lunes, 22 de septiembre de 2014

Campos de significación y formación integral universitaria





*Tomado de un trabajo realizado para aportar elementos de fundamentación del Área de Reflexión Universitaria en el currículo de la Nueva Estructura Curricular de la Universidad Iberoamericana.


“Una primera función de la significación es de orden cognoscitivo. Ella nos saca del mundo de la inmediatez , que es propio del niño, y nos coloca en el mundo del adulto, que es un mundo mediado por el significado.”
B. Lonergan. Método en Teología. P. 79

            A.-El mundo humano como mundo mediado por la significación.

            Vivimos en efecto en un mundo mediado por la significación. La significación nos saca del mundo inmediato del bebé, que consiste en lo experimentado mediante la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto y hace que entremos al mundo del adulto en el que aún esas experiencias casi inmediatas, tienen una mediación por los significados.
            Este proceso es gradual y progresivo, acumulativo y permanente en todos los humanos y empieza desde muy temprana edad, prácticamente desde que se empieza a tener contacto con otros seres humanos y muy claramente cuando se accede al luneguaje como un vehículo privilegiado de la significación humana.
            No hay experiencia que sea totalmente inmediata. El mundo real al que nos referimos es siempre un mundo mediado por la significación y como dice Lonergan, un mundo inseguro porque la significación tiende fácilmente a desviarse y por ello existe el mito tanto como la ciencia, la verdad tanto como el error, el fraude tanto como la honestidad. (Lonergan, 1988, p. 80).
            Es por esto que si pretendemos educar, tenemos que tener en cuenta esta significación que se encarna en los horizontes concretos de significados de los estudiantes que llegan a nuestras aulas. Esta necesidad se hace mayor si pensamos en una educación humanista integral y si tratamos de pensar en algunas estrategias para lograrla.
            Las siguientes líneas persiguen abordar algunos elementos de la significación humana, principalmente los campos en que ella se desarrolla, como claves metodológicas para el diseño, operación y evaluación del Area de Reflexión Universitaria que se propone en la nueva estructura curricular del SEUIA como parte de la Dimensión de Formación Integral Universitaria.
           
            B.-Campos de la significación.

            Lonergan menciona tres campos fundamentales de la significación: El campo del sentido común, el de la teoría y el de la interioridad.
            El campo del sentido común es el campo de la significación que se desarrolla en la vida cotidiana, a través de la acumulación de intelecciones que van capacitando al sujeto humano para vivir en un contexto concreto y  con otras personas concretas.
            Este campo se caracteriza por describir los objetos o eventos de la realidad desde la perspectiva de la experiencia subjetiva del sujeto que se enfrenta a ellos o los vive. Es un campo que busca lo particular concreto, un campo profundamente práctico y con visión inmediata. En el sentido común por tanto pueden caber muchas interpretaciones incluso contradictorias entre sí que pueden ser verdaderas aplicadas a un caso particular y concreto que se viva. Es un campo especializado en el saber vivir en el sentido de resolver la vida concreta con lo que se tiene a la mano sin importar una visión global o explicativa.
            El campo de la teoría en cambio, es un campo en el que se busca lo universal concreto, el saber de la realidad en todos sus aspectos o bajo todas sus formas. Es explicativo, es decir, relaciona los objetos o elementos o eventos de la realidad entre sí, más allá de la percepción o la experiencia particular de un espectador. No es práctico ni se interesa en la aplicación inmediata de lo que va descubriendo o explorando y por lo tanto no es inmediatista ni tiene un interés de resolver situaciones en el corto plazo.
            Además de estos dos campos, existe el campo de la interioridad. Este campo surge de la mediación de la inmediatez, como afirma Lonergan, surge de la explicitación y análisis de las operaciones y estructura normativa de la propia actividad consciente intencional del sujeto para descubrir el método intrínseco en ella y apropiarlo, es decir, busca la autoapropiación. Por esto mismo, este campo relaciona al sujeto consigo mismo, con su propia estructura dinámica de operaciones, busca lo invariante de los seres humanos dentro de sus expresiones variables, lo transcultural dentro de sus expresiones culturales, lo transhistórico dentro de sus productos históricos.
            El mundo del sentido común nos permite sobrevivir e ir construyendo comunidad a partir de la experiencia cotidiana. El mundo de la teoría nos permite ir llegando a un conocimiento objetivo de la realidad más allá de las experiencias particulares o de las aplicaciones prácticas concretas. El mundo de la interioridad nos ayuda a autoconocernos, a autoapropiarnos progresiva y limitadamente para ir encontrando las claves de nuestro propio desarrollo y del desarrollo del sentido común y de la teoría.
            Porque el introducirse en el campo de la interioridad no es un fin en sí mismo, sino un medio, el medio privilegiado para regresar al campo del sentido común y al de la teoría pero con la habilidad para encontrar las exigencias metódicas que ayuden a comprender y criticar el sentido común y a entender  e integrar los conocimientos y procedimientos científicos.
            Estos tres campos de la significación humana están pues, íntimamente relacionados entre sí, son campos que nos permiten una emergencia de probabilidades de desarrollo pero también , por la tendencia a la desviación de la significación, las probabilidades de declinación o involución de las personas o las sociedades humanas.

            C.-Vehículos de la significación.

            Lonergan habla en el capítulo de la significación de Método en Teología, de algunos vehículos o soportes de la significación: la intersubjetividad humana, el arte, los símbolos, el lenguaje y las vidas y hechos de las personas.
            La significación se hace presente en la vida humana a través de estos vehículos y la comunicación que es el proceso por el cual un significado se vuelve común, se hace posible a través de estos elementos.
            En efecto, los significados son comunicados y asimilados a través de la intersubjetividad, de la interacción espontánea, de la comunicación no verbal: de los gestos, las señas, los cuerpos, los climas humanos concretos. Los significados también se viven o comunican por medio del arte que es “la objetivación de un patrón puramente experiencial” y que en su riqueza de connotaciones y denotaciones nos pone plenamente en el mundo de la significación en una apertura a la interpretación personal o grupal de los espectadores.
            La significación también se expresa a través de símbolos que son “imágenes de objetos reales o imaginarios que evocan un sentimiento o son evocados por un sentimiento”. La educación es rica en símbolos y rituales que comunican significados más allá de lo que muchas veces se percibe. La significación se expresa también a través del lenguaje que es el medio privilegiado para esta comunicación. Mediante el lenguaje los humanos tratamos de construir significados en común.
            Finalmente, la significación se expresa a través de la vida y los hechos de personas concretas que se convierten en significado personificado para quienes interactúan con ellas.

            D.-El mundo del estudiante.

            El mundo del estudiante universitario es un mundo rico en acumulación de intelecciones del sentido común. La vivencia de experiencias durante muchos años escolares y la acumulación de conceptos, de juicios, de valoraciones que ha aprendido de manera directa y vivencial en su convivir con los otros que le rodean tanto dentro como fuera de la escuela, hacen que su sentido común sea muy rico en expresiones y contenidos.
            El interés del estudiante es además el del sentido común en tanto que mayoritariamente llega a la universidad en busca de un título que le permita ejercer una profesión para ganarse la vida, para tener ingresos, para insertarse en la sociedad en mejores condiciones y “habérselas con situaciones nuevas” con más herramientas. Este interés lo hace tener una visión práctica  e inmediatista (“viene o no en el examen”, “me sirve o no para adelantar en mi carrera”, “es o no de mi carrera este contenido”, etc.)
            La mayoría de sus conocimientos son más descriptivos que explicativos y cuando expresa sus puntos de vista lo hace desde esta perspectiva  e interpretando hechos y situaciones desde su propia vivencia o desde ejemplos de casos particulares. Su contacto con el mundo de la teoría en general ha sido muy pobre, a menos que llamemos teoría a aprender casi de memoria o de memoria conceptos y contenidos a los que no les encuentra relación ni sentido.

            E.-El mundo de la universidad.

            Muy a menudo el mundo de la universidad es un mundo de teorías o discursos teóricos o científicos desconectados de la vida práctica. La manera en que desde esta lógica se persigue “educar” al alumno es precisamente desconectándolo de su propio mundo o despojándolo de su propio sentido común para “insertarlo” o “llenarlo” de teorías para que las aprenda (memorice, mecanice, aplique, rara vez comprenda o juzgue).

            F.-La interioridad en estos mundos.

            La interioridad del estudiante está a menudo olvidada o silenciada por falta de un hábito y un método introspectivo, por demasiado ruido exteriori, por miedo a enfrentarse consigo mismo, por falta de sentido y en nuestra época, por esta especie de “aplanamiento vital” propio de la globalización y la posmodernidad.
            La interioridad de los universitarios o de la universidad está a menudo olvidada o reprimida o sepultada para siempre en medio del conceptualismo que enfrenta en arenas diversas a teorías contra teorías, autores contra autores, gurus contra gurus, paradigmas contra paradigmas, excluyendo de tajo el deseo genuino de comprender la realidad.
            La interioridad en la universidad es también menospreciada como poco científica o propia de lo mítico o de lo religioso.

            G.-Formación integral y campos de la significación humana.

            Si analizamos los tres campos de la significación humana y su interrelación, veremos que una educación integral no puede olvidar a ninguno de ellos , ni encerrarse en uno solo porque quedaría truncada.
            El campo del sentido común es o debería ser el punto de partida para hacer significativo el aprendizaje. Como sostienen los enfoques constructivistas, los conocimientos y experiencias previas deben ser la base de los nuevos aprendizajes a cualquier nivel. Este campos aporta un elemento importante en cuanto permite conocer para enriquecer la percepción del sujeto sobre su mundo. El sentido común aporta datos, información congnoscitiva y afectiva para ir construyendo aprendizaje y debe ser además también, un campo de llegada de este aprendizaje que pasando por la teoría y la interioridad, enriquecerá la vida cotidiana de los estudiantes, capacitándolos para afrontar mejor el mundo en el que viven.
            El campo de la teoría aporta los marcos que pueden ayudar a entender la realidad más allá de las percepciones subjetivas particulares y de los intereses prácticos inmediatos de los estudiantes. Este es un campo vital o el campo propio de lo universitario en su dimensión disciplinar y profesional.
            El campo de la interioridad aporta el SENTIDO que esto que se comprende puede tener hacia la humanización del que aprende y del mundo en el que aprende o para el que aprende. Este mundo es clave para trascender el pragmatismo del sentido común y el conceptualismo que puede encerrar la teoría para encontrar las normas y exigencias que permitan comprender, criticar, distinguir  e integrar lo que se encuentra en el sentido común y en la teoría.
           


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