domingo, 17 de abril de 2016

II.-Memorias de otros subdesarrollos.


*Fragmento de mis textos de memorias de nuestra experiencia en Boston en el año académico 1997-1998.
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            No sé por qué o tal vez sí, tal vez porque empiezo a deslizarme menos torpemente en el inglés y en la cultura de esta ciudad como me lo demostré a mí mismo hoy que fui a BC a reportarme con Kerry y a ver lo de los cursos que tomaré y los cheques de la beca, etc.  pero hoy llegué muy tranquilo y muy cansado a la casa. Estoy escribiendo esto después de haber dormido como tres horas después de comer. Ahora todas duermen y yo no puedo conciliar el sueño en parte por esta macrosiesta y en parte porque estoy “very excited” con todo lo que se viene en el semestre. Creo, ahora sí lo empiezo a sentir desde dentro, que lo voy a disfrutar mucho y que le voy a sacar jugo en cuanto a aprendizaje teórico y vivencial, en cuanto a producción escrita y en cuanto a crecimiento como esposo, papá y persona en general.
            Pues uno se cree que viene aquí desde el subdesarrollo y se apantalla con todo lo que ve por acá: el servicio de transporte casi perfecto como ayer que se “rompió “ un tren y hubo todo un despliegue y nos transportaron gratis en autobús hasta una estación donde pudiésemos tomar otro tren también gratuito por la falla en su servicio. En México, comentábamos, nos hubieran dicho simplemente: el tren no sirve y arréglenselas como puedan, quizá “hasta con una disculpa”. O los grandes recursos de las universidades como todo el asunto de organización en cuestiones tecnológicas -un par de minutos para sacar un ID: basta con aparecer en el sistema de cómputo y la máquina hace la foto, la credencial, etc.-y la real vida académica que pueden y deben hacer los académicos sin necesidad de tener que administrar cosas prácticas porque para eso están los que quieren dedicarse a eso. Allí sí que discrepo con Rugarcía y la tendencia general en México: un buen número de profesores de a deveras, dedicados a pensar, a leer , a estudiar, a dar clases, a escribir y a dar seguimiento a los alumnos es indispensable si queremos llamar universidad a las universidades. El problema allá como en todo, han sido los vicios, los excesos, las corruptelas que hacen que de pronto académico equivalga a aviador porque no hay vocación, no hay dedicación y entrega suficientes, no hay formación sólida y tampoco hay un ingreso austero pero digno -en la mayoría de las universidades- que haga que el profesor pueda vivir de serlo sin necesidad de tener dos o tres tiempos completos que siempre son incompletos en cantidad y en actitudes de calidad.
            Pero bueno, uno se cree que viene del subdesarrollo vil y de pronto resulta que se encuentra con situaciones que parecerían increíbles. Hoy que llegué al Lonergan Center, Kerry me presentó con otro de los Fellows: el legendario misionero irlandés que está en Africa y que juega ajedrez desde hace años por correo con Paco Galán. Siempre creí un chiste más de Paco cuando contaba que le sugirió jugar por e-mail y que el sacerdote -cuyo nombre aparecerá después porque no me lo aprendí hoy- le contestó por carta : “aquí afuera están danzando para hacer llover y tú quieres que tenga correo electrónico...”
            Pasó la presentación y más tarde, andaba yo por la biblioteca cuando me encontré de nuevo a este personaje y al verme en las terminales tratando de entrar a internet me preguntó si en México teníamos computadoras, que si en mi universidad trabajábamos con ellas. Le contesté que sí como no creyendo la cosa y él me dijo que en Africa están muy atrasados, que él no sabía usar la computadora pero que iba a aprender en este año. Esto a pesar de que trabaja como académico allá.
            En fin, uno se cree que viene del subdesarrollo...

Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...