lunes, 18 de febrero de 2013

LA BIBLIA, LOS VERSOS SATÁNICOS Y UNA NOVELA POLICIACA.


COMPRENDER PARA COMPRENDERNOS. UNA REFLEXIÓN A PARTIR DE  INSIGHT DE BERNARD J.F. LONERGAN S.J.



 

Lonergan, B. (1999). Insight. Estudio sobre la comprensión humana. Edit. Sígueme-UIA. Salamanca.

“En la novela policiaca ideal, el lector cuenta con
todas las pistas pero no logra dar con el criminal.
Bien puede percatarse de cada pista cuando se
presenta. No necesita más pistas para resolver el
misterio. Con todo, puede quedar a obscuras por
la simple razón de que llegar a la solución no es
la mera aprehensión de alguna pista, ni el simple
recuerdo de todas ellas, sino una actividad muy
distinta de la inteligencia organizadora que ordena
el conjunto íntegro de pistas en una perspectiva
explicativa única.”

Lonergan. Prefacio Insight.



Introducción: Biblia, versos satánicos o novela policiaca.

            A partir del inicio del prefacio a Insight: un estudio sobre la comprensión humana viene la imagen a mi mente: ¿Biblia, versos satánicos o novela policiaca? ¿De dónde? ¿Por qué? ¿Cómo puede esta imagen hilvanar mi reflexión sobre este libro que me siento incapaz de reseñar a profundidad? ¿cómo presentar a partir de esta imagen mi propia experiencia de lector de esta obra y seguidor de su invitación?
            En alguna parte del prefacio, Lonergan dice que lo importante no es tanto la respuesta –la que trata de formular el libro en cuestión- sino el modo de leerla. De allí la imagen, no hay un único modo de leerla –o interpretarla sin leerla- sino varios. Yo descubro estos tres: como La Biblia, como los versos satánicos o como novela policiaca.
            Sí, hay quienes leen Insight  como la Biblia, o como el modo cotidiano aunque incorrecto en que decimos: “Esto es la Biblia...” , “Tal libro es como la Biblia de x cosa”, es decir, hay una lectura posible que vuelve revelación divina y verdad cerrada y acabada lo que Lonergan dice (la premisa mayor, como en los Silogismos de Hefling, es: Todo lo que Lonergan dice es verdadero). Es el modo Lonerganianista diría yo en el sentido en el que el autor se refería al término Thomistic para referirse a los que endiosaban, se encerraban y anquilosaban el pensamiento de Tomás de Aquino.
            Hay otros que leen, o mejor, se ahorran la molestia de leer Insight y a Lonergan en general, como si fuesen los “versos satánicos” aunque quizá a la inversa porque la obra de Rushdie era herejía por progresista y desmitificadora y para ellos Insight y esas cosas son lo contrario: demasiado conservadoras como para tomarse la molestia de entenderlas. El asunto está en que Lonergan es para ellos “Neotomista, esencialista...” y algunos otros istas. De allí se desprende “la Fatua” que marca y persigue al autor y a  todos esos retrógrados que lo leen o lo citan.
            Hay una tercera forma de leer esta respuesta: como novela policiaca según lo que citaba en el epígrafe tomado del prefacio, es decir, como una obra donde parecen estar todas o muchas de las claves pero en la que uno se queda siempre (y si se mete uno a fondo a la invitación siempre quiere decir siempre) con la duda de quién será el asesino, de cómo se resolverá de manera definitiva el misterio, porque hay un permanente acercarse a la respuesta a partir de las pistas y surgen nuevas preguntas, nuevas búsquedas, nuevos hallazgos y nuevas pistas. En esta manera de leer hay siempre el reto de que el libro no da sino las claves y uno tiene que ir poniendo lo demás...y eso cuesta mucho de esfuerzo, dedicación, frustración, gozo, crecimiento, estancamiento y a veces retroceso...cuando está uno a punto de dar con “ el asesino solitario” resulta que hubo “acción concertada”.
            Esta sería la perspectiva Lonerganiana, es decir, la que equivaldría a lo que Lonergan llamaba Thomist, como genuino seguir la invitación de Sto. Tomás y no repetir sino llegar más allá, asumirse como puntos de vista en movimiento y no encasillarse en respuestas hechas –ni quedarse en las palabras mágicas y repetidas mecánicamente: atiende, entiende, juzga y valora- ni en conceptos o teorías que siguen al autor traicionando su espíritu.


A.-Una invitación.

“...El propósito del libro es ante todo lanzar
una invitación a ejercer un acto personal decisivo...”

            Lonergan. Insight, introducción.

            Porque el propósito del libro, la apuesta del libro, el camino didáctico propuesto por Lonergan en Insight es ante todo lanzar la invitación a ejercer un acto personal decisivo: el acto de ir explorando y haciéndose dueño o dueña del propio dinamismo consciente.
            Así, el libro nos va llevando, toda la primera parte desde la pregunta: ¿qué hago cuando conozco? Al análisis del acto de entender o comprender como experiencia compartida al científico clásico, a la ciencia estadística y a los hombres y mujeres del sentido común, a la comprensión del acto de comprensión como algo no simple sino complejo que tiene cuando menos dos niveles o grupos de operaciones: el de la inteligencia (la comprensión directa o inversa) y el de la reflexión y el juicio (la comprensión refleja) y más allá o más acá, a la comprensión, mediante la comprensión del acto de comprender, de que podemos autoafirmarnos conscientemente como sujetos que conocen. Yo soy un “conocedor” (alguien capaz de experimentar, entender y juzgar) sería la formulación profunda y personal fruto de ese acto decisivo al que el autor nos está invitando a cada paso durante toda esa primera parte.

B.- Nadie puede hacerlo por ti.

“Nadie, por más conocimiento o elocuencia que

tenga, por más rigor lógico o capacidad de
persuasión,  puede hacerlo por ti, lector.”

            Lonergan, Insight. Introducción.

            Y esta autoafirmación como respuesta a la invitación no es un acto aislado sino un profundo, existencial y permanente caer en la cuenta de nuestro propio dinamismo y sus exigencias, dinamismo que compartimos y que por ello y por su propia estructura nos abre a lo otro, a los otros y AL OTRO, nos invita a la autotrascendencia.
            Esa búsqueda de autenticidad, esa respuesta permanente a la invitación impresa en nuestra propia estructura más que en el libro –en inglés o español- es algo que nadie puede hacer por ti o por mí por más elocuencia que tenga, por más conocimiento o capacidad de persuasión, por más que se sepa a Lonergan al derecho y al revés. Esto es algo que tiene que hacer cada uno y a partir de las propias experiencias , de las propias preguntas, de los propios procesos de búsqueda de conocimiento, de las propias decisiones y compromisos que vaya asumiendo.

C.- El acto de entender: De lo simple y obvio a lo central.

“El acto de intelección zanja la diferencia entre un
problema exasperante y su solución evidente...”

Lonergan, Insight. Prefacio.

            El acto de entender parece tan cotidiano, tan obvio, tan simple, que muchas veces es algo que no nos detiene, que no ocupa nuestra atención ni por un momento. Sin embargo, la compleja simplicidad de este acto que es a la vez proceso y misterio es un elemento constitutivo central de nuestra búsqueda de desarrollo y de interacción con el mundo que nos rodea y con los seres humanos con los que convivimos y con el infinito que nos trasciende.
            Comprender lo que nos rodea nos lleva de los problemas exasperantes a su solución evidente, evidente una vez que y solamente que ha ocurrido el acto de intelección. El acto de intelección entonces libera la tensión de la búsqueda y establece un puente entre lo concreto y lo abstracto, el acto de intelección llega de manera inesperada y no planeada, pero le llega a aquél que anda en búsqueda, que ha planteado preguntas, que ha intentado relacionar y organizar los datos, que imagina las posibles soluciones.

D.- Entender el acto de entender. El reto de lo concreto.

“...no hay que leer la presente obra como si describiera
una región distante del globo que el lector jamás hubiese
visitado , o como una experiencia mística y extraña que jamás
hubiese compartido... al contrario, el punto clave aquí...es la
apropiación...”

Lonergan. Insight. Introducción.

            Una lectura “tipo novela policiaca” nos hará entender que aunque el mismo autor nos está dando claves y pistas para ir recorriendo el camino hacia la solución, nosotros tenemos que ir poniendo nuestra propia experiencia consciente e intencional en movimiento para poder ir comprendiendo cabalmente lo que se nos propone como invitación. No se puede o no se debería leer Insight como si se tratara de cosas raras, de ejemplos científicos extraños sino como un proceso de búsqueda de apropiación de nuestro propio dinamismo inteligente, razonable, responsablemente libre.
            Aunque los ejemplos de matemáticas o física nos pueden dar la impresión de un libro que habla sobre lugares extraños que no se han visitado o experiencias raras que jamás se han compartido, una lectura de la invitación más que de las palabras en que está formulada (aunque estas palabras sean  todavía hoy muy potentes, sugerentes y sólidas) nos hará ir haciendo resonar algo por dentro, sentir que algo se va acomodando o desacomodando en nosotros, que se está hablando de algo que es común entre el autor y nosotros.
            Entender el acto de entender desde esta perspectiva nos va llevando a responder la segunda pregunta que plantea Lonergan: ¿qué es lo que conocemos cuando hacemos eso que ya analizamos? Es entonces cuando llegamos a entender el isomorfismo de la realidad y nuestra estructura dinámica consciente intencional, es entonces cuando el autor nos va llevando a algo que era y creo yo sigue siendo muy novedoso y apasionante aunque no sea la parte que yo más manejo del libro: Una nueva noción de metafísica, una noción dinámica, heurística, que parte de nuestra propia experiencia y que puede ser verificada o verificable desde ella.
            De allí a una ética y aún al intento de comprender desde nuestra medida humana la existencia de Dios, la invitación y la obra nos llevan a una apertura fenomenal a ir explorando esa dimensión de infinito desde nuestra realidad finita, a ir abriéndonos a ese deseo sin límites ni restricciones a pesar de nuestros logros limitados y restringidos.

E.- El acto de entendernos. Progreso y decadencia.

“El acto de intelección sobre el acto de intelección hace
patente el proceso acumulativo del progreso...De igual
modo, el acto de intelección sobre las omisiones de la
intelección revela el proceso acumulativo de la
decadencia...Tenemos que aprender a distinguir claramente
entre progreso y decadencia...”

Lonergan. Insight. Prefacio.

            El acto de intelección sobre el acto de intelección que no solamente es personal sino humano, nos va llevando a la comprensión del proceso acumulativo del progreso humano. Pero el ser humano no es puro y auténtico al cien por ciento. El análisis de la negación del acto de entender, de las aberraciones de la propia actividad consciente intencional –dramáticas, personales, grupales, generales- nos van llevando a la comprensión del proceso acumulativo de decadencia. La historia humana, el crecimiento humano personal y colectivo es siempre una mezcla de progreso y decadencia y es permanentemente un reto para distinguir lo que es progreso de lo que es realmente decadencia aunque aparentemente se presente como progreso.
            Esta búsqueda de distinción personal y colectiva es el reto continuo de la humanidad por ir descubriendo a cada momento lo que desarrolla y revirtiendo lo que hace retroceder. Es la historia y es la organización social que puede ser más o menos inteligente, más o menos razonable, más o menos responsable y en ese sentido más progresista o decadente.
            De allí que el comprender el acto de comprender nos lleve a la necesidad de ir comprendiendo el comprendernos: el comprendernos unos a otros, el comprendernos como humanidad en proceso, el comprendernos como parte de un universo vivo e interdependiente, el comprendernos como abiertos a la trascendencia.
            Entre más comprendamos, entre más inteligencia esté en juego, más nos podremos ir comprendiendo.

F.-Comprender para comprendernos: el reto universitario. (Cosmópolis).

“...estamos escribiendo no sólo a partir de un punto
de vista en movimiento, sino también acerca de un
punto de vista en movimiento...”

Lonergan. Insight. Introducción.

            El comprender para comprendernos es un proceso dinámico interminable. Porque somos puntos de vista en movimiento, crecemos, cambiamos, evolucionamos, transformamos nuestras opiniones, nuestros significados, nuestras valoraciones. Porque todo aquello de lo que hablamos, pensamos, aprendemos, decidimos es también un punto de vista en movimiento, un mundo cambiante, una realidad en construcción, una humanidad en proceso.
            De allí que la invitación es un reto permanente a construir la Cosmópolis, es decir, no un sistema económico o político o un régimen determinado sino un compromiso colectivo con la búsqueda permanente de comprensión (inteligencia) para comprendernos mejor, con la construcción permanente de espacios y relaciones de comprensión que nos lleven a comprender mejor lo que hacemos, lo que somos y lo que nos pasa.
            Este es un reto profundamente universitario: el compromiso con la búsqueda de inteligencia, de razonabilidad, de responsabilidad, es un compromiso que nos toca prioritariamente a los que nos dedicamos a pensar, a leer, a estudiar la realidad. Ir más allá de nuestros caprichos, de nuestros prejuicios, de nuestras descripciones sesgadas o ideologizadas hacia verdaderos análisis de la realidad es un reto que se deriva de asumir esta invitación a entender el acto de entender para apropiárnoslo y autoapropiarnos.
            Porque:
“...la babel de nuestro tiempo es el producto
acumulativo de una serie de rechazos a la
comprensión...”

Lonergan, Insight. Cap. 7.

            Y revertir este proceso se logrará poco a poco y solamente si aceptamos la invitación que es propósito de Insight –leámoslo o no- y dejamos de verlo como La Biblia o de repudiarlo como “Los versos satánicos” porque se trata en el fondo de una genial e interminable novela policiaca.

Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...