miércoles, 6 de junio de 2012

10 preguntas por la educación: O la necesidad del encuentro entre política, acción y conocimiento.


I

Te llega un tuit pidiendo tus datos para mandarte una invitación para un evento educativo relacionado con el movimiento “Por la educación” con el que has participado de manera no continua desde su inicio. Envías los datos.
Durante el proceso de invitación hasta la confirmación y concreción de tu asistencia, hay correos electrónicos y llamadas claras y amables. El encuentro suena bien, un foro donde se planteen a los cuatro candidatos a la presidencia diez preguntas concretas sobre la plataforma de “Por la educación” para que las respondan de manera puntual y asuman compromisos frente a la sociedad civil. Tú estás invitado en carácter de “experto” o “especialista” en el campo educativo, no por tu institución sino por tu trayectoria. Suena halagador. Gestionas el asunto y aceptas.

II

Llegas al DF después de tres horas de autobús. Estás relativamente cerca, hay que tomar un taxi, de esos que por ser seguros te cobran casi como el autobús desde Puebla por un tramo corto de recorrido. Lo abordas y llegas al hotel sede. Primero hay que registrarse, llevas tu gafete recibido por correo electrónico hasta enmicado, impreso en tinta láser como se pidió. Lo entregas en la mesa de registro, toman el código de barras y amontonan el elegante gafete en una pila con muchos más que están apenas impresos en una hoja sin doblar, quizá no en láser sino en tinta normal, en fin, te dan a cambio el gafete oficial. Hay que pasar arcos detectores de metales en un filtro de seguridad antes de subir al área de salones. Hay “guaruras” de traje negro y “chícharo” en el oído por todo el hotel. Subes las escaleras eléctricas. Es temprano, ves si ya está el café pero aún no, llegas al salón y en la puerta te escanean el código de barras de tu gafete para entrar. De inmediato te dice una persona: “usted viene de la UPAEP, ¿Verdad? Nos va a acompañar en las sillas de arriba. En un rato los llamaremos”. Te indica que puedes sentarte en la primera fila que está reservada. Finalmente no podrás hacerlo porque el que cuida esa fila no te lo permite argumentando que es para la gente de “embajadas”. Esperas.
Encuentras en el público gente conocida, te pones a charlar mientras tanto. Además de los saludos el tema es la sorpresa desagradable, para algunos –seguidores suyos- decepcionante, de que Andrés Manuel canceló su participación. De Quadri que envió solamente un video no se extraña nadie. De aquí no iba a salir bien librado por el tema, las preguntas, los convocantes y su dependencia de “la maestra”.

III

Hacia las 10:40 te llaman para subir, en el escenario hay veinte sillas transparentes colocadas viendo hacia donde se encuentran los dos sillones blancos donde se sentarán la moderadora y el candidato que participe. Parece una especie de jurado que dará su veredicto al final del evento. Dos cosas te llaman la atención: primero, que las sillas están colocadas de tal forma que tendrás que estar todo chueco para poder ver lo que pasa en el centro del escenario además de que te van a tapar los que sentaron a tu derecha. La segunda es que hay muchas damas como de organizaciones civiles –predominantemente chilangas por el aspecto y el estilo- y ningún académico en esas sillas. Todas las señoras –luego llegarán varios señores- parecen conocerse entre sí de muchos años y se tratan con gran familiaridad, a ti te saludan y ya. Más cerca de la hora de inicio, suben a tu lado izquierdo a Gilberto Guevara Niebla, exlíder estudiantil del 68, exsubsecretario de educación básica, editor de la revista Educación 2001…”vaya –piensas- al fin alguien que ubico como experto en educación”. Entablas una breve conversación con él, te obsequia amablemente un ejemplar de la revista.
Las sillas aún no se llenan, escuchas a alguien que dice: “Don Pedro quiere sentarse aquí arriba…¿qué hacemos?” Le responden quitando el nombre de una invitada de una de las sillas y diciéndole que lo invite a pasar ahí. Piensas: ¿Qué motivación puede tener alguien por sentarse aquí si no vamos a ser más que testigos igual que los demás pero más incómodos?
Beatriz Paredes ha ingresado al salón sin seguridad ni gran comitiva pero sí saludando a mucha gente y haciéndose notar. Ocupa una silla en primera fila. De pronto se ve movimiento en las afueras del salón, ya viene Peña Nieto.

IV

Poco después de las once inicia el evento, bastante puntual, el candidato se ha entretenido en el camino para saludar a un par de personas sentadas entre el público y finalmente llega a ocupar su lugar. Se sienta junto con la moderadora. Los de las sillas no sabemos cómo actuar, alguien comentó que no se podía aplaudir para no parecer que apoyamos a alguno de los candidatos, de manera que ante el desconcierto se ponen de pie dos señoras de atrás y los demás nos quedamos sentados inmóviles. Peña ocupa su asiento, se le ve tenso, con ojeras de cansancio y la voz ronca seguramente de tanto hablar en eventos públicos masivos. Descubre de pronto a Paredes, la saluda con una emoción calculadamente espontánea desde lejos, ella le responde desde su lugar. El candidato está tenso, la moderadora se ve tensa, los de las sillas estamos tensos, el ambiente en general es de tensión. Con el candidato llegaron otros a ocupar las sillas que faltaban. Distingo a David Calderón, director de “Mexicanos primero” y a Ricardo Raphael, escritor y periodista que ha investigado sobre Elba Esther Gordillo y es un actor importante en el movimiento “Por la educación”. Bueno, otros dos que están en el campo de la investigación y reflexión educativa, piensas para consolarte ante la ausencia casi total de investigadores educativos en el evento.

V

Empiezan las preguntas. EPN asume su estrategia habitual, “dénme un punto de apoyo y me echaré un rollo” (Guillermo Hinojosa dixit) parece ser la máxima. Empieza a hablar mucho sin decir nada. En el transcurso de la entrevista la moderadora le irá diciendo continuamente: “si entendí bien, lo que ud. Respondió fue…”, “es muy interesante lo que dice pero esa no era la pregunta…”, “Entonces, concretamente, respondería que sí o que no a esta pregunta”, acorralándolo de tal modo que la participación completa dura casi cincuenta minutos menos de lo planeado en el programa. A varias preguntas el candidato priísta responde solamente: “En concreto, sí” ante la risa del público. Es preocupante la falta de conocimiento que muestra sobre el tema educativo. Se apoya continuamente en términos como cobertura y calidad para remachar sus buenas intenciones en lo educativo y en el uso de “palabras mágicas”, casi muletillas como “democrático, “democratización”, “democratizar”. A pesar de que se les enviaron las preguntas con antelación, el candidato muestra –y la moderadora, Dra. Blanca Heredia – lo hace explícito, que no conoce el decreto de 1946 que se le está preguntando si derogaría. Un decreto que otorga al sindicato facultades que corresponden al gobierno y que han llevado al gobierno a perder la rectoría del sistema educativo ante el poder creciente del SNTE y su dirigente vitalicia.
Preocupante también que se manifieste en su visión que con inyectar más recursos a las escuelas y dar computadoras a los alumnos va a mejorar la calidad. Muy preocupante que diga que ya existen los mecanismos de transparencia de los recursos y que en todo caso hay que mejorarlos o que en los temas sindicales plantee una postura de dejar las cosas como están. Lo único rescatable es su insistencia en alinear los incentivos de los docentes hacia el desempeño de los estudiantes, cosa que ya se está intentando pero que sin las reformas estructurales que él plantea no encabezar, resulta inviable.
Termina de la manera más airosa posible, con respuestas de monosílabos al final y agradece la invitación. Eso sí, se levanta y pasa a despedirse uno a uno de los invitados que estamos en las sillas a quienes en su mayoría no conoce, salvo a Marinela –Servitje- , a quien se dirige por su nombre y le dedica más atención y tiempo.

VI

La cancelación de dos candidatos –Quadri y AMLO- hace que quede un amplísimo receso al mediodía. Regresamos a las 16:30 al hotel sede después de comer. Sigue habiendo personal de seguridad con traje negro y “chícharo” al oído, sentados por las salas del hotel, en las cafeterías y el lobby pero es notable que ya desaparecieron los arcos magnéticos y el filtro de seguridad del acceso a la escalera de salones. En su lugar, solamente dos guardias están al pie de la escalera y le preguntan a algunas personas a qué evento se dirigen. Subes la escalera, estás otro rato en el área común externa a los salones y entras al salón del encuentro. Otra vez el escaneo del código en tu gafete. Te habían dicho que para la tarde se iban a “turnar” los que subieran a las sillas “del jurado” y tú ya no serías requerido, pero lo primero que te dicen al entrar es: “Señor, ¿nos acompaña nuevamente en las sillas de arriba? En un rato lo llamamos.” Nueva espera.

VII

Te vuelven a llamar. Guevara Niebla se ha ido y Ricardo Raphael ya no regresó. El único que volverá a subir es David Calderón que viene con el comité de bienvenida de la candidata. Se incrementa el número de señoras de organizaciones civiles en las sillas y aún así están sin ocupar como la mitad. Algunas de las que se ve que dirigen, empiezan a decir: “que suba sutana”, “ya le dije a fulana que suba para que no se vea vacío aquí”, etc. Don Pedro vuelve a llegar y pregunta en qué lugar le toca ahora. Hacia las 17 hrs. Se ve nuevamente el movimiento afuera del salón. “Ya llegó”, dicen algunas de mis vecinas. La nube de reporteros cubre al grupo que viene como comitiva de la candidata del PAN. Ella ingresa al salón acompañada de Santiago Creel, la Sra. Isabel Miranda de Wallace, Miguel Székely –su exsubsecretario de educación media superior-, Rogelio Gómez Hermosillo –excolaborador en SEDESOL, en el programa oportunidades- y otras personas, además del comité de bienvenida del encuentro. Ella tarda mucho más en llegar al escenario. Conoce a mucha gente de la que está en el público y se detiene a saludar sonriente, relajada. Alcanzas a escuchar que dice: “Qué bueno es estar entre amigos”.

VIII

En efecto, la “vibra” que se siente es totalmente distinta a la de la mañana. Todo es más relajado, hay sonrisas, calma, acogida. Ella se adueña del espacio con facilidad. Llega a ocupar su lugar en el sillón. Se dirige a los que estamos en las sillas transparentes para saludarnos de lejos: Buenas tardes a todos. Se sienta y empieza el ejercicio de nuevo.
Es notable el cambio no sólo en el ambiente sino en el ritmo de la conversación. Vázquez Mota fue secretaria de Educación Pública y lo demuestra –sería el colmo que no- en sus respuestas detalladas, apuntaladas por datos duros o por anécdotas de su gestión como secretaria y otras más bien personales que en varias ocasiones estorban para seguir sus propuestas, como estorba el tono de declamación o de charla se superación personal que adopta en algunos momentos en que quiere además de responder a las preguntas, dejar alguna moraleja edificante en el auditorio. Es notorio además su conflicto interno entre la visión de género que ha construido para su discurso político y la visión tradicional sobre el rol de la mujer en el hogar que trae impresa en la conciencia. Después de una afirmación sobre la equidad entre hombre y mujer se asoma siempre una anécdota o ejemplo que plantea a la mujer como ama de casa tradicional y contradice el discurso previo.
Se le escucha con atención. Está entre amigos. Eso de no aplaudir parece que era en la mañana porque ahora es interrumpida por aplausos después de varias de sus respuestas, aplausos entusiastas incluso de algunas de mis vecinas de silla que al verme a mí y a algunos otros impávidos tomando nota, se preguntan entre ellas: “¿Qué, los que estamos arriba no podemos aplaudir o cómo era el protocolo?”. No se responden, sonríen y dialogan entre ellas incuso a media respuesta de la candidata.
En algún momento del desarrollo del diálogo una expresa: “Ya me aburrí. Está demasiado largo esto”. En otro momento empiezan a inquietarse porque la moderadora olvidó hacerle una pregunta a la candidata. “No se la preguntó”, se corre la voz. Piden una hoja, escriben en ella, hacen que uno de los pocos hombres que estamos en las sillas le entregue la hoja a la Dra. Heredia.
Josefina se explaya. En materia educativa responde muy claramente y con fuerza a las preguntas clave: Derogar el decreto del 46, cambiar la carrera magisterial, revisar el federalismo para que haya más transparencia, “decirle adiós a Elba Esther”, convertir la alianza por la calidad de la educación en ley, no ceder a chantajes en lo referente a la evaluación, transparentar toda la información (dice que ese sería el punto que realizaría si solamente pudiera hacer una cosa por la educación porque así cambiarían muchas cosas), dar más autonomía a las escuelas, etc.
Se atora solamente cuando le preguntan por qué no logró hacer esto que dice cuando fue secretaria, habla del poco tiempo que estuvo y de que se fue porque no se doblegó frente a la maestra Gordillo pero evade hacer crítica a la falta de apoyo del presidente para haber logrado consolidar estas propuestas. El atorón más fuerte es precisamente cuando le preguntan si no tuvo suficiente apoyo de Calderón o si el gobierno federal está hoy cediendo a los chantajes que ella cuestiona.
Termina su participación. Un gran éxito. En vez de venir a las sillas a despedirse, la mayoría de los de las sillas van a ella y la acompañan. Bajas discretamente los escalones y vas hacia el público. Hay fila para tomarse foto con Creel, sobre todo de mujeres, jóvenes y adultas. El mismo Székely toma un par de ellas por petición de las interesadas –gajes de no ser popular-, en el sonido se anuncia que agradecen la asistencia al evento y que no olviden entregar su hoja de evaluación a la salida. Te alegras. Ya nos ahorramos el video de Quadri y podemos regresar a Puebla menos tarde. Emprendes el regreso.

IX

En el camino sientes y piensas. Sientes que estuviste en un ejercicio democrático imperfecto pero muy interesante y por desgracia poco habitual en el México cupular. La ciudadanía organizada planteando una plataforma, una agenda de reformas estructurales que implican todo un cambio en nuestra cultura educativa y en la cultura política nacional corporativa. La sociedad civil llamando a los candidatos a la presidencia a comparecer ante ella y a decir lo que piensan de esta agenda, a establecer compromisos que serán seguidos y evaluados. Algo inédito y muy necesario. Estás totalmente de acuerdo además con los elementos de esta plataforma de “Por la educación”. Fue un privilegio estar hoy aquí, piensas y sientes, pero hay un hueco, algo faltó. En el entramado que se construye entre la acción social representada por las doscientas organizaciones convocantes y la política, representada aquí por los candidatos presidenciales, hizo falta, hace falta un tercer elemento: el conocimiento sobre la educación, que tendría que estar representado con mucho más fuerza y dinamismo por los académicos del campo que hoy, salvo contadísimas excepciones, estuvieron ausentes. Tal vez por eso tuviste todo el tiempo la sensación de que esa grada con sillas no era tu lugar. 

México, D.F. 4 de junio de 2012

Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...