lunes, 10 de diciembre de 2012

“Ponernos a todos en presencia de todos”: la evaluación como instrumento democrático.

                   
“La esperanza de que la evaluación no sea un reporte confidencial que el poderoso usa o desecha a conveniencia, sino que nos ponga a todos en presencia de todos, para dar nuestro mejor esfuerzo y determinar un rumbo común…”.
David Calderón Martín del Campo.
                  1.-La evaluación como instrumento de los poderosos.
                  Mucho se ha dicho y se sigue debatiendo hoy acerca de la evaluación de nuestra educación. Muchas críticas se siguen expresando respecto a que “las pruebas estandarizadas no sirven para saber cuál es el nivel real de aprendizaje de los alumnos” o que “la realidad de México es distinta” y por ello no puede evaluarse a partir de pruebas o indicadores internacionales y ni siquiera nacionales dada la enorme pluralidad cultural, económica y social de las distintas regiones.
                  Con frecuencia se escuchan comentarios en los que con ligereza se descalifica el trabajo de diseño, aplicación y procesamiento de resultados de este tipo de pruebas con el argumento de que son herramientas “neoliberales” concebidas para privatizar la educación y perpetuar la brecha entre la educación de las clases privilegiadas y los grupos en situación de pobreza.
                  Todos estos prejuicios se desvanecen para el lector abierto a procesar y comprender  los planteamientos que el enorme mosaico de autores plantea a lo largo del libro “INEE: diez años de evaluación (2002-2012)” publicado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
                  Porque a lo largo de la lectura de este trabajo van quedando claras dos cosas: en primer lugar, que el diseño de pruebas como  el examen de calidad y logro educativo (EXCALE) y el trabajo en la construcción de un sistema nacional de indicadores de evaluación educativa responde a un proceso muy riguroso y comprometido tanto en los aspectos técnicos y estadísticos como en los pedagógicos.
                  En segundo lugar, que el proceso de construcción y defensa de la autonomía del INEE frente a los naturales intentos de instrumentalización y control por parte de partidos políticos, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la misma Secretaría de Educación Pública (SEP, ha sido un trabajo arduo de muchos profesionales que han buscado con honestidad que el país pueda avanzar en el acceso a información válida, rica y rigurosa sobre el estado que guarda la educación para “ponernos a todos enfrente de todos” e intentar promover la  transparencia necesaria para que como sociedad decidamos el rumbo común que debe tomar la formación de las nuevas generaciones.


                  2.-La evaluación como instrumento democrático.
                  Porque la evaluación educativa puede y debe ser en el México del siglo XXI un instrumento democrático y democratizador, es decir, un medio para la toma de decisiones bien sustentadas y basadas en información inteligente, rigurosa, pertinente y accesible a todos.
                  A lo largo de todo el documento es posible ir encontrando elementos de esperanza en medio de la profunda desesperanza en que parece encontrarse hoy la sociedad respecto al futuro de la educación.
                  A partir de información sobre el proceso de construcción del mismo instituto, de los criterios que han orientado la creación de EXCALE y del sistema nacional de indicadores de evaluación, de la contribución del instituto a la medición de la pobreza en México a partir de la definición compleja del rezago educativo, de la relación el INEE con la dirección general de planeación de la SEP para orientar los pasos en la formulación de planes de desarrollo educativo  e incluso del papel activo que ha tenido y sigue teniendo el INEE en el escenario iberoamericano como parte de la construcción y seguimiento de las metas educativas 2021 que buscan abatir el rezago educativo de los países de Iberoamérica , es posible visualizar un organismo fundamental para la transformación de la educación nacional, una institución fuerte y cada vez más autónoma –su cambio de estatus oficial reciente lo reafirma- que está contribuyendo a crear una cultura de la evaluación como poderoso instrumento democrático.


 Publicado en la revista Pasos Ibero Puebla. Diciembre, 2012






Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. (2012). INEE: una década de evaluación (2002-2012). Autor. México.

lunes, 26 de noviembre de 2012

"¿PARA QUE OS ESPANTAIS DE LA CULPA QUE TENEIS?" EDUCACION EN LA CRISIS, EDUCACION EN CRISIS.




"...Parecer quiere el denuedo
de vuestro proceder loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo..."

INTRODUCCIÓN

Donde se describe de manera breve la íntima relación entre sociedad y educación y se sostiene que una sociedad en crisis genera y/o es resultado de una educación en crisis (Sin asegurar cuál es la causa y cuál efecto de acuerdo a la vieja pregunta filosófica por el huevo y la gallina).
Resulta prácticamente obvio afirmar que existe una vinculación estrecha e irrenunciable entre sociedad y educación. Resulta también inútil o al menos impertinente para fines de esta ponencia, el análisis y el consiguiente pronunciamiento por cuál de estos dos elementos es resultado y cuál otro es causa.
¿Qué fue primero el huevo (la educación) o la gallina (sociedad)? es una pregunta que se vienen haciendo muchos autores y que se responden de muy diversas maneras: Bordieu y Passeron 1981) y los enfoques marxistas se inclinan más bien por pensar que la educación es producto de un sistema de producción y de un tipo de sociedad y que por lo tanto, tiene fines de reproducción del statu quo. Más recientemente Luhman (1991) sostiene que por ser un subsistema del gran sistema social, la educación es incapaz de pretender la transformación social.
Sin embargo Dewey , A.S. Neill y el proyecto Summerhill, Rogers y el enfoque centrado en el estudiante, en Latinoamérica Freire y la educación liberadora y muchos de sus seguidores (Palacios, 1984), hasta llegar a autores contemporáneos como Rugarcía (1994), sostienen y hacen una apuesta por el potencial de transformación social de la educación.
Lo que resulta evidente de este debate interminable es la íntima y dialéctica relación entre sociedad y educación. Es innegable la influencia que tiene la organización social en las características del sistema educativo, las condiciones de trabajo, los valores que se persiguen, la definición de los curricula, el perfil de los profesores, la mentalidad de los alumnos, etc. Pero también es palpable la influencia de la educación sobre los sujetos -maestros y alumnos- involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje y las posibilidades de las instituciones universitarias, a través de sus egresados y mediante las funciones sustantivas de investigación y difusión, para influir de manera gradual en la transformación de la sociedad.
De manera que cuando se habla de crisis y educación, ha de hablarse necesariamente de crisis en la educación, pues resulta imposible que en una sociedad en crisis no se encuentre el sistema educativo en las mismas circunstancias.
¿Cuál es el perfil de la crisis que está atravesando la sociedad mexicana de finales del siglo xx? ¿Cuáles son los rasgos de la crisis educativa que vivimos en el país? ¿Cómo entenderla, enfrentarla y superarla?

"...Belleza llego a tener
de mano tan generosa
que dices que seré hermosa
solamente con querer..."
(Carta en la que responde la sociedad a los discursos
de sus gobernantes)

Atendiendo a la etimología de la palabra crisis, podemos empezar a clarificar lo que significa, así como su posible y permanente enfrentamiento. Crisis, según el diccionario (Anaya, 1981) viene del griego Krisis, decisión, y de Krinós, decidir, juzgar.
De esta definición se desprenden al menos dos conclusiones:
1a. (la falsa): Que, probablemente tengan razón nuestras autoridades cuando dicen que ya estamos casi en el primer mundo, y que lo que nos falta para ser "bellos" es solamente querer, tomar la decisión.
2a. (la buena): Que si entendemos crisis como decidir y juzgar la historia misma es una crisis permanente y siempre estaremos en crisis, es decir en momentos de juicio y decisión para los que la sociedad debe estar preparada, aunque es evidente que nos encontramos hoy como país en un momento clave de análisis profundo, de necesidad de juicio certero y de grandes y radicales decisiones, si es que queremos aspirar a un México más justo, más democrático y más libre.

"...Éste que ves, engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido..."

I.-Procura desmentir los elogios a un modelo inviable de desarrollo y da moral censura al espejismo tecnocrático de la "modernización" en que estamos empeñados "todos los mexicanos".
Por la sola experiencia de ser mexicanos sobrevivientes del 95, podemos afirmar que la crisis en que vivimos es mucho más compleja que una crisis económica o, para precisar tecnocráticamente, de "déficit en la cuenta corriente".
La crisis en que vivimos, es en el fondo -y lo ha reconocido hasta el Fondo-, una manifestación de síntomas más complejos que revelan la decadencia de todo un modelo económico y, aunado a éste, de toda una época. De manera que la crisis mexicana es una crisis de civilización. Más allá, es una crisis de cultura porque implica todo un cambio en lo político, en las formas de organización y de pensamiento, en los modelos de vida y en las aspiraciones de desarrollo del mundo moderno.
Nos encontramos, dice Gorostiaga (1995), no en "una época de cambios sino en un cambio de época", y este cambio de época, la decadencia de toda una era y el lento y doloroso nacimiento de otra, es precisamente lo que nosotros percibimos como la enésima crisis, como la eterna crisis de nuestra era posrevolucionaria.
Veamos algunos rasgos de esta crisis y analicemos sus exigencias implícitas .
1. Sociedad masificada
El crecimiento acelerado de 1a población del tercer mundo, producto de la pobreza y el bajo nivel cultural sobre todo de las mujeres, con la consecuente emigración y crecimiento poblacional de los países del norte (U.S.A. con los latinoamericanos, Europa con el mundo árabe), ha generado un proceso de masificación constante en algunas de las metrópolis más atractivas en oportunidades y por lo tanto un modelo mundial de concentración-dispersión del territorio.
Estas sociedades masificadas llevan consigo muchas veces el implícito e inevitable círculo vicioso de explotación, falta de oportunidades, empobrecimiento, violencia. Pero también acarrean un fenómeno de agrupación de minorías, de cierta conciencia y solidaridad de grupo, de una exigencia creciente de identidad y reconocimiento ante la cosificación de la persona que implica la vida en sociedades de este tipo.
2. Sociedad desigual
Estamos viviendo en la "civilización de la copa de champagne" (Gorostiaga, 1995, ver Magistralis No.8, pág. 27), en la que el 20% de la población más rica recibe el 82.7% de los ingresos totales del mundo mientras que el 20% más pobre recibe el 1.4% de los ingresos. Esta tendencia tiende a agravarse y en México, con los "famosos 24 multimillonarios en dólares de Forbes", la proporción de distancia entre los que más tienen y los que menos poseen también es creciente.
La exigencia de justicia, de mayor igualdad o cuando menos, la lucha por disminuir un poco el abismo entre ricos y pobres en la sociedad mundial, tanto entre personas como entre países, es un clamor que se empieza a escuchar cada vez con más fuerza.
3. Sociedad de y para el consumo
El sistema de mercado global, el llamado Neoliberalismo, ha incrementado salvajemente la creación de necesidades y aspiraciones de consumo entre la población mundial. Si se analiza el porcentaje en el que sigue creciendo la población que cuenta con televisores en su casa, se puede observar que la mayoría de la población, incluyendo los que tienen un ínfimo poder adquisitivo, están siendo invadidos y transformados por esta cultura del consumo con el consiguiente aumento del espacio de frustración social.
El círculo vicioso de trabajar para comprar más y comprar más para tener que trabajar más, se ha vuelto el absurdo sentido de la existencia de muchísimas personas para las que el tener es la razón de ser de sus esfuerzos y la ocupación que absorbe su tiempo.
La creciente demanda de productos, la aspiración general a un nivel de desarrollo cuyo mayor parámetro es el estándar de consumo, está costando diariamente al mundo la generación de enormes cantidades de contaminantes en todas sus formas y estados, así como la depredación que acaba con los recursos no renovables de todo el planeta. La exigencia de conservación del mundo en que vivimos es una aspiración creciente, signo aún naciente de la nueva era por venir que supone, necesariamente, la transformación radical del modelo de desarrollo imperante que, se sabe perfectamente, no es sustentable para el mundo entero.
4. Sociedad autoritaria
A pesar de la cada vez mayor demanda de democracia y del surgimiento de la sociedad civil organizada en el escenario político, vivimos aún en una sociedad autoritaria, no solamente a nivel gubernamental sino en todos los ámbitos, desde la familia hasta la , iglesia, desde el sindicato hasta la escuela.
Es evidente la necesidad de una mejor cultura democrática ante las exigencias de participación y la imposibilidad de resolver los complejísimos problemas sociales desde las cúpulas.
5. Sociedad globalizada
Es ya una realidad irreversible la globalización que, incluidos los mercados, está invadiendo todos los terrenos de nuestra cultura nacional. Con la globalización tiende a llegar la imitación de modelos culturales ajenos y la estandarización de modos de vestir, comer, consumir, divertirse, crear, etcétera.
Esta globalización, inevitable, está generando una exigencia interna de identificación cultural de los grupos regionales indígenas o urbanos, necesidad de identidad que llega a veces a la cerrazón ya la negación de esta realidad de la "aldea global" que ha alcanzado a nuestro mundo. Sin embargo existe esta necesidad de entrar al proceso de globalización pero desde la base, desde la organización y la definición de las necesidades y aspiraciones propias que enriquezcan a cada cultura en diálogo con las demás.
6. Sociedad plural
Este fenómeno de globalización trae consigo la evidencia de la diversidad entre los distintos grupos sociales. Diversidad en lo cultural, en lo político, en lo jurídico, en lo religioso e incluso en lo sexual, que está por un lado abriendo espacios de manifestación a minorías antes rechazadas, pero con las consiguientes resistencias de los grupos tradicionales.
La exigencia creciente de tolerancia es un elemento fundamental de la nueva época que está naciendo hoy.
7. Sociedad sin opción de futuro
Tal parece que, ante el aparente fracaso de las grandes utopías de transformación social, ante la recurrencia de las crisis económicas, la creciente inseguridad pública, la persistente imposibilidad de la transición democrática, la sociedad actual es una sociedad que no ve la salida, que tiene muy poco claro el panorama y que parece no tener una opción de futuro razonablemente convincente como para comprometer a ;a mayoría. Sin embargo, este rasgo muy marcado está continuamente contrastándose con el surgimiento de grupos, organizaciones, creaciones, movimientos y aun protestas que parecen indicar que bajo la ausencia de opciones de futuro existe una inquebrantable vocación de futuro de los mexicanos.
"...Es una necia diligencia errada
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada..."
(La décima musa, cual miembro del CENEVAL, haciendo un diagnóstico
de nuestra educación)

II. En que describe la catástrofe de las dichas y aun deseos de los educadores.
El primer análisis posible en este apanado sería el de los efectos que esta sociedad en crisis "malosa" está teniendo sobre nuestra noble, inteligente y bien intencionada educación. Sin embargo, el autor de estas líneas coincide con Gorostiaga (op. cit.) en que la educación parece estar anclada aún al pasado y parece que hoy sigue siendo parte del problema y no parte de la solución; y con RugarcÍa ( 1993) en que la educación está como muerta bajo el polvo acumulado por los siglos, y ante estas coincidencias, parafraseando a Sor Juana sentencia:
"...profes necios que acusáis
a la crisis sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis..."
Porque en efecto, una sociedad en crisis genera o contribuye a una educación en crisis, pero: qué tanto una educación en crisis puede ocasionar la crisis de una sociedad? , ¿hasta qué punto la educación es responsable de la crisis que parece haberse casado con nuestro país?
Es necesario señalar algunos rasgos de esta educación en crisis, algunos rasgos que parecen confirmar que la educación es, por lo menos, corresponsable de la crisis que vivimos.
1. Educación centrada en el conocimiento
"No es saber, saber hacer
discursos sutiles, vanos;
que el saber consiste sólo
en elegir lo más sano..."
"La educación ha muerto, la mataron los Propios educadores", diría Nietzche hoy, si observara el ritual en el que se han convertido la mayoría de los días que transcurren en las aulas de todo el país.
La educación ha sucumbido ante el "Culto al conocimiento" fáctico, mecánico, memorístico, ese que sirve solamente para hacer discursos vanos. La educación se haya encerrada en la memorización o, en el mejor de los casos, en la comprensión de conceptos que no son significativos para los alumnos. La educación se ha olvidado de enseñar el saber auténtico (el que viene de sapere=saborear) , el que sirve para "elegir lo más sano", el que ayuda a vivir mejor ya colaborar a la construcción de una sociedad en la que todos vivamos mejor.
2. Educación centrada en el conocimiento unidisciplinario superespecializado
"La sociedad tiene problemas, la universidad ofrece departamentos o facultades", dice Ursúa (1995), adhiriéndose a la postura de Kolvenbach (1990), quien afirma que "no existe problema en el inundo moderno que pueda ser abordado desde una sola disciplina".
La reminiscencia gremial del medievo originante de nuestras universidades y la exigencia de superespecialización del mercadode las grandes empresas, han generado que nuestra educación siga respondiendo unidisciplinariamente a problemas cada vez más complejos y necesitados de visiones amplias. El desarrollo sustentable, los derechos humanos, el tema de la democracia, entre otros, son problemas que están exigiendo visiones interdisciplinarias y, sin embargo, nuestras universidades continúan formando personas que aspiran a la especialización y son incapaces -tanto en habilidades como en actitudes- de integrarse e interactuar con equipos de otras disciplinas para la resolución de problemas complejos.
3. Educación centrada en los medios
"Dime cuánto tienes y te diré qué tan buena universidad eres."
En el mundo del mercado y la competencia, las universidades han sucumbido a la tentación de la adquisición indiscriminada -en la medida de sus recursos- de medios: equipos, máquinas, computadoras, libros, redes, más libros, 'etc. SQn el parámetro de comparación e incluso de evaluación de las universidades hoy en día.
Es innegable la importancia que tienen los recursos para un buen desempeño de la tarea académica. Pero es indudable también que esa importancia es secundaria en relación a las personas que la integran. ¿Cuánto se invierte en mejorar la calidad académica y la calidad de vida de las personas que trabajan en la universidad en relación a lo que se invierte en equipos y máquinas?
Es necesario, es urgente volver la vista al hombre
4. Educación centrada en las necesidades del mercado
"...Si culpas mi desacato
culpa también tu licencia,
pues si es mala mi Qbediencia
no fue justo tu mandato..."
(La arrepentida universidad respondiendo al reclamo. de la empresa)

            Si bien la universidad no debe estar aislada de su contexto y debe vincularse con todos los sectores de la sociedad, entre ellos el sector productivo, tal parece que el "gran cambio" que se les exige hoya nuestras instituciones de educación superior es el "matrimonio" con la empresa.
            Existen universidades privadas que han nacido con esta vocación de productoras de cuadros para las empresas, existen hoy universidades públicas que están apuntando hacia ese modelo. Sin embargo, nuestras empresas no son modelo de eficiencia, calidad, honestidad y progreso, a pesar de que están llenas de egresados de estas universidades. ¿Cuál es la falla? Parece ser que el error fundamental es que la universidad no se vincule sino que se subordine a las exigencias del mercado y haga "trajes a la medida" de las necesidades de profesionales de la sociedad tal como está. Una universidad que cae en este engaño renuncia a su capacidad crítica, reflexiva, incluso profética, y se convierte en simple "maquiladora" de profesionales exitosos para sociedades desiguales, desintegradas y en crisis permanente.
            La universidad no puede renunciar a su compromiso de ver más allá de lo inmediato ya formar a los profesionales que generen la transformación social, y no a los que contribuyan a ahondar una crisis que sigue siendo conveniente para algunas minorías privilegiadas.
            5. Educación centrada en la práctica
            Esta creciente demanda del mercado laboral, aunada a la necesidad de muchos alumnos de generar un ingreso que apoye sus estudios y el sostenimiento de su hogar, ha ido generando cada vez más la exigencia de "práctica profesional" en empresas o despachos, de parte de los alumnos y de los egresados que se quejan de que al salir "no saben nada" ("nada" quiere decir que no saben operar el último equipo o el más novedoso paquete de software, o que no saben las "mañas ocultas" para evadir al fisco, manipular al obrero o "transar" al cliente).
            Si la universidad sucumbe a esta exigencia insaciable, tal parece que lo conveniente sería que desapareciera para que los profesionales se formaran en la empresa. Sin embargo, no hay algo que la universidad aporta específicamente a sus alumnos?
            La universidad tiene la tarea de dar al alumno una visión profunda de su quehacer y de la relevancia social de este quehacer, un espacio destinado al desarrollo de sus habilidades para pensar creativa y críticamente, para resolver problemas, un espacio para la reflexión y clarificación de valores y actitudes implícitos en el ejercicio profesional, un espacio para aprender a ser de talo cual modo y no simplemente para capacitarse en la técnico.
            6. Educación centrada en si misma
"Hoy, que doctoral insignia
tu dichosa frente ciñe,
y que de la amarga siembra
gustosos frutos percibes:
goza el laurel, goza el premio,
que tu fama te apercibe;
puro blasón que te adorne
cándido honor que te anime..."
(Oda del CONACYT y el SNI a sus élites académicas)
            Vivimos finalmente una educación centrada en sí misma, una educación que se regodea gozosa en sus altos y profundos logros en investigaciones y publicaciones que nadie, salvo los especialistas o los que premian, entiende.
            Vivimos en una educación que rinde culto a los grados académicos sin importar su pertinencia o compromiso social, vivimos en una educación que vive por y para el conocimiento. Vivimos en una educación que ha olvidado preguntarse por sus finalidades profundas. Vivimos en una educación que ha olvidado al hombre y a la sociedad de tan ocupada que anda en sus proyectos.
"...Gózate, excepción del tiempo;
y porque el mundo te admire
vive tanto como sabes,
goza tanto como vives..."
            III. En donde pinta someramente la que requeriría una universidad para la nueva época y da el parabién a quienes intenten este camino.
            La educación para la nueva época tiene que ser una educación totalmente distinta a esta educación en crisis que hoy padecemos. La educación para la nueva época es una educación desde la crisis, es decir, desde el juicio crítico y propositivo del horizonte del México de 1996 y desde la decisión profunda y comprometida por la construcción del país que nuestra sociedad está reclamando cada vez con mayor fuerza.
            La educación desde la crisis debe juzgar esta época y ser capaz de responder a sus nacientes manifestaciones y exigencias con pertinencia y espíritu de colaboración.
            La educación para la transición debe tomar consciencia del momento histórico en que vive y debe, necesariamente, hacer opciones para responder desde sus funciones sustantivas a los desafíos de la nueva sociedad emergente.
            Describamos someramente los rasgos de esta educación desde la crisis:
            -La educación para la nueva época deber ser una educación centrada en el hombre y en la sociedad y no en el conocimiento.
            -La educación para la nueva época debe ser una educación que ante la masificación y la exigencia de identidad y reconocimiento, responda al desafío fundamental de integración que está empezando a emerger .
            -La educación para la nueva época debe ser profundamente sensible a la exigencia de justicia que nace de la sociedad de la "copa de champagne" y asumir el desafío de la formación, investigación y difusión de una cultura de la productividad para la distribución equitativa de la riqueza.
         -La educación desde la crisis debe responder a la sociedad de consumo con la búsqueda, desde sus funciones sustantivas, de un modelo de desarrollo sustentable, cuyo requisito fundamental sea el respeto y la conservación del medio ambiente y cuya finalidad central sea la calidad de vida de todos los mexicanos.
            -La educación desde la crisis debe trabajar en todas sus instancias el desafío de la democracia y participación, que es una exigencia creciente para la superación de la cultura autoritaria persistente.
            -La educación para la nueva era debe asumir la globalización reflexionándola desde la identidad o identidades culturales regionales y nacionales. (identidad cultural frente a la globalización).
         -La educación para la nueva época debe enfrentar esta pluralidad creciente de la sociedad asumiendo el desafío de una cultura de diálogo basada en la tolerancia y el respeto irrestricto al otro.
            -La educación para la nueva época debe ser, ante la falta de una visión de futuro, la educación de la esperanza razonable basada en una búsqueda inteligente de alternativas al paradigma socio-económico, político y cultural vigente.
             -La educación para la nueva época inicia necesariamente por una convicción profunda que lleve a la reinvención de las instituciones a partir de la transformación intelectual y ética de los académicos.
            Es éste un proceso participativo y comprometido que exige el convencimiento mediante el testimonio y la capacidad de escucha con base en el respeto a todas las posturas. Es este un proceso urgente si queremos aspirar a un mejor país en el umbral del siglo XXI.
            Todo este planteamiento suena a utopía o quizá hasta a "visión milenarista", pero existen evidencias en nuestra sociedad que parecen avalar sus intuiciones y todo un proceso de reflexión, trabajo y aprendizaje en marcha en la UIA golfo centro a partir de lo que inició como una "revolución docente" y está marchando ahora hacia la "reinvención de la universidad" desde los desafíos ya señalados. Suena a utopía pero, quizá, es la generación de utopías en este horizonte. sin utopías una tarea fundamental como universitarios, una tarea que le debemos a nuestra sociedad. Suena a utopía pero:
"...Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas..."

            REFERENCIAS


Anaya ed. (1981). Diccionario Anaya de la lengua española. Ed. Autor. México.
Bordieu, Pierre y Jean Claude Passeron. (1981). La Reproducción. Ed. LAIA. Barcelona.
Cruz, Sor Juana Inés de la. (1979). Florilegio. Selección y prólogo de Elías Trabulse. Ed. Promexa. México.
Freire, Paulo. (1990). Pedagogía del oprimido. Ed. siglo XXI. México.
Gorostiaga, Xabier. (1995). "La universidad preparando el siglo XXI". En Magistralis No.8. UIA golfo centro. Puebla. Otoño.
Kolvenbach, Peter Hans. (1990). "Educación y valores". En Cuadernos del sistema UIA. Ed. UIA Santa Fe. México.
Luhman, Niklas. (1991). Sistemas sociales. Ed. Alianza-UIA. México.
Palacios, Jesús. (1984). La cuestión escolar. Ed. LAJA. Barcelona.
Rugarcía, Armando. (1993) "El culto al conocimiento y la crisis en el quehacer universitario". En VIVAC No.21. Primavera. UIA Santa Fe. México.
Rugarcía, Armando. (1994). Hacia el mejoramiento de la educación universitaria. UIA golfo centro. Puebla.
UIA Golfo Centro. (1995). "Líneas prioritarias." En Cuadernos de planeación No.3. Ed. autor. Puebla.
UIA Golfo Centro. (1996). "Documento de resultados de la planeación prospectiva". Ed. autor. Puebla.
Ursúa, Nicanor. (1996). "Conferencia dictada en la UIA Golfo centro."

lunes, 19 de noviembre de 2012

La Educación como conjunción de ambientes, presencias y encuentros.

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MENSAJE DE MARTÍN LÓPEZ CALVA.


Un testimonio personal agradecido.
(Una ceremonia significativa más por el cariño familiar con que se otorgó el reconocimiento que por el nulo merecimiento de él por mi parte)


Para la Dra. Mónica Gendreau Maurer
Por su testimonio de vida
Aún frente a la muerte.


         Si el ser humano no es un problema que tiene solución, sino un misterio que nos enfrenta progresivamente a nuevas preguntas como afirma Marcel, la Educación, entendida como intervención sistemática y planificada que busca  la humanización de las nuevas generaciones a través de la comunicación de la herencia cultural y de la facilitación del descubrimiento por parte de las generaciones presentes, tiene  que concebirse como un proceso misterioso en el que más que enseñar respuestas, se tienen que suscitar preguntas que promuevan este desarrollo que es simultáneamente individual y colectivo, biológico-psicológico-ecológico-social-intelectual-moral y espiritual.
         Si el ser humano es misterio, la Educación que es una de las actividades más profundamente humanas, porque como dice Savater: “La principal asignatura que se enseñan los seres humanos es en qué consiste ser humano”, tiene sin duda mucho de saber científico y de sabiduría práctica pero también, indudablemente, una fuerte dosis de misterio.
         Porque como dice Fullat, cuando la Educación se concibe desde una antropología que ve al ser humano simplemente como una combinación de procesos de maduración psico-biológica (Physis) y de socialización e inculturación (Polis), tendremos como resultado Pedagogías que pueden tener un alto grado de cientificidad y eficiencia en la formación técnica de profesionales, pero que sin lugar a dudas, dejan fuera la parte más distintiva de lo humano que es la que lo hace misterio.
         Es necesario, en palabras del mismo autor, concebir al ser humano como la integración armónica de esa Physis y esa Polis que nos dan como resultado procesos de maduración y de incorporación a una civilización determinada –una adaptación al mundo, un hacerse cargo de sí mismos en la realidad- , pero también de una Ruah o desmesura del espíritu, que le da a ese ser humano la capacidad de potenciar su desarrollo orgánico y su adaptación civilizatoria hasta límites  creativos que siempre están rompiendo las barreras de lo imaginado –una adaptación creativa del mundo, un hacerse cargo de la realidad que le toca vivir para hacerla más humana-. Este tercer elemento combinado con los otros dos, es lo que le da a la Educación su dimensión plenamente humana y su talante de proceso creativo: la educación es un proceso creativo porque persigue la creación y recreación continua del mundo y del ser humano en el mundo. En ese sentido de liberación desmesurada, podemos entender la afirmación de Freire de que el educador “…renombra el mundo, recanta el mundo, repinta el mundo, redanza el mundo …”
         La ruah o desmesura del espíritu humano que se despliega, o a veces se bloquea en las instituciones y sistemas educativos, es seguramente lo menos “científicamente explicable” del proceso educativo, pero sin duda, es lo esencial en este proceso, lo que le da su sentido profundo.
         Esta es una manera de decir lo que tiene como sustento una auténtica educación humanista, que es la que yo he aprendido y he tratado de reflexionar y promover entre los educadores y educandos en mi corta y aún muy frágil trayectoria académica, que hoy, inmerecidamente recibe este reconocimiento que agradezco infinitamente.
         ¿Cómo desarrollar esta RUAH que potencie armónicamente el desarrollo psico-biológico y del desarrollo socio-cultural de los educandos?
         Desde mi particular experiencia y reflexión, este desarrollo tiene que darse en la combinación de tres aspectos clave en todo proceso educativo: ambiente (s), presencia (s) y encuentro (s).
         No hay posibilidades de Educar si no existe un ambiente propicio que haga que los educandos y los educadores estén motivados al compromiso y abiertos a la confianza mutua. No hay posibilidades de educar, si no se dan encuentros significativos entre educadores y educandos, entre grandes saberes o tradiciones o enfoques y educandos deseosos de saber, entre educandos y educandos en búsqueda común. No puede haber educación si no hay presencias que sean en sí mismas, educadoras de las generaciones futuras, testigos de la humanidad que facilitan el aprendizaje de lo que es ser humano y vivir humanamente en una realidad concreta.
         Estos tres elementos se alimentan mutuamente. Son como un sistema articulado en el que se forma un todo que no es nada sin las partes, en el que cada parte es imprescindible, pero no tiene sentido si no es en el todo.
         Los ambientes propicios generan sin duda mayores probabilidades de que las presencias significativas se vayan actualizando y desarrollando hasta ser reconocidas. Las presencias auténticas generan al interrelacionarse ambientes positivos y generadores de crecimiento. Las presencias educadoras promueven o facilitan de maneras muy pertinentes y adecuadas para cada educando, los encuentros necesarios con el pensamiento, la ciencia, la cultura y la historia humanas. Los encuentros significativos con los grandes testimonios de humanidad, propician el crecimiento y el despliegue de presencias que testifican lo humano en la realidad actual. Los encuentros profundos y transformadores generan sin duda también, ambientes de búsqueda, de valoración y de diálogo crítico y creativo que van alimentando una mejor educación.
         La Educación como proceso humano depende entonces en mayor medida mas que de los contenidos, las instalaciones, el presupuesto, las bibliotecas o los grados académicos, de la combinación adecuada e integrada de: Ambientes de crecimiento, presencias auténticas y encuentros significativos.
         Aunque la investigación educativa, sobre todo de corte psicológico o sociológico, ha documentado la importancia y algunos rasgos del clima, atmósfera o ambiente propicio para que suceda el misterio de la educación, este proceso sigue teniendo muchos rasgos ocultos para la ciencia o las ciencias de la Educación y es un proceso que, aunque tiene muchos rasgos empíricamente observables, solamente puede ser explorado y comprendido cabalmente, aunque nunca del todo, desde una investigación reflexiva o filosófica.
         A pesar de que existen muchos estudios sobre los perfiles de los docentes, sus procesos de conocimiento y de toma de decisiones, sus historias de vida, los métodos predominantes o el tipo de relaciones que establecen con sus educandos, el análisis comparativo de las docencias exitosas no dará nunca información suficiente para comprender este fenómeno misterioso de la empatía, la comunicación profunda, el amor mutuo y el compromiso fraterno que se da entre un docente y su grupo de estudiantes. Este es un fenómeno, en palabras de Fullat, “metaempírico”, que tiene que ser estudiado y reflexionado filosóficamente.
         No obstante que existen muchos estudios teóricos, metodológicos, didácticos, científicos, que han ido progresivamente aportando elementos para la selección, dosificación y presentación de los contenidos que hay que incluir en la educación de los distintos niveles y modalidades del sistema educativo, es aún un misterio por desvelar el proceso por el cual un contenido, un tema, un enfoque teórico, un autor o escuela de pensamiento, se convierten en verdaderos encuentros que transforman la perspectiva y aún la vida de los educandos. Este es, un fenómeno más, que manifiesta esa RUAH o desmesura del espíritu humano, un proceso paulatino de liberación de lo humano a través de la educación que tiene nuevamente, que ser estudiado desde una perspectiva filosófica.
         En algún artículo el gran maestro del pensamiento educativo y padre de la investigación educativa en México, el Dr. Pablo Latapí Sarre, dice que en la Secretaría de Educación Pública, más que políticos o administradores que se ocupen de organizar, controlar, planear y evaluar o aún inspeccionar lo que sucede en las instituciones educativas del país, debería haber filósofos que se ocupen de pensar continuamente y de manera sistemática, holística y normativa sobre el ser y las finalidades de la Educación y de construir creativamente la visión de futuro que queremos para nuestro país.
         Esta relevancia de la filosofía en la educación, hasta ahora poco reconocida en México, debe ser un motor de lo que muchos académicos del campo educativo, puedan ir trabajando para mejorar los procesos educativos en el país, que a pesar de que las pruebas internacionales parezcan decir que la solución está en la capacitación práctica, requieren de reflexión permanente y de largo plazo más que de soluciones pragmáticas e inmediatistas, necesitan lo que Lonergan afirma : “Ser supremamente prácticos, renunciando a lo que se piensa que es lo práctico”.
         Esta ha sido, más llevada por el azar y las circunstancias que quizá por una decisión deliberada, mi búsqueda en el campo de la Educación y lo seguirá siendo en tanto recibo el doctorado honoris causa como una especie de anticipo o pagaré que tengo que ir solventando o cubriendo con el trabajo permanente y cada vez más profesional y comprometido en esta tarea de ir construyendo una perspectiva filosófica de la educación y sobre todo, una valoración del aporte de la filosofía a la educación en este cambio de época en que nos ha tocado vivir.
         ¿Por qué el desarrollo de mi vocación educadora? ¿Cómo se fue dando el proceso de mi propia educación? Creo que esta es una ocasión propicia para reflexionarlo y hacer un breve recuento del camino recorrido hasta ahora.

         AMBIENTES:

         Un ambiente educativo tiene que cumplir con algunas condiciones: aceptación incondicional de las personas, valoración de los afectos y las ideas de los protagonistas, reconocimiento de las historias personales, ánimo de crecimiento, fomento de la cooperación y la solidaridad.
         ¿Cuáles son los ambientes que me educaron y de algún modo me hacen estar hoy aquí, recibiendo este reconocimiento?
         Una familia, dos familias, tres familias que son una sola familia. López Calva, López Gonzalez, Gonzalez List… De algún modo esta ceremonia tiene una fuerte connotación familiar y de homenaje, no tanto a personas concretas de una familia concreta sino al núcleo familiar con todas sus contradicciones y desviaciones pero también y sin duda, con todas sus riquezas y potencial de crecimiento.
         Estos ambientes familiares donde predomina el amor incondicional y el testimonio del trabajo apasionado, la educación como camino, el estímulo intelectual, la fe siempre debate pero también siempre testimonio, y entre Gaby, Mariana, Paulina, Daniela y yo, siempre sustento y motivo para pensar y pensarnos, para sentir y sentirnos, para dar y darnos…estos ambientes familiares son sin duda la raíz de mi propia educación.
         Un patio enorme y siempre lleno de niños –de todas las clases sociales- jugando, haciendo todos los deportes posibles, un coro que canta pero sobre todo hace crecer en comunidad, unas misas con batería y guitarra eléctrica pero sobre todo con un entusiasmo que es verdadera presencia de Dios, un grupo de “exploradores” o alpinistas, unos maestros y un director que conocen a todos, juegan con todos, cantan con todos, suben la montaña con todos…un ambiente de colegio salesiano, muy al estilo genuinamente Don Bosco: la Fe es alegría y tiene que vivirse con alegría…
         Una prepa que enseña a investigar, que promueve la búsqueda, la convivencia, la preocupación por los demás, la conciencia social a la que muchos compañeros eran impermeables, la alegría en la celebración y el sentido de formación intelectual con finalidades, no siempre logradas pero siempre buscadas, de mucha seriedad académica. Un colegio jesuita en el que se respira la tradición y sin embargo se busca siempre estar a la vanguardia (hasta la incomprensión de la sociedad tradicional de Puebla). Un colegio que tiene “algo” en el ambiente, que no importando profesores buenos, regulares o malos, deja siempre una huella muy honda.
         Un grupo juvenil de evangelización que nos cambia la vida y nos da una orientación de vida imposible de cambiar, un grupo de amigos a los que casi no vemos pero seguimos queriendo entrañablemente, un sacerdote, Hilario, y dos hermanos, Pedro y Arturo, que son amigos y testimonios de entrega a los pobres más allá y aún en contradicción con  el snobismo de un templo de moda y de la sensibilidad a flor de piel de una forma de celebrar la fe que a veces cruza la línea del fanatismo y la magia.
         Un ambiente de trabajo que seduce, una Ibero tan atractiva y pertinente en su búsqueda eterna y siempre nueva que nos hace resonar, identificar nuestro proyecto de vida hasta casi confundirlo con ella, una universidad que nos atrapa, nos absorbe, nos desgasta, nos enoja, nos hace gozar, nos pone a vibrar juntos, nos divide, nos separa pero nos hace sentir siempre juntos…un ambiente educativo permanente en el que siempre hay preguntas nuevas, presencias renovadas y sugerentes, testimonios impactantes…
         A estos ambientes debo agradecer mi vocación educadora, híbrido de pedagogía preventiva salesiana, de pedagogía ignaciana y de un poquito de teología de la liberación…sin duda transformadas, interpretadas o malinterpretadas a la luz de una práctica que ya va para veintitres años en la docencia, diecisiete de ellos de tiempo completo –o repleto., a pesar de que me siguen preguntando que si soy arquitecto por qué no trabajo y nada más estoy en la universidad.
        
         PRESENCIAS:

         Una presencia educadora tiene como rasgo fundamental la autenticidad, que no es otra cosa que el diario esfuerzo y la capacidad en desarrollo de ser cada día más uno mismo, más allá de máscaras, imitaciones o intereses. Por eso no importan los distintos temperamentos (desde el padre Cacho hasta el capitán León, por ejemplo) o los métodos diversos y aún los contenidos o campos temáticos, una presencia educadora, comunica humanidad no importando los modos y los medios. Una presencia educadora deja huella más allá de que se olvide lo que enseñó.
         De estas presencias hay sin duda muchas en mi trayectoria. Por supuesto que desde la familia: papá, mamá, hermanos y hermana, Gaby y mis hijas, los amigos de verdad, son presencias educadoras fundamentales en mi vida. Me gustaría sin embargo, recordar especialmente a algunos de mis maestros más significativos en la vida, a aquellos que dejaron huella en mí, no importando el tiempo que compartieron conmigo ni la edad a la que lo hicieron.
         En mi camino de formación he tenido magníficos profesores. Sin embargo y en primerísimo lugar, reconozco desde siempre a dos grandes maestros en mi vida: Carlos Castro Páramo (q.e.p.d.) con su eterna juventud y su espiritualidad salesiana siempre congruente con la pedagogía del acompañamiento cercano, de la convivencia alegre, del ánimo fraterno y del esfuerzo por hacer de la vida una auténtica aventura. Ricardo Avilés Espejel, el pop, como lo conocemos sus amigos-discípulos o sus discípulos-amigos. El pop que es la sabiduría en el sentido profundo y trascendente, es la comunicación siempre presente de significado personificado que enseña autenticidad con la vida y no con los libros.
         Sin duda hay una lista pequeña de otros maestros significativos: en mis años de la Ibero y por orden de aparición, el Dr. Juan Bazdresch S.J. y su talento filosófico impresionante, el Mtro. Xavier Cacho S.J. y su sabiduría con visión histórica y mística, el Mtro. Miguel Manzur y su erudición llena de humor y de entrega,  el padre Joe Flanagan S.J. con su testimonio de jesuita-académico-ser humano siempre generoso y abierto a aprender y a compartir sus aprendizajes, la Dra. Marylin Cochran-Smith y su pasión rigurosa por investigar la práctica docente y algunos otros que ahora no menciono pero que sin duda influyeron decisivamente en mi educación.
         Presencias educadoras que sin ser mis profesores me han ido mostrando caminos de humanidad como el Fís. Gabriel Anaya S.J., amigo entrañable y jesuita ejemplar, el Dr. Armando Rugarcía, ejemplo de pasión educadora y gestión democrática, mi amigo Willy Cabello (q.e.p.d.) y su pasión por el arte y por la vida: así como el Mtro. Javier Sánchez, mis homólogos David Martínez, Martha Mora, Rosa Alicia Esténs, cada uno a su modo y en su estilo, maestros en la visión y la gestión del proyecto universitario.
         ENCUENTROS:
         Un encuentro educativo es sobre todo un momento o un proceso simbólico que transforman el modo de ver el mundo. No importa la duración del encuentro sino la profundidad de su huella, esto es lo que nos marca y alimenta búsquedas que nos van construyendo como sujetos humanos. En un encuentro intervienen de manera igualmente importante, el sentido y la profundidad de aquélla persona o búsqueda con la que nos encontramos, y el momento que estemos viviendo al suceder se encuentro.
         Destaco algunos encuentros que han marcado mi vida significativamente: el encuentro con Don Bosco en la alegría y el canto, el encuentro con Ignacio simbolizado en mi memoria afectiva en una tarde de 1979 en el patio del Oriente y una imagen: la del padre Pedro Arrupe S.J., entonces prepósito general de la Compañía de Jesús, hablando desde el pasillo de la planta alta, el encuentro con aquello que leía, dialogaba e idealizaba como visión de iglesia al conocer a Dom. Hélder Cámara en los pasillos del seminario palafoxiano durante el CELAM de Puebla, el encuentro con un icono de la educación en México, Don Pablo Latapí en su casa del DF  a propósito de la cátedra organizada en su honor en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, son sin duda encuentros que me han ido configurando como académico y como persona.
         Pero sin duda el encuentro más significativo es el encuentro con la invitación a la autoapropiación que nos hace a través de su obra filosófica Bernard Lonergan S.J.. Este es un encuentro que orientó todo lo que he pensado y en modesta medida aportado a la reflexión educativa y a la formación de docentes en ejercicio y de futuros profesionales de la Educación en estos cortos años de trayectoria. El encuentro con esta invitación que es en el fondo la invitación al encuentro conmigo mismo, el encuentro más complejo y lleno de tensiones y contradicciones, pero el que seguramente resulta, en términos educativos el encuentro imprescindible y definitivo.
         Hoy es un día para agradecer que he sido educado y por ello puedo dedicarme a tratar de educar. Por eso reconozco ante ustedes este entramado de ambientes, de presencias y de encuentros que me han configurado y los invito a recuperar los propios para poder ser cada día más capaces de educar, es decir: de generar ambientes propicios, de convertirnos en presencias significativas, de facilitar encuentros profundos en cada uno de nuestros educandos.
         Muchas gracias a la Universidad Mesoamericana, que hoy me otorga este reconocimiento que me compromete a trabajar a partir de lo que soy, en la promoción del ser de otros y del ser humano de todos.

 9 de enero de 2005. 
Ceremonia de doctorado honoris causa
Universidad Mesoamericana de Puebla








domingo, 11 de noviembre de 2012

EL FUTURO YA NO ES LO QUE ANTES ERA. Retos y expectativas de la universidad pública en la globalización

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“El futuro ya no es lo que antes era, nos recuerda
Valéry. Ya no hay recetas ni rumbos claros. Incierto,
Promisorio, inseguro, inquietante es lo que viene para México.
Lo único cierto es que lo que hagamos marcará la mitad del
Rostro futuro de México. El resto lo definirá el azar.”

Jesús Silva-Herzog Márquez.

            1.-NEGANDO EL ARTE NUEVO: ACERCAMIENTOS A LA GLOBALIZACIÓN.

            El futuro ya no es lo que antes era, ya no hay en efecto, recetas, caminos ciertos, seguridades a prueba de todo cuestionamiento. Estamos en una crisis de futuro y esto puede significar muchas cosas y generar muy diversas reacciones. Crisis de futuro puede significar imposibilidad de futuro o puede también significar, momento de toma de decisiones para posibilitar el futuro, un futuro que iremos construyendo nosotros y el azar pero que, como dice el poeta Benedetti, debemos tratar de que dependa “cada vez más de nosotros y menos del azar”.
            Diversas pueden ser las reacciones ante la incertidumbre del futuro: hay quienes añoran ese antes cuando el futuro era de otro modo y se podía predecir, prever, anticipar y entonces pretenden negar la realidad y cerrarse a su dificultad intrínseca y en el caso que ocupará estas líneas, el de la globalización, se empeñan en ver este proceso como el mal disfrazado de yuppie y para ellos no hay peor insulto que ser tecnócrata neoliberal. Son los “globalifóbicos”, según el “cultísimo” aporte a la lengua española del presidente Zedillo en el foro de Davos, Suiza. Hay otros que , como él y muchos miembros de su gabinete, más bien creen que el futuro es como el presente , que la realidad es solamente lo que tenemos hoy y que no hay otro camino posible más que este para la humanidad entera. Llamémosles “globalifílicos” como ya algunos columnistas han hecho a partir del manifiesto contra la “globalifobia” del “Foro económico mundial”.
            Sin embargo, creo que habría que añadir un tercer neologismo. Digámosles “globalicríticos” a los que intentan entender el fenómeno de la globalización sin prejuiciarse ideológicamente a favor o en contra y tratan de asumir una postura crítica para buscar la construcción de una mejor realidad a partir de la comprensión inteligente de la realidad en que nos movemos hoy. “Mi plumaje es de esos” o intentaría serlo, parafraseando a otro poeta.
“Y escribo por el arte que inventaron
los que el vulgar aplauso pretendieron
porque , como las paga el vulgo es justo
hablarle recio para darle gusto”.

Lope de Vega. Arte nuevo de hacer comedias de este tiempo (1609) *


            Porque lo más fácil sería, si se pretende “el vulgar aplauso”, hablar recio y ponerse a decir que la globalización es algo así como el demonio o el anticristo que llegó con el año 2000 y que es peor que el fin del mundo porque va a ser de poquito en poquito; o, si se tratara de otro público más “moderno”, hablar recio a favor del proceso globalizador viendo solamente sus virtudes y negando que tenga cualquier efecto nocivo para la humanidad o para las universidades.
            Sin embargo, contradiciendo el arte nuevo de hacer novelas al que Lope se refiere, invito al lector a un análisis más objetivo, más serio, más desprejuiciado, que quizá de allí salgan conclusiones más críticas para buscar un futuro mejor desde la incertidumbre promisoria y aterradora de este “cambio de época presente”.

            2.-EL NOMBRE DEL JUEGO:ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE LA GLOBALIZACIÓN.

            Iniciemos con algunos conceptos sobre la globalización porque el término es tan mencionado que puede ya no significar nada para los que lo escuchan. Tomo algunas nociones de diferentes perspectivas, citados recientemente por la Dra. Rosa Nidia Buenfil en una conferencia sobre la cultura del siglo XXI ofrecida en el ITESO con motivo de la apertura del doctorado en Filosofía de la educación.
            La globalización puede ser entendida como el “sistema mundo” al que se refiere Wallerstein cuando analiza la evolución del sistema capitalista y habla de cómo la lógica misma de este sistema mundo impide necesariamente el desarrollo de los países pobres porque lo que se desarrolla es el sistema-mundo y para desarrollarse requiere de la desigualdad y la exclusión.
            Otra manera de entender globalización es la de Braudel que habla del capital universal en relación a una economía mundial de mercado. Existen otras visiones que conceptualizan esto desde una perspectiva cultural y entonces hablarn del proceso de construcción de un sistema cultural global o de una aldea global cada vez menos eurocéntrica.
            En la literatura referente a Educación, según la Dra. Buenfil, encontramos otras visiones: la conceptualización del mundo como un solo lugar de producción o la visión de globalización como homogeneización cultural y la visión de Aaronovitz de la globalización como “catástrofe cultural”.
            Existe según un diálogo reciente sobre el futuro publicado por “Letras libres” (no. 13, 2000), una dialéctica fundamental que también menciona la Dra. Buenfil , en torno a las visiones de globalización, que podría resumirse en dos posiciones extremas: La visión de este proceso como convergencia e integración en torno a ideales y normas liberales como democracia, imperio de la ley, cooperación internacional o consumismo, visión más cercana a los planteamientos de Fukuyama (2000) y la visión de este proceso como el de bloques de valores  -principalmente occidentales europeos y orientales- que entran en choque, visión que sostiene Huntington . (Letras Libres, no. 13).
            Lo cierto es que la globalización es un proceso complejo que no puede entenderse simplemente con un juicio simplista de bueno o malo sino que tiene que ser estudiado , investigado , entendido y criticado. He aquí una primera tarea universitaria que retomaremos más adelante.

            3.-DE LA SOCIEDAD INDUSTRIAL A LA SOCIEDAD POSINDUSTRIAL: GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA.

            Un primer aspecto, sin duda el detonador de esta globalización es el relacionado con la Economía de mercado. La globalización puede significar en este sentido el “imperio del mercado libre” mundializado, lo que incluye obviamente la mundialización del capital, de la producción y del consumo y una nueva división internacional del trabajo. (Bell, 2000).
            Este proceso globalizador se da en el marco de una transición generada por la revolución tecnológica de este siglo y el mundo de los medios de información: la transición de una sociedad industrial a una sociedad postindustrial. Daniel Bell señala en un artículo reciente algunos elementos de esta transición:
            -El paso de una tecnología mecánica a una tecnología intelectual.- El paso de las grandes máquinas movidas por vapor, electricidad, combustibles y manjejadas por el hombre a las tecnologías modernas de la información manejadas a través de computadoras.
            Este paso implica la “codificación del conocimiento teórico”, el paso de una investigación y desarrollo de tecnologías que surgen del ensayo-error empírico a una tecnología que surge directamente del conocimiento teórico aplicado.
            -El paso de la producción como desarrollo de productos a una fase de mejoramiento de su calidad (ej. Japón) y a uno ulterior de fabricación normalizada o estandarizada de los mismos productos que reduce significativamente el costo de su producción (el caso de Korea, Hong Kong o China a finales del siglo XX).
            -La distinción entre innovación –derivada de la ciencia que se aplica a la tecnologíca-, la innovación –que depende más de la flexibilidad y adaptación de las organizaciones- y la difusión –que es fruto de la mercadotecnia y los medios de promoción y comercialización intensiva-.
            -El paso o la distinción entre tecnologías transformadoras –el teléfono o el televisor que cambiaron radicalmente el estilo de vida y de comunicación- , tecnologías extensivas –el celular que hace más extenso y fácil el uso del teléfono o la televisión por cable que facilita la difusión mundial de ciertas cadenas-, y los nichos- que son segmentos específicos de mercado sobre los cuales se desarrollan productos especiales como las redes internas de comunicación de las empresas (pbx) o los canales especializados de ventas o de noticias-.
            Es interesante lo que Bell destaca en el sentido de que la mayor parte de las empresas de Estados Unidos y otros líderes del mundo global se son empresas pequeñas que se dedican a los nichos porque se requeiere de un gran capital y de una empresa muy grande para producir tecnología transformadora (innovación).
            Bell señala como condiciones para que un país pueda acceder a la “escala tecnológica” que demanda la globalización la existencia de un período de paz y estabilidad interna (ahora entendemos porque se insiste tanto en la estabilidad de México en los discursos oficiales), una amplia clase empresarial y UN SISTEMA EDUCATIVO DE CALIDAD que enseñe a la gente a leer, escribir y contar, lo indipensable para entendérselas con la tecnología.

            4.-DE LA SOCIEDAD MODERNA A LA SOCIEDAD POSMODERNA: GLOBALIZACIÓN CULTURAL.

            Pero la globalización económica ha traído consiogo procesos culturales de globalización. Existe una evidente tendencia a la homgeneización de los estilos de vida en el mundo (las modasy los modos son cada vez más parecidos en cualquier ciudad del mundo), una estandarización y masificación del consumo (todo el mundo oye a Ricky Martín por ejemplo o come Mc. Donald´s) y con ello, una conformación de identidades débiles o un debilitamiento de las identidades nacionales fuertes de antaño. Esto genera poco a poco una relativización de los valores que llega al relativismo y una falta de utopías, modelos fuertes o “metarrelatos” que puedan ser factores de unidad o cohesión social.
            Existe sin embargo, la emergencia de ciertos valores globales que empiezan a ser compartidos: la cultura de los derechos humanos, del respeto al medio ambiente (“La octava inteligencia de Gardner”) o de la democracia.
            La dialéctica entre identidades regionales y nacionales con sus valores y tradiciones y proceso de globalización que tiende a homogeneizar y a debilitar esas identidades está presente hoy más que nunca.

            5.-WINERS Y LOSERS: GLOBALIZACIÓN SOCIAL.

            En el ámbito social, el mismo Fukuyama que es un defensor del liberalismo y del proceso globalizador, señala que existe un preocupante resquebrajamiento que hace que ahora tengamos sociedades menos coherentes, un consumismo excesivo -que por lo demás es inherente al proceso de globalización económica-, un deterioro del deber y la solidaridad y algunos otros autores señalan el reforzamiento de un neodarwinismo social que tiende a dividir la vivencia social en torno a  ganadores y perdedores y a establecer una feroz competencia y un exacerbado individualismo para llegar a ser ganador y evitar ser señalado como culpable por el entorno social si no se triunfa, triunfo por lo demás muy ligado exclusivamente al éxito económico o a la fama.
            Serio Zermeño ha escrito en su libro “La sociedad derrotada” (1997), esta visión de resquebrajamiento social como la existencia de “many Méxicos”, muchos Méxicos cada vez más alejados entre sí.

            6.-EL MONOPOLIO DE LA COOPERACIÓN: GLOBALIZACIÓN POLÍTICA.

            La pérdida o debilitamiento progresivo de las identidades nacionales por el proceso de integración y homogeneización globalizador, junto con otros factores complejos ha dado como resultado el debilitamiento de los estados nacionales. Hobsbawm (Letras libres no. 13) señala que desde el siglo XVIII hasta la década de 1960 se dio un proceso de fortalecimiento de diversos estados nacionales y que el proceso de debilitamiento inició a partir de los años setenta del mil novecientos.
            Este debilitamiento de los estados se ahonda ante la carencia de instituciones globales o nacionales que medien entre las fuerzas de globalización económica y las especificidades de cada nación. La soberanía es entendida ahora como el “Monopolio de la cooperación” y estamos ante un sistema global gobernado por comités y membresías (la OCDE, El foro mundial, el FMI, el Banco Mundial, el grupo de los siete, etc.)
            La participación en el mercado ha sustituido a la participación política y en ese sentido se nota un creciente desinterés y aún desilusión hacia la política, los políticos y los partidos políticos por parte de las personas que han pasado a ser consumidores en lugar de ciudadanos.
            Con todo, el crecimiento de la fuerza de la “opinión pública” con todo y lo caótico y manipulado que esto está todavía y la necesidad de administración más plana y descentralizada en las organizaciones, parecen apuntar a posibles escenarios más positivos.

            7.-DENTRO DEL JUEGO PERO MÁS ALLÁ DEL JUEGO: EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA EN LA GLOBALIZACIÓN.

“La transformación de la sociedad comienza
con la capacidad de reducir la pobreza y la mera subsistencia
y de satisfacer las necesidades de la mayoría de la población”.
Daniel Bell.

            Aún desde análisis que partan de aceptar esta lógica de consumo y mercado como las que rigen la vida moderna y no cuestionen el modelo que se está imponiendo como única vía, se señala cada vez con mayor fuerza (el banco mundial ha hablado de “humanizar la globalización”) la necesidad de incrementar los esfuerzos de lucha contra la pobreza y la desigualdad. El problema está en la posibilidad o imposibilidad de hacerlo con un modelo tal como el que ahora rige la economía mundial globalizada. Esta es una tarea profundamente universitaria. El estudio serio , la crítica razonable y razonada, la búsqueda de mejoramiento y alternativas a este modelo económico es una prioridad para nuestras universidades y en este campo de la equidad, sobre todo de las universidades públicas.
            El ideal de equidad ha sido uno de los pilares sobre los cuales se ha edificado históricamente la universidad pública y toda la educación pública en general. Autores como Portela señalan como, ante este proceso de globalización económica y de normas e ideales liberales, este objetivo de equidad vía la educación se ha venido sustituyendo por el de la calidad, término ambiguo como bien señala Latapí (1996).
            Sin profundizar mucho en el tema, me parece necesario señalar que el objetivo de la equidad sigue siendo una prioridad en nuestra educación de todos los niveles incluyendo el de la educación universitaria. Analizar nuestra sociedad nos hace caer en la cuenta de que esta es una meta necesaria para aspirar a cualquier desarrollo ulterior –sea este o no, como parece no ser, el modelo de desarrollo que la globalización parece estar imponiendo como válido-.
            Sin embargo el valor de la calidad en la educación universitaria no puede ser desdeñado y mucho menos si tenemos conciencia de que el proceso de globalización implicará la competencia y el flujo de profesionales de un país a otro tarde o temprano. El problema no está entonces en que existe un dilema real entre equidad o calidad sino en cómo asumir el reto de dar una educación universitaria de calidad para la equidad, es decir, de la definición de una idea de calidad acorde a nuestra realidad y del planteamiento de estrategias adecuadas para ir consiguiendo esta calidad que vaya intrínsecamente ligada a la construcción de un país más equitativo.

                       A.-GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA.

            La globalización económica está planteando a las universidades públicas de una reflexión razonada, crítica y responsable sobre el tema del financiamiento por parte del estado, de las cuotas que ya se pagan en prácticamente todas las universidades del país menos en la UNAM y de la necesidad de acceso a otras fuentes de financiamiento nacionales y sobre todo, internacionales.
            Esta exigencia trae consigo también la necesidad de plantearse una noción crítica de eficiencia y una medida razonable de incorporar eso que llaman “criterios de mercado” a la organización y funcionamiento de las universidades. No se trata de adoptar ciegamente modelos extranjeros o de instituciones privadas pero sí de ir generando una serie de criterios propios y adecuados a las finalidades de una educación pública que vayan en la línea de la calidad, la eficiencia y todos estos elementos que si no se absolutizan, son legítimos y necesarios en toda universidad.
            La necesidad de una planeación para orientar a las universidades públicas a la producción de “conocimiento teórico codificable”, es decir, aplicable a los procesos de innovación, mejoramiento o difusión de la tecnología para reducir la dependencia del exterior es otra cuestión que debe empezar a estudiarse. La universidad pública no debería convertirse en formadora de técnicos que operen lo que se diseña, se mejora y se difunde en otros países sino de profesionales que sean generadores de conocimiento que pueda ser aplicado. Este proceso tendría que hacerse cuidando que la universidad no vaya abandonando o dando menos importancia a las áreas disciplinares o profesionales menos pragmáticas o a la generación y reflexión de conocimiento teórico “desinteresado”, es decir, interesado solamente en entender nuestra realidad y en conocerla y explicarla o interpretarla.
            A partir de los planteamientos de Bell, considero impostergable el análisis del campo o los campos en los que la universidad pública habría de tender en la formación de sus egresados: ¿Es viable formar a la gente para el desarrollo de productos, para el mejoramiento de su calidad o para insertarse en los procesos de fabricación de productos normalizados o estandarizados? ¿es posible y deseable formar profesionales que persigan la invención (ciencia), la innovación (organizaciones)  y/o la difusión (“creación de productos” , comercialización)? ¿Será posible ir accediendo a la creación de tecnologías transformadoras, extensivas o tenemos un campo interesantísimo que no requiere de tanto capital sino de talento humano organizado en el campo de los nichos especializados? ¿Se puede contribuir desde la universidad pública al desarrollo de una AMPLIA clase empresarial o se le seguirá dejando a la universidad privada la formación que perpetúa la misma reducida élite empresarial? ¿Tenemos la calidad de sistema educativo que se requiere? ¿Enseñamos bien a leer, escribir y contar en los códigos actuales o seguimos anclados al pasado? En resumen: ¿Puede la universidad pública aportar alternativas que vayan conciliando el dilema productividad – equidad?


                       B.-GLOBALIZACIÓN POLÍTICA.

            En lo político el asunto del debilitamiento del estado, plantea sin duda el riesgo del que ya se habla mucho en el país de desaparición, adelgazamiento significativo o incluso “privatización” de la universidad pública, pero plantea también creo yo, la oportunidad de un replanteamiento y redefinición más sólida, independiente y actual de lo que es una universidad pública. Hasta allí habría que ir o más bien., desde allí habría que empezar.
            La universidad pública puede ser o crear las instancias institucionales de intermediación cultural entre las exigencias de globalización poco exploradas y comprendidas por el grueso de la población del país y las necesidades e identidades regionales y nacional.
            La universidad pública puede educar y encauzar la fuerza creciente de la opinión pública para hacerla más inteligente, crítica y responsable y por ende, menos sujeta a la manipulación de los medios o los grupos de interés económico, político o religioso.
            La necesidad de reconstruir la participación política es un papel irrenunciable de la universidad pública que se ha venido despolitizando quizá por cuestiones económicas o porque es también sujeto y víctima de esta falta de participación general. ¿Promovemos la formación de personas y de ciudadanos o la capacitación de consumidores y vendedores de productos o servicios?
            En lo político es necesario también, porque se corre el riesgo de perderla o de dejarla como pieza de museo, promover la reflexión y construcción de un nuevo concepto de soberanía acorde con los procesos globalizadores y la necesidad de insertarse en la sociedad promoviendo la formación ciudadana es parte de esta redefinición existencialmente promovida. ¿Qué es un ciudadano de la aldea global además de un consumidor?

                       C.-GLOBALIZACIÓN SOCIAL.

            Ante el resquebrajamiento social, la universidad pública tiene el reto de constituirse en un puente que vaya abriendo espacios de diálogo y encuentro entre los distintos grupos sociales y tratando de buscar la convergencia de esos muchos Méxicos de los que habla Zermeño.
            La globalización está presionando hacia formar profesionistas exitosos y competitivos para sociedades desintegradas y esa es, en palabras de Gorostiaga (1997) la peor maldición que le puede pasar a la universidad y sobre todo a la universidad pública. Formar profesionistas que sean capaces de integrar e integrarse hacia abajo y hacia arriba en la estructura social para que sean capaces de establecer vínculos y procesos de promoción de un mayor entendimiento social es una tarea que está por hacerse y que será quizá a contracorriente de los procesos globalizadores o las nociones de calidad vigentes. Formar profesionistas con una visión global desde una perspectiva local o regional.
            Formar profesionistas en y para la colaboración efectiva será también necesario para combatir este neodarwinismo social que nos lleva a la superviviencia del más apto y que pierde toda noción de solidaridad, dignidad humana, valores morales o compasión. Con esto la universidad estará contribuyendo a la formación de valores sociales.
                       D.-GLOBALIZACIÓN CULTURAL.

            La universidad es un espacio privilegiado para la apertura, la tolerancia y el diálogo intercultural. Estos son quizá los valores más evidentes del proceso globalizador visto desde la perspectiva de las culturas. La universidad pública por su misma composición y apertura a recibir población de muchos estratos sociales, culturas y aún razas y nacionalidades, debe irse convirtiendo en una promotora del diálogo intercultural y de la tolerancia y la diversidad en una sociedad que es todavía bastante cerrada a lo diferente y aún racista aunque no se reconozca.
            El asunto de las identidades débiles y del debilitamiento de los valores puede ser visto como un problema de relativismo moral pero también podemos entenderlo como una posibilidad de superación de las posturas dogmáticas y de diálogo horizontal entre personas iguales en dignidad. Si la universidad lo ve así, puede convertirse en una eficaz promotora de discusión, reflexión y construcción de valores comunes (globales) más humanizantes y menos economicistas que los que rigen actualmente nuestra vida social y cultural.

                       E.-EXIGENCIAS DE TRANSFORMACIÓN PARA LA UNIVERSIDAD PÚBLICA.

            Estas cuestiones arriba planteadas exigen sin duda una transformación de la universidad pública. Una transformación que no puede ser, como lo pretenden a veces, solamente una refuncionalización para adecuarse al nuevo estado de la cuestión sino que tiene que ser una profunda resignificación que solamente se hará en comunidad de universitarios y en comunidades universitarias donde la inteligencia y la razón y el compromiso estén por encima de intereses particulares o de grupos, lealtades, ideologías o posturas políticas.
            Estas son algunas de las áreas donde podría apuntarse la transformación.
            a.-En lo teórico: La necesidad de una reflexión sólida y comunitaria sobre las nociones de globalización vigentes y las posibles, desde una perspectiva abierta pero preocupada por el ser humano en todas sus dimensiones y no solamente en el “homo economicus” que las visiones pragmáticas plantean sería una base para ir avanzando a una resignificación sobre el ser y el quehacer de la universidad pública en un mundo globalizado.
            b.-En las prácticas: Es necesaria la transformación, a partir de la reflexión teórica, sobre las prácticas universitarias de toda índole: lo que sucede en el aula, en las estructuras curriculares, en las estructuras organizativas, en la noción y organización de la investigación y la difusión, en las relaciones con el gobierno, y sobre todo, en la cultura universitaria.
            En el aula se requiere obviamente superar la visión del catedrático que transmite información al alumno. El conocimiento se contruye y por ello es necesaria una revolución educativa que transforme los métodos de aprendizaje a partir de una real transformación de las concepciones y actitudes del docente. Las tendencias actuales plantean una “des-aulización” progresiva aunque no total, para poner en contacto al alumno con realidades diversas y promover su aprendizaje en la investigación, en la intervención y en la solución de problemas con enfoques más interdisciplinares. Una aula centrada en el aprendizaje y en el estudiante en formación incluyendo su dimensión ética es necesaria si se quiere acceder a una real calidad educativa para estos tiempos inciertos.
            En la estructura curricular es necesario pensar en currícula más flexibles, interuniversitarios –que permitan a los estudiantes tener experiencias de uno o dos semestres en otras universidades- , basados en competencias y no en contenidos y con un mayor grado de preparación general que profesionalizante (en Europa un profesionista cambia en promedio 5 veces en su vida de perfil profesional, en México el 70% de profesionistas trabajan en cuestiones diferentes a las de su especialidad). Es necesario también pensar en nuevas profesiones emergentes a partir de este mundo globalizado.
            La universidad requiere menos burocracia y una estructura organizativa más horizontal, participativa y flexible y de manera muy importante, un cambio den la visión de autoridad que se centre en el servicio y no en el poder, una autoridad con visión global más que particular o local, una autoridad que abra horizontes y no que cierre posibilidades de desarrollo.
            En su relación con el gobierno la universidad pública tiene que buscar una alternativa entre lo contestatario y lo subordinado que parece haber sido un viraje histórico en algunas de ellas. Una nueva noción de autonomía más vista como interdependencia que como extraterritorialidad tiene que ser definida comunitariamente antes de que sea redefinida o negada desde fuera. La alternancia en el poder que empieza a darse en nuestro país va a requerir también una relación más institucional y menos partidista o condicionada a partidos e ideologías o candidatos.
            El cambio más importante desde mi punto de vista, es el cambio profundo que tiene que empezar a operarse en la cultura o culturas universitarias. Las preguntas: ¿qué significa ser pública? ¿Qué significa ser democrática? ¿Qué significa ser universidad en la aldea global? ¿Cómo contribuir al diálogo y la convergencia intercultural y no al choque de valores?
Están en el ambiente y es necesario empezar a responderlas en espacios de reflexión y de decisión en vez de seguir en la inercia del pasado o en la adaptación acrítica del modelo actual.
            Una nueva noción de autonomía, de laicidad –vista como pluralidad y apertura más que como cerrazón a manifestaciones religiosas plurales- (Latapí, 1996) y una cultura de la calidad para la equidad y no de la equidad sin calidad deberán ocupar el tiempo y el espacio universitario hasta irse consolidando como valores y significados comunes en construccción.

            8.-EL FUTURO YA NO ES COMO ANTES ERA: CONCLUSIÓN.

            En conclusión diríamos que es necesario, como universidad pública, entrar en el juego de la globalización, pero es necesario entrar con una actitud inteligente, crítica y comprometida con la historia y los valores de nuestra nación, entrar con ciertas reglas inevitables pero proponer o ir construyendo otras nuevas más adecuadas a nuestro contexto, es necesario, en una palabra, entrar universitariamente. Entrar al juego pero ir más allá del juego tal como está planteado hoy.
            Tres son los elementos a subrayar en esta línea:
            -Una adaptación crítica a las exigencias de la globalización.
            -Un cuestionamiento profundo y radical de la visión meramente económica de este proceso y de las consecuencias de esta visión parcial.
            -El aporte a la construcción de una apertura al diálogo y al encuentro intercultural desde una identidad cultural dinámica pero sólidamente asimilada y vivida.

            Defender en suma, la esencia de la universidad como espacio de la inteligencia, de la crítica y de la utopía humanizante y resistir la visión de la universidad como mera capacitadora de técnicos competitivos.
            Ni “globalifóbicos” ni “globalifílicos” sino “globalicríticos” que vean la globalización no como un hecho cerrado y definido desde fuera sino como un horizonte de posibilidades en las que el diálogo, la inteligencia, la negociación, puede ir logrando elementos constructivos en lo humano y lo social y revirtiendo sus procesos perversos.
            “Globalicríticos” capaces de resignificar la universidad pública y no solamente de refuncionalizarla para ser útil al modelo económico vigente. Porque el futuro ya no es lo que antes era...pero “...lo único cierto es que lo que hagamos (y yo diría también, lo que dejemos de hacer) marcará la mitad del futuro de México. El resto lo definirá el azar...”

REFERENCIAS.

Bell, D. (2000). “Internet y la nueva tecnología”. En Letras libres no. 13. México.
Buenfil, R. N. (2000). “Hacia una cultura del siglo XXI”. Conferencia magistral impartida en el ITESO. Guadalajara. MIMEO.
Gorostiaga, X. (1997). “La universidad preparando el siglo XXI”. En Magistralis no. 7. UIA golfo centro. Puebla.
Latapí, P. (1996). Tiempo educativo mexicano. UAA-CESU UNAM: México. 4 vols.
Letras libres. (2000). “El orden global en el siglo XXI”. Letras libres no. 13. México.
Silva-Herzog Márquez, J. (2000).”Preguntas al futuro de México”. En Letras libres no. 13. México.
Zermeño, S. (1997). La sociedad derrotada. Ed. Siglo XXI. México.

Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...