizador visto desde la perspectiva de las culturas. La universidad pública
por su misma composición y apertura a recibir población de muchos estratos
sociales, culturas y aún razas y nacionalidades, debe irse convirtiendo en una
promotora del diálogo intercultural y de la tolerancia y la diversidad en una
sociedad que es todavía bastante cerrada a lo diferente y aún racista aunque no
se reconozca.
El
asunto de las identidades débiles y del debilitamiento de los valores puede ser
visto como un problema de relativismo moral pero también podemos entenderlo
como una posibilidad de superación de las posturas dogmáticas y de diálogo
horizontal entre personas iguales en dignidad. Si la universidad lo ve así,
puede convertirse en una eficaz promotora de discusión, reflexión y
construcción de valores comunes (globales) más humanizantes y menos
economicistas que los que rigen actualmente nuestra vida social y cultural.
E.-EXIGENCIAS
DE TRANSFORMACIÓN PARA LA UNIVERSIDAD PÚBLICA.
Estas
cuestiones arriba planteadas exigen sin duda una transformación de la
universidad pública. Una transformación que no puede ser, como lo pretenden a
veces, solamente una refuncionalización para adecuarse al nuevo estado de la
cuestión sino que tiene que ser una profunda resignificación que solamente se
hará en comunidad de universitarios y en comunidades universitarias donde la
inteligencia y la razón y el compromiso estén por encima de intereses
particulares o de grupos, lealtades, ideologías o posturas políticas.
Estas
son algunas de las áreas donde podría apuntarse la transformación.
a.-En
lo teórico: La necesidad de una reflexión sólida y comunitaria sobre las
nociones de globalización vigentes y las posibles, desde una perspectiva
abierta pero preocupada por el ser humano en todas sus dimensiones y no
solamente en el “homo economicus” que las visiones pragmáticas plantean sería
una base para ir avanzando a una resignificación sobre el ser y el quehacer de
la universidad pública en un mundo globalizado.
b.-En
las prácticas: Es necesaria la transformación, a partir de la reflexión
teórica, sobre las prácticas universitarias de toda índole: lo que sucede en el
aula, en las estructuras curriculares, en las estructuras organizativas, en la
noción y organización de la investigación y la difusión, en las relaciones con
el gobierno, y sobre todo, en la cultura universitaria.
En
el aula se requiere obviamente superar la visión del catedrático que transmite
información al alumno. El conocimiento se contruye y por ello es necesaria una
revolución educativa que transforme los métodos de aprendizaje a partir de una
real transformación de las concepciones y actitudes del docente. Las tendencias
actuales plantean una “des-aulización” progresiva aunque no total, para poner
en contacto al alumno con realidades diversas y promover su aprendizaje en la
investigación, en la intervención y en la solución de problemas con enfoques
más interdisciplinares. Una aula centrada en el aprendizaje y en el estudiante
en formación incluyendo su dimensión ética es necesaria si se quiere acceder a
una real calidad educativa para estos tiempos inciertos.
En
la estructura curricular es necesario pensar en currícula más flexibles,
interuniversitarios –que permitan a los estudiantes tener experiencias de uno o
dos semestres en otras universidades- , basados en competencias y no en
contenidos y con un mayor grado de preparación general que profesionalizante
(en Europa un profesionista cambia en promedio 5 veces en su vida de perfil
profesional, en México el 70% de profesionistas trabajan en cuestiones diferentes
a las de su especialidad). Es necesario también pensar en nuevas profesiones
emergentes a partir de este mundo globalizado.
La
universidad requiere menos burocracia y una estructura organizativa más
horizontal, participativa y flexible y de manera muy importante, un cambio den
la visión de autoridad que se centre en el servicio y no en el poder, una
autoridad con visión global más que particular o local, una autoridad que abra
horizontes y no que cierre posibilidades de desarrollo.
En
su relación con el gobierno la universidad pública tiene que buscar una
alternativa entre lo contestatario y lo subordinado que parece haber sido un
viraje histórico en algunas de ellas. Una nueva noción de autonomía más vista
como interdependencia que como extraterritorialidad tiene que ser definida
comunitariamente antes de que sea redefinida o negada desde fuera. La
alternancia en el poder que empieza a darse en nuestro país va a requerir
también una relación más institucional y menos partidista o condicionada a
partidos e ideologías o candidatos.
El
cambio más importante desde mi punto de vista, es el cambio profundo que tiene
que empezar a operarse en la cultura o culturas universitarias. Las preguntas:
¿qué significa ser pública? ¿Qué significa ser democrática? ¿Qué significa ser
universidad en la aldea global? ¿Cómo contribuir al diálogo y la convergencia
intercultural y no al choque de valores?
Están en el ambiente y es necesario
empezar a responderlas en espacios de reflexión y de decisión en vez de seguir
en la inercia del pasado o en la adaptación acrítica del modelo actual.
Una
nueva noción de autonomía, de laicidad –vista como pluralidad y apertura más
que como cerrazón a manifestaciones religiosas plurales- (Latapí, 1996) y una
cultura de la calidad para la equidad y no de la equidad sin calidad deberán
ocupar el tiempo y el espacio universitario hasta irse consolidando como
valores y significados comunes en construccción.
8.-EL FUTURO YA NO ES
COMO ANTES ERA: CONCLUSIÓN.
En
conclusión diríamos que es necesario, como universidad pública, entrar en el
juego de la globalización, pero es necesario entrar con una actitud
inteligente, crítica y comprometida con la historia y los valores de nuestra
nación, entrar con ciertas reglas inevitables pero proponer o ir construyendo
otras nuevas más adecuadas a nuestro contexto, es necesario, en una palabra,
entrar universitariamente. Entrar al juego pero ir más allá del juego tal como
está planteado hoy.
Tres
son los elementos a subrayar en esta línea:
-Una
adaptación crítica a las exigencias de la globalización.
-Un
cuestionamiento profundo y radical de la visión meramente económica de este
proceso y de las consecuencias de esta visión parcial.
-El
aporte a la construcción de una apertura al diálogo y al encuentro intercultural
desde una identidad cultural dinámica pero sólidamente asimilada y vivida.
Defender
en suma, la esencia de la universidad como espacio de la inteligencia, de la
crítica y de la utopía humanizante y resistir la visión de la universidad como
mera capacitadora de técnicos competitivos.
Ni
“globalifóbicos” ni “globalifílicos” sino “globalicríticos” que vean la
globalización no como un hecho cerrado y definido desde fuera sino como un
horizonte de posibilidades en las que el diálogo, la inteligencia, la
negociación, puede ir logrando elementos constructivos en lo humano y lo social
y revirtiendo sus procesos perversos.
“Globalicríticos”
capaces de resignificar la universidad pública y no solamente de
refuncionalizarla para ser útil al modelo económico vigente. Porque el futuro
ya no es lo que antes era...pero “...lo único cierto es que lo que hagamos (y
yo diría también, lo que dejemos de hacer) marcará la mitad del futuro de
México. El resto lo definirá el azar...”
REFERENCIAS.
Bell, D. (2000). “Internet y la
nueva tecnología”. En Letras libres no.
13. México.
Buenfil, R. N. (2000). “Hacia una cultura
del siglo XXI”. Conferencia magistral impartida en el ITESO. Guadalajara.
MIMEO.
Gorostiaga, X. (1997). “La
universidad preparando el siglo XXI”. En Magistralis
no. 7. UIA golfo centro. Puebla.
Latapí, P. (1996). Tiempo educativo mexicano. UAA-CESU
UNAM: México. 4 vols.
Letras libres. (2000). “El orden
global en el siglo XXI”. Letras libres
no. 13. México.
Silva-Herzog Márquez, J. (2000).”Preguntas al futuro de México”. En
Letras libres no. 13. México.
Zermeño, S. (1997). La sociedad derrotada. Ed. Siglo XXI.
México.
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