*Fragmento de las memorias de mi vida en Boston en 2007-2008.
Lo encontré en el manual de
bienvenida para estudiantes extranjeros. Como aquí hay recetas y estudios
estadísticos para todo tipo de casos, el ya citado manual traía una sección
dedicada al shock cultural. Allí entre otras cosas -como las estadísticas y
estudios de cuáles son los síntomas del shock cultural y qué hacer en caso de
que lo esté uno empezando a padecer-, traía un listado de los VALORES de la
sociedad norteamericana. Muchos valores reales como la tolerancia, el respeto,
otros no tan valores sino más bien manifestaciones de estos valores como el
vestir informalmente, el trato no protocolario entre profesores y alumnos, etc.
y entre los valores mencionados me sorprendió-quizá es parte del shock
cultural- encontrar el del INDIVIDUALISMO. En este rubro, se menciona que así
como otras sociedades tienen como valores fundamentales la dimensión
comunitaria y la cooperación, esta sociedad tiene como uno de sus pilares el
individualismo y que como extranjeros habría que respetar y asumir este
“valor”.
Del individualismo a la competencia
sólo hay un paso y esta dimensión se percibe en todos los niveles y en todas
las áreas de la vida social. Algunos estudiantes mexicanos que llevan acá
algunos años ven con naturalidad esta dimensión y otros incluso la alaban : “En
México alguien que no trabaja tiene su lugar en la sociedad y es tolerado, aquí
acaba de homeless o se da un tiro...” me dijo una estudiante mexicana de
posgrado como alabando este supremo valor. Una pareja de salvadoreños nos
contaba en el parque esta necesidad de tener dos trabajos cada uno y matarse
todos los días para poder sobrevivir y mandar algo de dinero a la familia, una
guatemalteca que atiende la cafetería de Boston College nos decía de la
importancia de mantener ese trabajo para poder tener acceso a la beca de su
hija que ya va a entrar a la universidad. En este sentido el valor, ese sí, de
la democracia que tanto pregonan los norteamericanos realmente se empieza a
sentir y a vivir en la sociedad, al menos entre los jóvenes y en los ámbitos
universitarios y escolares de esta ciudad. El profundo respeto por los
diferentes en raza, sexo, condición socioeconómica o capacidades y salud mental
y física es evidente, y la convivencia natural entre alumnos muy ricos con
alumnos que trabajan en BC como empleados de servicio o choferes del Shuttle es
muy notable.
Pero volviendo a la
competencia...Es muy impresionante percibir desde dentro esta cultura del “cada
quien su vida...” o “ráscate con tus propias uñas...” que se nota a simple
vista como un positivo respeto y libertad de vestir, calzar, usar o no arete
donde sea, etc. sin que nadie te vea mal o te diga nada. Sin embargo este
desinterés individualista y este nivel de competencia por acceder a una
profesión, a un grado, a un empleo semeja realmente una carrera sin límites y ,
lo peor de todo, sin un sentido definido más allá del fantasma o el espejismo
del EXITO INDIVIDUAL.
No hay comentarios:
Publicar un comentario