*Publicado en La Jornada de Oriente, 28/04/2008.
“Evaluar
es hacer a otros lo que no quieres que te hagan a ti” decía irónicamente un
profesor. Tenía razón, porque los procesos de evaluación en nuestro sistema
educativo han sido siempre vistos como mecanismos de castigo o
“ajusticiamiento” por parte de quien ejerce el poder dentro del aula, la
escuela o el gobierno.
Conviene
reflexionar sobre esta cultura distorsionada de la evaluación a propósito de la
reciente aplicación de la prueba ENLACE.
Si
bien es cierto que todo instrumento de evaluación es mejorable y que los
procesos de aplicación de esta prueba necesitan irse afinando, también es
verdad que la existencia de una evaluación nacional estandarizada cuyos resultados
se dan a conocer públicamente es un gran avance para nuestra educación.
Porque
los resultados anuales de ENLACE, revisados desde una visión positiva de la
evaluación educativa, es decir, desde la concepción de la evaluación como un
proceso necesario y permanente de retroalimentación para la mejora de la
calidad, pueden ser de gran utilidad para que cada escuela trabaje de manera
colegiada y colaborativa con sus docentes los aspectos en que sus estudiantes
muestren deficiencias concretas.
Lo
anterior redundaría en una cultura de mejora continua que resulta muy necesaria
en nuestras escuelas.
Para
lograr este objetivo, tendrían que cumplirse dos condiciones mínimas: 1.-Que
los directivos, profesores y padres de familia sepan exactamente qué es lo que
ENLACE evalúa y no pretendan sacar conclusiones o tomar decisiones pedagógicas
más allá de lo que la prueba mide y 2.-Que cada escuela revise los resultados
comparando con otras instituciones similares pero sobre todo, analizando los
aspectos en los que la misma institución avanza o retrocede
año con año en cada nivel (la competencia fundamental es respecto de sí
mismos).
Por
otra parte, una sociedad como la mexicana, que está luchando -con muchos
problemas y contradicciones- por llegar a ser verdaderamente democrática y
equitativa, tiene que construir un sistema educativo que se sustente en una
cultura de la transparencia y la rendición de cuentas.
La
construcción de una auténtica cultura de la evaluación a través de elementos
como ENLACE, puede ser un factor que contribuya de manera gradual a una reforma educativa en nuestro país puesto
que proporcionará información para una participación social más efectiva y
corresponsable en la gestión escolar.
Los
resultados de México en este tipo de pruebas a nivel internacional son
preocupantes y el desempeño de Puebla en ENLACE no es tampoco satisfactorio.
Pero
“la mala educación” no es resultado de las deficiencias de los instrumentos o de
la aplicación de las pruebas. “La mala educación” es resultado de procesos de enseñanza-aprendizaje
marcados por la rutina, la falta de reflexión y retroalimentación, así como de la opacidad y
la falta de rendición de cuentas de nuestro sistema educativo.
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