1.-Pasado lejano:
María Eugenia Mena la
profesora de estadística a la que todos los alumnos temen. Maru Mena dando
clases como profesora de asignatura en la recién fundada Ibero Puebla –entonces
“golfo centro”-, en aquéllos ahora legendarios, entonces incómodos salones de lámina
llamados coloquialmente “los gallineros”. Maru la profesora rigurosa, que
domina su materia, que planea sus clases sistemáticamente, que exige y exige
fuerte, que califica de manera estricta, que evalúa hasta los pequeños detalles
como eso que aún recuerdan exalumnos de esa época como “exageraciones” llamadas
“reglas del lenguaje matemático” o “gramática de los números” (como poner la
“rayita” de las fracciones en medio del signo de igual y no arriba o abajo).
La vocación docente que
es algo que marcará toda su vida y que no dejará nunca, ni aún siendo directora
general académica y teniendo muchísimas ocupaciones y preocupaciones
institucionales que atender: Maru demostró que esta vocación es realizable en
cualquier condición laboral y que se puede atender todo sin dejar nunca de
atender al alumno y a su aprendizaje. Esta vocación y su deseo de construir
comunidad universitaria en esos tiempos ya “remotos” de la aún joven
Universidad Iberoamericana en Puebla la llevaron a encabezar los esfuerzos para
replicar la famosa API (Asociación de Profesores e Investigadores) de la Ibero
México y fundar aquí, “con todas las de la ley” como ella hacía siempre las
cosas, la Asociación de Docentes e Investigadores de la Ibero Puebla, de la que
fue primera presidenta y que aún persiste.
María Eugenia Mena la
nutrióloga enamorada de su profesión –egresada de a licenciatura en Nutrición y
de la maestría en Tecnología de alimentos de la Ibero México-, la coordinadora
fundadora de la carrera de Nutrición y ciencia de los alimentos en la Ibero
Puebla en 1992 –estará a cargo de este programa hasta el 2001-, la coordinadora
que sienta las bases de un programa de licenciatura serio, riguroso, exigente,
disciplinado, que construye con el esfuerzo diario un prestigio que se ha venido
manteniendo e incrementando con los años. Maru la que refleja esa disciplina
que la caracteriza y marca su personalidad y su quehacer docente en la creación
de un programa académico de alto nivel y en la participación gremial destacada
por la que fue Presidenta del Comité Ejecutivo de Asociación Mexicana de Miembros de Facultades y Escuelas de Nutrición, A.C.
(AMMFEN). Maru la que a pesar de y gracias a
ese rigor es recordada con cariño por sus alumnos y alumnas de estadística, por
sus estudiantes de Nutrición y por sus colegas de profesión.
2.-Pasado “reciente”:
María Eugenia Mena que
ha pasado varios años como coordinadora de Nutrición en la Ibero y luego como
profesora de tiempo completo, la que por su disciplina, exigencia e
incuestonable “amor a la camiseta” es
llamada por el rector Arq. Carlos Velasco Arzac S.J. (QEPD) a mediados de 2001,
para proponerle ocupar la Dirección General Académica. Maru Mena la mujer de fe
que por su disciplina diría que sí de inmediato –con absoluta seguridad no por
el nivel, el poder o el prestigio del cargo sino por la disposición genuina a
servir a la institución en la que creyó siempre- pero que solicita sin embargo,
tiempo para tomar la decisión y se retira a hacer “ejercicios espirituales”
para discernir lo que en lo profundo ese Dios en el que cree y en el que
sustenta su proyecto vital le pide en ese momento.
Maru acepta esta
responsabilidad y la ejerce entregadamente hasta 2007. Los que trabajamos con
ella la recordamos como una jefa exigente pero comprensiva, una autoridad que
escucha, se abre al diálogo, es capaz de autocorregir, de cambiar sus propias
visiones a partir de lo que los demás van aportando. Una directora general
altamente abierta al trabajo en equipo, que
no se aferra al poder ni quiere absolutizar su área sino que trabaja por un
proyecto común, un proyecto que no siempre parte del consenso o de la
homogeneidad de ideas pero que buscar llegar a acuerdos a partir del trabajo de
buena fe y de la confianza en lo que los demás aportan.
3.-Pasado aún presente:
Maru Mena la mujer con
vocación de servicio a la sociedad. La
profesional que trabajó en el DIF–donde fue Subdirectora de la Dirección de Desarrollo Comunitario y Jefe del
departamento de investigación nutriológica- y en el INEA, de manera comprometida y eficiente y que después de
muchos años en la vida universitaria fue llamada a ser regidora del H.
Ayuntamiento de Puebla, lo que seguramente aceptó después de otro proceso de
discernimiento profundo. Desde esa posición de servicio público fue capaz de
construir un proyecto de salud amplio, realista, ambicioso y pertinente para
nuestra ciudad, un proyecto que ojalá tenga continuidad porque naciendo de
ella, es seguramente un proyecto orientado auténticamente por el “deseo de
construir el bien humano” entre los poblanos, sobre todo entre los que más lo
necesitan y menos oportunidades tienen.
Maru la que es capaz de
combinar su trabajo eficiente como regidora con el trabajo académico que le
implicó cursar un doctorado y trabajar en las asignaturas y en el proyecto de
investigación que seguramente, de haber tenido tiempo, hubiera culminado con
mención honorífica.
Todo ello sin dejar de
lado la música, su otra gran vocación y profesión. La música estudiada en serio
e interpretada con todo el rigor y la seriedad que demanda (fue profesora de
música y cantante egresada del conservatorio de música del estado). La música
que exige trabajo además de sentimiento e inspiración, la música que es para
ella un medio de comunicación y aún de espiritualidad.
Pero la actividad como
servidora pública, la vida académica (docente, directiva, estudiante de
doctorado), el ejercicio de la música tampoco impedían a Maru cumplir con el
eje de su vida: su dimensión como esposa y como madre, su calidad de compañera
de Amando y de guía de Amanda, los dos grandes amores de su vida. ¿Cómo podía
cumplir con todo al mismo tiempo? ¿Cómo era posible que además de todo su
trabajo pudiera diseñar sus menús balanceados desde sus conocimientos de
Nutrióloga para la comida de toda la semana en su casa? La disciplina fue sin
duda la clave de esta labor titánica, la disciplina que era casi una segunda
identidad de Maru Mena.
4.-Disciplina apasionada, pasión disciplinada.
María Eugenia Mena
Sánchez podría dar la impresión a quien no la conociera bien o no la hubiera
tratado lo suficiente, de ser una mujer rígida o movida solamente por la
disciplina férrea y sin concesiones.
Sin embargo cuando uno
entraba en contacto con ella de manera más cercana y permanente, era casi
transparente adivinar que esa disciplina no era un conjunto de reglas y deberes
autoimpuestos sin sentido sino una manera de realizar de manera más eficaz una
pasión: una pasión por la vida, una pasión por el ser humano, una pasión por la
búsqueda de un mundo mejor con visión trascendente.
Disciplina apasionada o pasión disciplinada podrían
definir de manera más completa la complejidad del ser humano que fue, que sigue
y seguirá siendo para los que la tratamos, la quisimos, la admiramos, Maru
Mena. Una mujer que siguió con fidelidad su pasión por la vida gracias a su
disciplinada forma de vivirla, un ser humano que siguió con coherencia la
disciplina que guiaba sus días gracias a la profunda pasión que interiormente
la movía y que sin duda la sigue moviendo allá donde ahora está, mirándonos y agradeciendo
pero relativizando seguramente con su humildad este acto en su honor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario