domingo, 21 de febrero de 2010

"El puro y desinteresado deseo de conocer..."

Es domingo a mediodía. Daniela y yo estamos en el auto en la carretera de regreso de Oaxaca a Puebla después de haber pasado un fin de semana excelente juntos. Yo tenía que estar desde el viernes por la noche para presentar mi libro el sábado temprano y una conferencia el domingo a las 8 a.m. –domingo de madrugada-. Se me ocurrió invitar a Daniela para no ir solo, para que ella tuviera un fin de semana distinto y de paseo, para dejar a Gaby con Mariana sola y luego con Pau desde el sábado, lo que implicaría descansar al menos un poco y también, pensándolo bien a posteriori, para obligarme a pasear en los ratos libres del congreso en lugar de encerrarme a escuchar las conferencias y trabajar en mi computadora –un ojo al gato y otro al garabato como ya es mi inevitable ritmo de siempre-, a pesar de que los pendientes aconsejarían esta opción.
Tuvimos un fin de semana delicioso. Daniela misma es una compañera de viaje deliciosa: adaptable, bien portada, gran conversadora, melómana, cariñosa, reflexiva, hermosa. Las actividades se combinaron entre el congreso y el disfrute conforme a lo planeado idealmente, gracias a Alberto, amigo y anfitrión oficial asignado a apoyarme durante mi estancia en Oaxaca.
Venimos en el coche por la autopista en medio de paisajes realmente hermosos: Un cielo azul pintado de nubes tenues y alargadas, difuminadas como pinceladas cuidadosas y una interminable sucesión de montañas, barrancas, extensiones áridas llenas de distintos tipos de cactus, piedras que a veces se deslavan sobre la carretera, etc.
A propósito de los paisajes, venimos comentando cosas y ella me ha comentado ya dos veces que esos pájaros enormes y negros que surcan el cielo “parecen de papel” porque sus alas se ven súper delgadas, casi transparentes en vuelo. De pronto me dice: “¿Sabías que hay un tipo de pájaros que pueden volar por el espacio, más arriba de toda la tierra durante tres años seguidos, sin descansar? Así, volando todo el tiempo a pesar de que pesan muchísimo y son muy grandes…durante TRRRREEEESSSS años seguidos”. ¡Qué interesante está esto! Realmente no lo sabía, le respondo realmente interesado por su manera de contarme la historia que me dice, vio en “Discovery channel”, a pesar de que no soy nada afecto a los documentales y las cuestiones de la naturaleza (aunque quizá me esté sensibilizando últimamente)…De pronto, emocionada realmente, con una voz que refleja la pasión por conocer de la que yo hablo tanto pero solamente desde la teoría me dice: “Es que hay cosas en la naturaleza, que hasta te dan ganas de llorar porque dices: ¿Cómo puede ser posible esto?”.
“¿No cree usted que las generaciones actuales ya no se interesan por aprender?” me habían preguntado unas tres horas antes en una entrevista para el canal local de televisión a propósito de la conferencia. Pues no, evidentemente no lo creo…

Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...