martes, 13 de diciembre de 2011

La urgente necesidad de profesionalizar a los docentes.

“Sarason alerta acerca de que entre más cambian las cosas, más permanecen igual. Este axioma es especialmente cierto en la docencia.” *

La semana anterior viví dos episodios contrastantes que tienen que ver con la formación de los docentes en nuestro sistema educativo. Ambas situaciones me hicieron ver la pertinencia de volver a reflexionar sobre este tema que sigue siendo crucial para la mejora de la calidad de la educación en México.

Por una parte, una compañera de la Ibero Puebla envió a un grupo de académicos el artículo: “Campaña contra los maestros de educación pública” de Manuel Pérez Rocha con el fin de que reflexionáramos juntos sobre su contenido. Por otro lado, me tocó participar en algunos eventos donde tuve contacto directo con profesores de escuelas públicas de zonas marginadas de nuestro estado y valorar algunos productos de su trabajo académico.

En su artículo, Pérez Rocha sostiene que se ha orquestado en Estados Unidos y en México una campaña contra los profesores de educación pública, contra la educación pública misma y contra los sindicatos que representan a estos maestros. Esta campaña se sustenta según el autor, en los resultados obtenidos por los estudiantes en las pruebas estandarizadas de rendimiento como ENLACE a nivel nacional y PISA en el ámbito internacional.

El artículo sostiene que existe una “falta de fundamento y mala fe” en estos juicios puesto que las pruebas estandarizadas han sido relativizadas por muchos analistas que afirman que deben tomarse con reservas pues si se absolutizan, pueden conducir a políticas equivocadas.

Las conclusiones del artículo van en la línea de que no puede soslayarse la complejidad del proceso educativo y que es simplista e injusto señalar como culpables de la mala calidad educativa exclusivamente a los docentes, señalando a la Secretaría de Educación Pública, “asesorada por la OCDE y organismos privados como Mexicanos primero” como culpable de poner “en el banquillo de los acusados” a los maestros usándolos como “chivos expiatorios” del desastre educativo nacional.

En contraste con lo afirmado por Pérez Rocha, mi experiencia como formador de docentes en los últimos dieciocho años me habla de una muy deficiente formación inicial de los profesores del país y de una necesidad urgente de que existan políticas y programas serios y sistemáticos orientados a su profesionalización.

Si bien existen ejemplos notables de calidad y pertinencia en muchos docentes que muestran un desempeño excelente como estudiantes de diplomados, maestrías, doctorados y cursos de formación continua en los que participo, mi conclusión a lo largo del tiempo es que el promedio está muy lejos de lo mínimamente necesario para pensar en que nuestros niños y jóvenes reciban una educación que los capacite para enfrentar los retos del mundo globalizado.

Además de esta deficiente calidad formativa que muestra un gran número de docentes con los que he tenido contacto, existe un buen número de docentes que acude a formarse únicamente por obtener un documento para mejorar sus ingresos vía carrera magisterial,

Personalmente coincido con el articulista en que la educación es un proceso muy complejo y que para cambiarla es necesario pensar en transformaciones sistémicas que abarquen todos los aspectos que están causando los malos resultados educativos, empezando por la confusión de roles entre el sindicato y la secretaría, el manejo político del sistema educativo y la burocracia y falta de rendición de cuentas imperante hoy.

Sin embargo creo en una campaña orquestada en contra de los docentes. Tampoco pienso -con todo y sus limitaciones evidentes- que las pruebas estandarizadas digan cosas que no correspondan con la deficiente calidad real de la educación -pública y privada- en nuestro país. Mi experiencia como formador de docentes y muchas investigaciones en el área de la formación de profesores y de las prácticas en el aula, hablan de la necesidad urgente de redoblar esfuerzos y revisar estrategias para lograr una auténtica profesionalización de los docentes.

La mejora de la educación nacional no se va a poder construir responsabilizando exclusivamente a los docentes de los malos resultados y evadiendo los cambios estructurales urgentes pero tampoco será posible sin lograr que la formación de los maestros esté a la altura de las exigencias de estos tiempos.

Sin profesionalización docente, las reformas educativas seguirán sucediendo de manera que entre más cambien las cosas, más permanezcan igual.


*Artículo pendiente de publicación en Puebla On Line.










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*De mi columna Educación personalizante. Lado B. Mayo de 2012. 1.-Preparar el futuro, “Qué lindo era el futuro...