martes, 22 de febrero de 2011

Ciudadanía para el siglo XXI

“…es necesario ser conservadores de todo lo que haya que conservar y revolucionantes de todo lo que haya que revolucionar…”
Edgar Morin


A propósito de un hecho que despertó polémica en las últimas semanas, mi hija de veintiún años puso algún comentario crítico en su facebook que se alejaba de lo “políticamente correcto”. De inmediato una amiga respondió con un comentario: “solamente una pregunta: ¿Eres de derecha?”
Esta anécdota me hizo pensar en el estado que guarda la formación ciudadana en nuestro sistema educativo y lo mucho que todavía hay que trabajar para lograr una educación cívica pertinente para los desafíos del mundo contemporáneo.
Porque la pregunta venía de una joven educada en un colegio e inscrita en una universidad que se preocupan por formar la dimensión humana y social de sus estudiantes y enfatizan en sus planes y programas la formación de una conciencia crítica.
Sin embargo, parece ser que en los casos –todavía minoritarios- de escuelas y universidades que se ocupan explícitamente de atender la formación de ciudadanía, se sigue pensando que formar ciudadanos críticos tiene que ver con lo que Zaid llama: “los criterios de verdad por afiliación”.
Seguimos viviendo con la idea de que los términos izquierda y derecha son aún suficientes para explicar la complejidad del espectro socio-político y que en este marco explicativo dualista, izquierda quiere decir “lo bueno” o “lo decente” –como afirma el mismo Zaid- y derecha significa “lo malo” o lo “indecente”.
Pero si hacemos un análisis un poco más profundo de la realidad, caemos en la cuenta de que estas categorías tradicionales simplificadoras no alcanzan ya para definir lo que conviene a una sociedad compleja como la actual, puesto que “…Ni la izquierda ni la derecha son el valor absoluto que se enfrenta al antivalor absoluto. Hay valores que defiende la izquierda, valores que defiende la derecha y valores que pasan de unas banderías a otras…”
De manera que si queremos construir una verdadera formación ciudadana en nuestro sistema educativo –ya sea a través de asignaturas específicas como “Formación cívica y ética”, ética profesional y / o a través de otro tipo de actividades cocurriculares y extracurriculares- lo primero que tenemos que cambiar es la visión de simplificación por la visión de complejidad.
Una perspectiva compleja del fenómeno social y de la participación ciudadana tiene que trascender el análisis dualista y maniqueo de valor-antivalor, bien-mal, izquierda-derecha, revolucionario-conservador para promover procesos de aprendizaje dialógico en los que a través del desarrollo del pensamiento crítico auténticamente complejo en los educandos, se deje atrás la idea de “verdad por afiliación” (posees la verdad si estás del lado de tal o cual partido, de tal o cual líder político o social, de tal o cual periodista o analista) y se llegue a la verdad por reflexión personal y grupal.
Como afirma Morin en su obra, es necesario formar ciudadanos para la democracia y esta formación conlleva un trabajo por “pensar bien” para poder asumir posturas éticas y políticas sustentadas y para comprometerse en la construcción de una sociedad más humana y más justa a partir de la necesidad de “ser conservadores de todo lo que haya que conservar y revolucionantes de todo lo que haya que revolucionar”.
Esta capacidad para pensar bien inicia con el trabajo de superación de las visiones dualistas e implica el desarrollo de un verdadero pensamiento crítico que no puede prescindir de la autocrítica a las propias posturas y a esas ideas que poseemos y que muy a menudo “nos poseen” y nos quitan libertad para el análisis crítico objetivo y la acción libre y responsable.
Solamente a partir de la promoción de este “pensar bien” se puede aspirar a construir ciudadanos auténticamente tolerantes, convencidos de que el que piensa distinto puede también tener razón.
Este es el desafío crucial para la formación ciudadana hoy: el cambio de estrategia didáctica a partir del cambio de sustento filosófico y metodológico para analizar la realidad a partir de juicios y no de prejuicios, tarea especialmente complicada en un medio escolar y universitario que sigue demandando más “banderas, distintivos y frases hechas” que “lecturas, análisis y discusiones”.

**Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

Publicado en LAS PLUMAS( Periódico Puebla on Line / 22 de febrero de 2011):

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Tres imágenes para el día del maestro.

*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...