*Tomado de un trabajo realizado para aportar elementos de fundamentación del Área de Reflexión Universitaria en el currículo de la Nueva Estructura Curricular de la Universidad Iberoamericana.
“Una
primera función de la significación es de orden cognoscitivo. Ella nos saca del
mundo de la inmediatez , que es propio del niño, y nos coloca en el mundo del
adulto, que es un mundo mediado por el significado.”
B.
Lonergan. Método en Teología. P. 79
A.-El mundo humano como mundo
mediado por la significación.
Vivimos en efecto en un mundo
mediado por la significación. La significación nos saca del mundo inmediato del
bebé, que consiste en lo experimentado mediante la vista, el oído, el tacto, el
olfato y el gusto y hace que entremos al mundo del adulto en el que aún esas
experiencias casi inmediatas, tienen una mediación por los significados.
Este proceso es gradual y
progresivo, acumulativo y permanente en todos los humanos y empieza desde muy
temprana edad, prácticamente desde que se empieza a tener contacto con otros
seres humanos y muy claramente cuando se accede al luneguaje como un vehículo
privilegiado de la significación humana.
No hay experiencia que sea
totalmente inmediata. El mundo real al que nos referimos es siempre un mundo
mediado por la significación y como dice Lonergan, un mundo inseguro porque la
significación tiende fácilmente a desviarse y por ello existe el mito tanto
como la ciencia, la verdad tanto como el error, el fraude tanto como la
honestidad. (Lonergan, 1988, p. 80).
Es por esto que si pretendemos
educar, tenemos que tener en cuenta esta significación que se encarna en los
horizontes concretos de significados de los estudiantes que llegan a nuestras
aulas. Esta necesidad se hace mayor si pensamos en una educación humanista
integral y si tratamos de pensar en algunas estrategias para lograrla.
Las siguientes líneas persiguen
abordar algunos elementos de la significación humana, principalmente los campos
en que ella se desarrolla, como claves metodológicas para el diseño, operación
y evaluación del Area de Reflexión Universitaria que se propone en la nueva
estructura curricular del SEUIA como parte de la Dimensión de Formación
Integral Universitaria.
B.-Campos de la significación.
Lonergan menciona tres campos
fundamentales de la significación: El campo del sentido común, el de la teoría
y el de la interioridad.
El campo del sentido común es el
campo de la significación que se desarrolla en la vida cotidiana, a través de
la acumulación de intelecciones que van capacitando al sujeto humano para vivir
en un contexto concreto y con otras
personas concretas.
Este campo se caracteriza por
describir los objetos o eventos de la realidad desde la perspectiva de la
experiencia subjetiva del sujeto que se enfrenta a ellos o los vive. Es un
campo que busca lo particular concreto, un campo profundamente práctico y con
visión inmediata. En el sentido común por tanto pueden caber muchas
interpretaciones incluso contradictorias entre sí que pueden ser verdaderas
aplicadas a un caso particular y concreto que se viva. Es un campo especializado
en el saber vivir en el sentido de resolver la vida concreta con lo que se
tiene a la mano sin importar una visión global o explicativa.
El campo de la teoría en cambio, es
un campo en el que se busca lo universal concreto, el saber de la realidad en
todos sus aspectos o bajo todas sus formas. Es explicativo, es decir, relaciona
los objetos o elementos o eventos de la realidad entre sí, más allá de la
percepción o la experiencia particular de un espectador. No es práctico ni se
interesa en la aplicación inmediata de lo que va descubriendo o explorando y
por lo tanto no es inmediatista ni tiene un interés de resolver situaciones en
el corto plazo.
Además de estos dos campos, existe
el campo de la interioridad. Este campo surge de la mediación de la inmediatez,
como afirma Lonergan, surge de la explicitación y análisis de las operaciones y
estructura normativa de la propia actividad consciente intencional del sujeto
para descubrir el método intrínseco en ella y apropiarlo, es decir, busca la
autoapropiación. Por esto mismo, este campo relaciona al sujeto consigo mismo,
con su propia estructura dinámica de operaciones, busca lo invariante de los
seres humanos dentro de sus expresiones variables, lo transcultural dentro de
sus expresiones culturales, lo transhistórico dentro de sus productos
históricos.
El mundo del sentido común nos
permite sobrevivir e ir construyendo comunidad a partir de la experiencia
cotidiana. El mundo de la teoría nos permite ir llegando a un conocimiento
objetivo de la realidad más allá de las experiencias particulares o de las
aplicaciones prácticas concretas. El mundo de la interioridad nos ayuda a
autoconocernos, a autoapropiarnos progresiva y limitadamente para ir
encontrando las claves de nuestro propio desarrollo y del desarrollo del
sentido común y de la teoría.
Porque el introducirse en el campo
de la interioridad no es un fin en sí mismo, sino un medio, el medio
privilegiado para regresar al campo del sentido común y al de la teoría pero
con la habilidad para encontrar las exigencias metódicas que ayuden a
comprender y criticar el sentido común y a entender e integrar los conocimientos y procedimientos
científicos.
Estos tres campos de la
significación humana están pues, íntimamente relacionados entre sí, son campos
que nos permiten una emergencia de probabilidades de desarrollo pero también ,
por la tendencia a la desviación de la significación, las probabilidades de
declinación o involución de las personas o las sociedades humanas.
C.-Vehículos de la significación.
Lonergan habla en el capítulo de la
significación de Método en Teología, de algunos vehículos o soportes de la
significación: la intersubjetividad humana, el arte, los símbolos, el lenguaje
y las vidas y hechos de las personas.
La significación se hace presente en
la vida humana a través de estos vehículos y la comunicación que es el proceso
por el cual un significado se vuelve común, se hace posible a través de estos
elementos.
En efecto, los significados son
comunicados y asimilados a través de la intersubjetividad, de la interacción
espontánea, de la comunicación no verbal: de los gestos, las señas, los
cuerpos, los climas humanos concretos. Los significados también se viven o
comunican por medio del arte que es “la objetivación de un patrón puramente experiencial”
y que en su riqueza de connotaciones y denotaciones nos pone plenamente en el
mundo de la significación en una apertura a la interpretación personal o grupal
de los espectadores.
La significación también se expresa
a través de símbolos que son “imágenes de objetos reales o imaginarios que
evocan un sentimiento o son evocados por un sentimiento”. La educación es rica
en símbolos y rituales que comunican significados más allá de lo que muchas
veces se percibe. La significación se expresa también a través del lenguaje que
es el medio privilegiado para esta comunicación. Mediante el lenguaje los
humanos tratamos de construir significados en común.
Finalmente, la significación se
expresa a través de la vida y los hechos de personas concretas que se
convierten en significado personificado para quienes interactúan con ellas.
D.-El mundo del estudiante.
El mundo del estudiante
universitario es un mundo rico en acumulación de intelecciones del sentido
común. La vivencia de experiencias durante muchos años escolares y la
acumulación de conceptos, de juicios, de valoraciones que ha aprendido de
manera directa y vivencial en su convivir con los otros que le rodean tanto
dentro como fuera de la escuela, hacen que su sentido común sea muy rico en
expresiones y contenidos.
El interés del estudiante es además
el del sentido común en tanto que mayoritariamente llega a la universidad en
busca de un título que le permita ejercer una profesión para ganarse la vida,
para tener ingresos, para insertarse en la sociedad en mejores condiciones y
“habérselas con situaciones nuevas” con más herramientas. Este interés lo hace
tener una visión práctica e inmediatista
(“viene o no en el examen”, “me sirve o no para adelantar en mi carrera”, “es o
no de mi carrera este contenido”, etc.)
La mayoría de sus conocimientos son
más descriptivos que explicativos y cuando expresa sus puntos de vista lo hace
desde esta perspectiva e interpretando
hechos y situaciones desde su propia vivencia o desde ejemplos de casos
particulares. Su contacto con el mundo de la teoría en general ha sido muy
pobre, a menos que llamemos teoría a aprender casi de memoria o de memoria
conceptos y contenidos a los que no les encuentra relación ni sentido.
E.-El mundo de la universidad.
Muy a menudo el mundo de la
universidad es un mundo de teorías o discursos teóricos o científicos
desconectados de la vida práctica. La manera en que desde esta lógica se
persigue “educar” al alumno es precisamente desconectándolo de su propio mundo
o despojándolo de su propio sentido común para “insertarlo” o “llenarlo” de
teorías para que las aprenda (memorice, mecanice, aplique, rara vez comprenda o
juzgue).
F.-La interioridad en estos mundos.
La interioridad del estudiante está
a menudo olvidada o silenciada por falta de un hábito y un método
introspectivo, por demasiado ruido exteriori, por miedo a enfrentarse consigo
mismo, por falta de sentido y en nuestra época, por esta especie de
“aplanamiento vital” propio de la globalización y la posmodernidad.
La interioridad de los
universitarios o de la universidad está a menudo olvidada o reprimida o
sepultada para siempre en medio del conceptualismo que enfrenta en arenas
diversas a teorías contra teorías, autores contra autores, gurus contra gurus,
paradigmas contra paradigmas, excluyendo de tajo el deseo genuino de comprender
la realidad.
La interioridad en la universidad es
también menospreciada como poco científica o propia de lo mítico o de lo
religioso.
G.-Formación integral y campos de la
significación humana.
Si analizamos los tres campos de la
significación humana y su interrelación, veremos que una educación integral no
puede olvidar a ninguno de ellos , ni encerrarse en uno solo porque quedaría
truncada.
El campo del sentido común es o
debería ser el punto de partida para hacer significativo el aprendizaje. Como
sostienen los enfoques constructivistas, los conocimientos y experiencias
previas deben ser la base de los nuevos aprendizajes a cualquier nivel. Este
campos aporta un elemento importante en cuanto permite conocer para enriquecer
la percepción del sujeto sobre su mundo. El sentido común aporta datos,
información congnoscitiva y afectiva para ir construyendo aprendizaje y debe
ser además también, un campo de llegada de este aprendizaje que pasando por la
teoría y la interioridad, enriquecerá la vida cotidiana de los estudiantes,
capacitándolos para afrontar mejor el mundo en el que viven.
El campo de la teoría aporta los
marcos que pueden ayudar a entender la realidad más allá de las percepciones
subjetivas particulares y de los intereses prácticos inmediatos de los
estudiantes. Este es un campo vital o el campo propio de lo universitario en su
dimensión disciplinar y profesional.
El campo de la interioridad aporta
el SENTIDO que esto que se comprende puede tener hacia la humanización del que
aprende y del mundo en el que aprende o para el que aprende. Este mundo es
clave para trascender el pragmatismo del sentido común y el conceptualismo que
puede encerrar la teoría para encontrar las normas y exigencias que permitan
comprender, criticar, distinguir e
integrar lo que se encuentra en el sentido común y en la teoría.
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