1.-Creatividad y creatividades: ¿qué entendemos por
ser creativo?
“Pero ¡si es más el ruido que las nueces!”
C. Pellicer.
Pero, ¡si es más el
ruido que las nueces! Podríamos expresar con Pellicer si miramos a nuestro
alrededor y nos percatamos de que esta nuestra época en la que se habla por
todas partes de creatividad, de pensar creativamente, de ser creativos, es la
época de la masificación , la homogeneidad, la falta de originalidad, la
repetición y el tedio, el tedio de la repetición, la repetición hasta el tedio.
Sin embargo, ¿ no es
este tiempo el que explícitamente ha estudiado, analizado, investigado,
escrito, difundido y divulgado lo que es la creatividad ¿ ¿no es nuestro tiempo
el tiempo del “desarrollo de habilidades” en la educación, del fomento de la
creatividad en las aulas?
Además, ¿Qué me dices
de los comerciales televisivos cada vez más raros e impactantes, de las
películas de Hollywood llenas de efectos especiales, de la publicidad, la
música, las grandes construcciones “inteligentes”?
El problema parece
estar entonces, no en la carencia de creatividad sino, como en mucho de lo
humano que hoy anda en crisis, en cuál es su sentido. El problema no es de
cómos sino de para qués, no es de técnicas o medios sino de finalidades y
objetivos. El problema es que, como muchas otras cosas en nuestra sociedad de
consumo y de comunicación masiva globalizada, la creatividad se ha
deshumanizado.
Porque hay de creatividad a creatividad y si no veamos algunos ejemplos
de ello:
-Creatividad como rareza y entonces se trata de ser y hacer lo más
extraño, lo incomprensible, lo que a nadie diga nada pero a todos llame la
atención.
-Creatividad como impacto y tenemos a los publicistas que “no matan,
nomás atarantan” en su escalada de golpes a la emoción sin importar muchas
veces la ética.
-Creatividad como lujo y por ello lo más creativo –por no ser común,
por ser inaccesible a la mayoría de los poco creativos mortales- es lo más
caro, lo exclusivo, lo que se lleva con el “éxito”.
-Creatividad como maquillaje del pasado y
para eso tenemos que ir a un viejo catálogo o albúm fotográfico y copiar
cualquier modelo que fabricado hoy parecerá increíblemente creativo.
-Creatividad como “regreso a la tierra”, “barniz de naturaleza” o
“todo lo natural es creativo y todo lo creativo es natural”, y llegamos a
nuestra moda ecologista y a nuestras artesanías diseñadas para la vida moderna.
-Creatividad como llave del éxito y entonces tenemos que tomar
cursos relámpago de técnicas infalibles –todas iguales- para ser creativos y
acceder al nivel de los pocos elegidos que llegarán lejos en el mundo
empresarial, político o de las relaciones humanas.
Pero ¿Qué entendemos
entonces por ser creativos o por creatividad? Es más el ruido que las nueces
con tantas exigencias de creatividad, con tantas recetas para ser creativos.
“La
creatividad no es el don misterioso que sólo
unos
cuantos poseen, sino una tendencia que
brota
del hombre desde que es tal. Impulso
dinámico
por el cual transformamos nuestro entorno
mediante
el pensamiento y la acción, y que nos convierte
en
sujetos activos en camino de construcción y autoconstrucción...”
(Patiño, en Hernandez y Villegas, 1996, p. 37)
(Patiño, en Hernandez y Villegas, 1996, p. 37)
La creatividad no es un
don misterioso que poseen unos cuantos elegidos, no es un nivel de capacitación
al que se accede por la vía de cursos y conferencias famosas, no es una
apariencia que nos haga parecer diferentes a los demás o un gusto exquisito que
se hereda de generación en generación si se nace en ciertas familias de
privilegio.
La creatividad es una
tendencia que brota de todos los hombres y mujeres concretos, un impulso
dinámico por el cual nos sentimos empujados a modificar nuestro entorno, a no
conformarnos con lo que nos es dado, a no quedar satisfechos con una vida
mecánica determinada por el instinto. Esta transformación se realiza en nuestro
pensamiento pero también en nuestra acción, de nada sirve una idea genialmente
creativa si no se concreta en acción interna o externa que le cambie la forma a
la realidad y la haga más humana. Porque la creatividad es una capacidad humana
–una de las que nos distinguen de los animales-, la “capacidad de darle una
forma nueva a la realidad” . (Bazdresch y Villegas, 1994, p. 21)
De manera que la creatividad no es lo mismo
que la mera imaginación aunque requiere necesariamente de esta. La creatividad
no se queda en ideas geniales o en impulsos de originalidad, “Para que la
creatividad sea tal, necesita culminar en la transformación efectiva del
entorno...” (Patiño, en Hernandez y Villegas, 1996, p. 38), la creatividad no
es mera apariencia sino real transformación, verdadero cambio del entorno que
rodea al sujeto creativo. Este cambio de forma, por ser producido por manos
humanas, lleva a la emergencia del mundo propiamente humano, proporcionado a la
realidad humana y a la evolución de su capacidad de búsqueda y hallazgo.
Bazdresch (s/f) señala que por la
creatividad es que nace y se desarrolla la cultura –entendiendo cultura en un
sentido amplio como todo lo creado por la mano humana-. Por la creatividad
entonces, se humaniza el mundo, con lo que esta humanización implica en un
proceso dialéctico en el que siempre coexiste el progreso y la decadencia, el
avance y el retroceso.
2.-Creatividad y método
fundante: ¿Desde dónde entendemos nuestro ser creativo?
“Aquí
no suceden cosas
de
mayor trascendencia que las rosas.”
C.
Pellicer.
El problema de la
creatividad y su desarrollo, influencia y hasta moda en la educación
contemporánea es la proliferación de visiones parciales que, -explorando a
detalle los componentes y elementos, las habilidades y posibilidades de
desarrollo y las relaciones invariantes que de acuerdo a la estructura cerebral
humana hacen posible la emergencia y desarrollo de este impulso-, enfatizando
la parte pierden de vista el todo y con ello también, el sentido de la
creatividad se va diluyendo.
Nos encontramos
entonces con métodos, técnicas, investigaciones o ensayos que hablan de
creatividad y la analizan desde estas perspectivas parciales y nos dan una
serie de listados de habilidades relacionadas, nos hacen análisis
neurofisiológicos, nos demuestran que con tal o cual técnica se incrementa el
potencial creativo del sujeto o nos presentan los productos de estos procesos
creativos. Tenemos entonces visiones de los componentes, las herramientas, los
productos o las relaciones y procesos pero perdemos de vista la fuente
originante de ellos, el marco que los integra con todo lo demás y les da
sentido: la persona humana, el sujeto humano en toda su complejidad y riqueza.
Es así que vemos
claramente que la mayor parte de estas visiones prescinden de un planteamiento
ético o de un sustento antropológico, no van más allá de lo pragmático y nos
presentan solamente los cómos para lograr productos “novedosos”, “originales”,
“diferentes” y nos hablan de “atreverse a ser distintos”, de “salir de la
rutina”, de “innovar”, pero sin decirnos los requisitos, las exigencias, las
normas, las consecuencias de estos cambios para que sean auténticamente
creativos.
Podemos entonces ver
que esto ha producido el ruido que es mucho mayor que las nueces y nos tiene
sumidos en el reino donde todo cambia –de apariencia- para que todo siga igual
– de forma- y a eso puede fácilmente contribuir una educación que busque la
creatividad como mero cambio o innovación sin preguntarse por su sentido.
¿Desde dónde entender
la creatividad?
“Somos pieles que se
estiran en una búsqueda” dice Mc. Shane de los seres humanos, “somos complejas
totalidades en tensión” dice Lonergan, “somos seres inacabados” dice Fullat,
somos “animales no fijados” dice Nietzche, en síntesis podemos decir que somos
seres en construcción permanente, un permanente “YA Y TODAVÍA NO” que jamás se
cumple del todo, que siempre está en movimiento.
Pero esa búsqueda tiene
una estructura, todo un conjunto de operaciones que ser interrelacionan y van
llevándonos más o menos genuinamente a “llegar a ser lo que somos”, es decir, a
legar a ser humanos, cada vez más humanos...
Es en esta fuente
básica, en el fluir de nuestra consciencia intencional que nos hace ser sujetos
empíricos y buscar datos del mundo o de la misma consciencia, sujetos
inteligentes que buscan entender a partir del hecho incuestionable del
preguntar humano que nunca se acaba, sujetos críticos al tratar de afirmar la
realidad de aquello que vamos entendiendo, sujetos libres al tener que decidir
el curso de nuestra vida a pesar de todas las determinaciones. En este flujo y
en su estructura es que debemos ubicar nuestra indagación para entender la
creatividad como dinamismo que compone parte de esta búsqueda. (Lonergan, 1992).
Esta aventura que
somos, este reto de ir transformando lo que nos rodea para dibujarlo a nuestra
proporción y darle un sentido para nosotros, tiene una serie de exigencias
inmanentes que hay que ir descubriendo si queremos entender cabalmente el
dinamismo de nuestra creatividad: el ser sujetos empíricos nos exige ser
atentos a lo que nos rodea y a lo que nuestra propia consciencia nos aporta
como datos, el ser sujetos inteligentes nos exige apertura a la comprensión por
encima de otros intereses, el ser sujetos críticos nos exige buscar pruebas,
afirmar en base a evidencias, razonar. Finalmente, el ser sujetos libres nos
exige valorar y decidir con elementos suficientes y responsabilizarnos de esas
decisiones y sus consecuencias.
Aquí está la fuente de nuestro
dinamismo creativo, tenemos la posibilidad de acceder a la actualización
progresiva de la creatividad en tanto somos capaces de ir explicitando,
desarrollando, apropiando cada vez más nuestro propio modo de operar de
acuerdos a sus exigencias fundantes. Este es el reto fundamental: apropiarnos
del método que somos, de esa serie de “operaciones recurrentes y relacionadas entre sí que producen
resultados acumualtivos y progresivos “ (Lonergan, 1988) en nuestro proceso de
búsqueda.
Porque hay o puede
haber una creatividad meramente sensible, una creatividad sensible e
inteligente, una creatividad crítica y razonable, una creatividad responsable.
Porque no puede haber creatividad si no hay una cuidadosa atención (como decía
el mismo Newton. Cfr. López Calva, 1998), no puede haber creatividad genuina si
no hay inteligencia actuante, no hay creatividad sin razonabilidad, no hay
creatividad sin una real libertad responsable de sus productos.
“Aquí no suceden cosas
de mayor trascendencia que las rosas”, dice Pellicer, pero uno puede ver las
rosas y no encontrar nada allí o puede admirarlas y saborearlas y descubrir
todo un mensaje de humanización implícito en ellas. Aquí no suceden cosas de
mayor trascendencia que la vida humana, que la operación de la consciencia
humana, que la búsqueda humana, pero si esta búsqueda se desarrolla de una
manera atenta, inteligente, razonable y responsable podemos entonces descubrir
que se va volviendo una búsqueda creativa, una búsqueda que realmente
transforma el entorno y transforma al sujeto, humaniza al entorno y humaniza al
sujeto.
3.-La autoconstrucción como
tarea creativa fundamental.
“Y
moví mis enérgicas piernas de caminante
y
al monte azul tendí.
Cargué
mi noche entera en mi dorso de Atlante.
Cantaron
los luceros para mí...”
C.
Pellicer.
Es entonces cuando
empezamos a descubrir otra dimensión de la creatividad y “movemos nuestras
enérgicas piernas de caminante” y tendemos al monte azul de un continuo
descubrimiento, de un camino de humanización interminable.
“The highest function of these four levels is
for me, to take hold of my life, to decide what
I am going to make of myself...”
(Lonergan,
1994, p. 58)
Porque la más alta
función de nuestro operar consciente con todos sus niveles complejos y sus
exigencias de realización es precisamente el tomar nuestra vida en nuestras
manos, el decidir lo que vamos a hacer de nosostros mismos. Dos preguntas
fundamentales plantea Zubiri para el ser humano (Prado, 1998) : ¿qué va a ser
de mí? Y ¿qué voy a hacer de mí? La primera es cuestión de las circunstancias
sociales, históricas, políticas , económicas o culturales o, simplemente de
aquello que llamamos destino. Pero la segunda es plenamente asunto nuestro, es
el reto creativo fundamental, el reto de ir definiendo, optando, eligiendo el
camino y la actitud que vamos a asumir en medio de esas circunstancias en las
que nos va tocando vivir. La creatividad no es entonces un simple ser diferente
por ser diferente o un mero hacer cosas novedosas u originales en el sentido de
distintas de lo normal. La creatividad es un asunto de cómo vamos recreando el
mundo en que nos toca vivir para hacerlo cada vez más humano y de cómo vamos
eligiendo y eligiéndonos en ese mundo para hacernos a nosotros mismos y
hacernos de un modo cada vez más humano.
“Mediante
la actividad creadora , el sujeto traduce
el
mundo a su lenguaje propio y le otorga un sentido
particular.
De ahí que crear sea también auto-crearse,
autodefinirse,
autoconstruirse.”
(Patiño,
en Hernandez y Villegas, 1996, p. 39).
Mediante la actividad
creadora traducimos y damos sentido al mundo, vamos construyendo nuestro mundo
dentro del mundo y por ello vamos creando y recreando la realidad pero también
vamos creando y recreando el personaje que somos dentro de ese drama que vive
la humanidad en su proceso de realización y en el que nosotros tenemos un
compromiso pequeño pero imprescindible que cumplir.
“El
oráculo délfico recogido por Píndaro ordena: ´llega a ser lo que eres´.
Es
decir, asume del modo más armónico, menos doloroso, más creativo,
La
pugna dialéctica entre la universalidad heroica del querer y la
Peculiaridad
irremediable con que en ti se da...”
(Savater,
1994, p. 110)
El oráculo délfico
decía: “llega a ser lo que eres” y ese es el reto por descubrir, esa es la pregunta
básica por responder, ese es el reto creativo por desarrollar. Lo que esatá en
juego en el ser o no creativos es mucho más que el resolver problemas laborales
y profesionales con eficiencia o el diseñar un producto novedoso, lo que está
en juego en el ser o no creativos es nuestra propia persona y su
desenvolvimiento dentro del mundo a partir del sentido que vayamos encontrando
en él.
“Nos
definimos siempre en diálogo con y algunas
veces
en lucha contra, las identidades que nuestros
otros
significativos quieren reconocer en nosotros...”
(Lawrence,
citando a Taylor, 1991, p. 33)
Este reto creativo es
más complejo si consideramos que tenemos que irnos inventando y reinventando,
creando y recreando en diálogo con los otros y que esto sucede algunas o muchas
veces en lucha o en confrontación con lo que los demás quisieran que fuésemos
(desde nuestros padres, nuestros maestros, nuestros amigos, nuestros jefes,
etc.)
De modo que el reto
creativo tiene que ver necesariamente con el desarrollo de nuestra apertura a
los otros y con la capacidad de estar abiertos a sus sugerencias y aportaciones
sin ceder ciegamente a sus exigencias ni orientar nuestra vida ciegamenta a
partir de lo que los demás desean de mí. Se puede ser muy imaginativo, muy
original en el trabajo, se pueden inventar toda una serie de productos
distintos, llamativos, impactantes (que es a lo que hoy socialmente llamaríamos
ser creativos) y sin embargo, ser completamente incapaces de irnos eligiendo y
de ir descubriendo nuestro propio rumbo, ser completamente esclavos de lo que
la sociedad nos dice que hagamos de nosotros y desear lo que ella nos pide
desear, amar lo que ella nos pide amar, buscar lo que ella define como buscable
e incluso ser creativos de la manera y con los límites que ella nos va
planteando.
Octavio Paz decía que
la “libertad no necesita tanto de alas como de raíces”. Esta frase puede
aplicarse perfectamente a la creatividad entendida como aquí la hemos
planteado: la creatividad no necesita tanto de alas como de raíces. El ser
creativo es cuestión de talento pero también y sobre todo, de fundamento.
4.-La educación personalizante
como reto creativo.
“...Déjame
un solo instante
cambiar
de clima el corazón...”
C.
Pellicer.
Es aquí donde entra
plenamente la educación. No en el sentido que hasta hoy venimos hablando de
ella con todo lo innovador y lucidor que resulta decir: “que la educación debe
fomentar la creatividad”, “que en el aula deben desarrollarse las habilidades
creativas”, “que el alumno debe ser libre para crear cosas novedosas”, etc.
Entender la educación
como una búsqueda permanente de aquello que hace al estudiante llegar a ser
persona con todo lo que esto implica, entender la educación como reto
creativo que debe llevar a la
personalización del alumno, implica necesariamente un cambio en nuestra visión
de la creatividad en la educación.
Si
se entiende así, todo proceso educativo es un reto creativo que tiene que ir
promoviendo espacios y disparadores de experiencias por las cuales el
estudiante y el grupo vayan descubriendo su propia búsqueda personal y
comunitaria y vayan encontrando los medios para facilitar el desarrollo
progresivo de esa capacidad de autoconstruirse de acuerdo a los fundamentos, a
las raíces que vayan descubriendo y reencontrando y aceptando como válidas
durante su trayecto por la existencia.
“Para
Lonergan, la libertad es un asunto no
de
indeterminación sino de autodeterminación
y
lo que más determina la autoconstitución de la
persona
es el compromiso que emprende...”
(Lawrence,
s/f. P. 10)
Entonces el desarrollo
de la creatividad tiene relación directa con el desarrollo de la libertad de
los estudiantes, entendida no como indeterminación sino como autodeterminación, como capacidad para asumir
compromisos en su propia proceso de autoconstrucción.
The development of intelligence effects a shift
In the center of gravity of a person´s orientation...”
(Lonergan,
1993, p. 105)
el desarrollo de la
creatividad pasa necesariamente por el desarrollo de la inteligencia, por ese
desarrollo que efectúa un cambio en el centro de gravedad de la orientación
personal porque lo hace abrirse al cuestionamiento permanente y a la búsqueda
de la comprensión del mundo y de la propia existencia por encima de cualquier
cosa ya establecida o determinada externamente. Esto orienta necesariamente
hacia la continua creación y recreación del mundo y del propio yo. La educación
personalizante tiene la tarea fundamental , más allá de toda técnica o
metodología de desarrollo de habilidades, de “cambiar el clima del corazón” de
los estudiantes y llevarlos a esta apertura y desarrollo de la propia
inteligencia y de la propia afectividad para acercarse a esta búsqueda
permanente de autoconstrucción.
5.-Hacia una didáctica
personalizadora.
“...siente
la vibración; y la conciencia
tiembla
en cada palabra...”
C.
Pellicer.
El profesor que “siente
la vibración” de esta búsqueda de humanización encerrada en cada uno de sus
estudiantes y encerrada también en la humanidad toda que sigue buscando
implícita o explícitamente un camino hacia la humanización colectiva, empieza a
comprender de otra manera su tarea cotidiana y a descubrir que la “docencia
afecta la eternidad” y que esto implica un compromiso muy serio.
“One can see teaching as an act that,
when done well, fully occupies the present
moment, but also always with an eye on the future...”
(Hansen,
1995, p. 161).
Es entonces que empieza
a entender la educación como un continuo buscar la facilitación de los procesos
de personalización de los estudiantes y a comprometerse creativamente con esta
búsqueda, es aquí cuando empieza a entrar en una dinámica que convierte
progresivamente su práctica docente rutinaria en praxis docente creativa y
comprometida. Esta dinámica de búsqueda puede llamarse “didáctica
personalizadora” si entendemos didáctica no como el “arte de enseñar” de
acuerdo a modelos preestablecidos o un conjunto de modos de hacer en el aula
para promover el aprendizaje sino como un proceso de búsqueda permanente de
esos cómos de facilitación del aprendizaje a partir de la TRANS-formación
intelectual y moral del docente en ejercicio, una búsqueda genuina en tanto que
responde a las exigencias de ese método que todos somos y que pone al profesor
dentro del flujo histórico integrado por “todos los profesores concretos que
han buscado, que están buscando hoy y que en el futuro van a buscar los modos
más efectivos de contribuir a la facilitación de los procesos de
personalización de los estudiantes”. En esa dinámica el profesor empieza a
vivir plenamente el presente de su aula pero siempre con una mirada puesta en
el futuro que quiere contribuir a construir.
“We are dealing with free persons, persons whose
freedom is coming to birth; we cannot manipulate
them like robots...”
((Crowe, 1985, p. 27)
“We cannot be simply passive receivers of a tradition
from the past...we have also to be creative agents of a new
improved tradition, one that operates at the level of our times...”
(Crowe, 1985, p. 106)
(Crowe, 1985, p. 106)
El estar inmerso en esa
corriente dinámica que aquí hemos llamado “didáctica personalizadora” nos va
haciendo caer en la cuenta de que estamos en el aula en un encuentro de
libertades y que aunque la intervención educativa es planificada y de algún
modo forzada para los estudiantes, no podemos manipularlos como simples robots
sino que tenemos que entrar en un doble proceso en el que ganemos su interés y
comprometamos su libertad en esta búsqueda y por otra parte ayudemos al
estudiante a ir descubriendo y desarrollando humanamente su libertad.
Esto lleva al docente
también a entender que no podemos ser simplemente pasivos receptores y
transmisores de una tradición recibida del pasado sino que tenemos que ser
capaces de cuestionar, discernir, autentificar esa tradición y de incorporar
los elementos válidos que se extraigan de ella en una búsqueda creativa para la
construcción de una nueva tradición que opere al nivel de nuestros tiempos. El
trabajo crítico y creativo con estos dos vectores constituye el dinamismo de
una educación auténticamente personalizante: el acopio y análisis crítico de la
tradición heredada y el descubrimiento y construcción creativa de una siempre
nueva tradición que opere al nivel de cada época.
Entrar a esta dinámica,
incorporarse a la búsqueda que llamamos “didáctica personalizadora” hace además
que el docente no se sienta solo: porque está acompañado por todo un colectivo
de profesores que hoy buscan lo mismo desde sus propias trincheras y
horizontes, está acompañado por siempre por todos aquéllos docentes que en el
pasado aportaron algo a esta búsqueda –conocidos o anónimos- y está acompañado
desde hoy por la certeza de que habrá otros muchos profesores en el futuro que
se comprometan con esta búsqueda de acuerdo a lo que en cada tiempo y sociedad
vayan descubriendo como valioso para esta personalización.
6.-No es cuestión de perfiles
sino de autenticidad.
“...para
qué me diste
las
manos llenas de color.
Todo
lo que yo toque
Se
llenará de sol...”
C.
Pellicer.
Si entendemos bien esta
perspectiva, se verá con claridad que no estamos hablando de una nueva teoría
sino de un renovado compromiso con lo humano y su construcción, que no estamos
presentando una metodología sino tratando de hacer explícito el método que
somos de acuerdo al cual todas las metodologías diversas se pueden ir
construyendo, que no estamos buscando un perfil ideal de profesor sino una
búsqueda de autenticidad en cada profesor. En síntesis, la pregunta sería:
¿cómo contribuyo a la personalización de mis estudiantes? Y la respuesta es:
siendo cada vez más yo mismo, auténticamente yo mismo, creativamente yo mismo
como docente.
El problema de la
formación de profesores para la creatividad no está entonces en la enseñanza de
una serie de técnicas o el aprendizaje de conocimientos sobre el funcionamiento
del cerebro, el hemisferio derecho, las habilidades creativas y su
facilitación, -elementos todos que
ayudan pero no garantizan -, sino en que cada profesor vaya autodescubriendo su
capacidad y potencial creativo a partir de la explicitación del método que es y
sus exigencias, y que cada profesor vaya entrando en una dinámica de
TRANS-formación de su mente y de su corazón que le vayan dando unas manos
llenas de color para que “todo lo que toque se llene de sol”.
“Noble
es, en general, todo espíritu que posee
el
don de transformar el negocio más nimio y
el
objeto más pequeño en un infinito, por su
forma
de tratarlo...un espíritu noble no se contenta
con
ser libre: tiene que poner en libertad a lo que le rodea...”
(Schiller
, en Savater, 1995. P. 109)
La clave está en cómo
hacer que el espíritu de cada docente se vaya construyendo y reconstruyendo
como un espíritu noble, un espíritu capaz de transformar lo más nimio y más
pequeño – como una materia, un salón de clases, un estudiante más- en un
infinito, por su forma de tratarlo. Lo que buscamos es un docente con espíritu
noble que no se contente con ser libre sino que busque la liberación de lo que
le rodea, empezando obviamente por sus estudiantes.
7.-De la creatividad como
humanización a la humanización de la creatividad.
“...Todo
lo que es capaz de ser anuncia
su
nombre. ¡Cuánto y cómo lo pronuncia!
Se
enciende un nuevo sol,,,”
C.
Pellicer.
El problema de la
creatividad en las aulas no se solucionará entonces con cursos de creatividad
en el sentido técnico o “científico” tradicional sino con una
reconceptualización de la creatividad que la haga más humana
. ¿Cuál es el reto de un profesor para estimular la creatividad en sus
estudiantes?
En primer lugar
entender la creatividad desde el manantial del flujo de la consciencia como un
dinamismo o una fuerza humana que nos mueve hacia la humanización permanente y
progresiva, entender la creatividad como el reto de hacer al mundo de una forma
humana y de hacernos más humanos en ese proceso, de hacernos más humanos y de
hacer más humano al mundo simultáneamente.
En segundo lugar asumir
su propio desafío de autocreación como persona y como docente y emprender esa
tarea con seriedad.
En tercer sitio, mirar
la docencia cotidiana con perspectiva de infinito y como una oportunidad de
compartir la propia tarea creativa con el desafío creativo de autoconstrucción
de sus estudiantes, para ello, y sólo hasta esta etapa, algunos conocimientos o
técnicas de creatividad pudieran ayudar. Porque sólo entendiendo la creatividad
como humanización podrá el docente llegar a la humanización de la creatividad
en el aula y superar las visiones parciales o superficiales, las percepciones
técnicas de lo que es ser creativo y por qué es importante serlo.
“Sólo
teniendo un sentido de la dirección de la
historia
se pueden amar las realidades terrenales
y
creer- con caridad- que existe aún un lugar para
la
esperanza...”
(Eco,
1997, p. 32).
Porque, concluyendo, el
problema de la creatividad en la educación, como muchos problemas de la
educación actual son problemas de sentido y no de contenido o forma. El
problema es redescubrir el sentido del ser creativos y ese sentido es la
humanización personal y social y la búsqueda de humanización en la historia que
es nuestra tarea permanente, la que nunca vamos a terminar de resolver pero a
la que podemos acercarnos asintóticamente , paso a paso.
“The babel of our day is the cumulative product
of a series of refusals to understand...”
(Lonergan,
1992, p. 267)
Porque la babel de
nuestros días es el resultado de toda una acumulativa serie de negaciones de la
inteligencia y de la comprensión de lo humano, debida a la absolutización de
intereses particulares, personales, de
grupo o clase. En esta babel esta metida nuestra educación, reproduciendo mucho
de los significados y valores de esta sociedad decadente en la que se siguen
acumulando negaciones de la inteligencia en vez de emerger nuevas comprensiones
globales sobre el sentido de nuestro mundo.
“Una
comunidad no es solamente el número de hombres
que
viven dentro de unas fronteras geográficas.
Es
la realización de una significación común...”
(Lonergan,
1988, p. 82).
Aquí está el desafío
creativo fundamental que se presenta hoy para la educación: contribuir a la
salida de esta babel mediante el cultivo de la apertura a la inteligencia, a la
crítica, a la deliberación responsable, a la reconstrucción de nuestros
significados, es decir, a la construcción de una auténtica comunidad humana:
una comunidad en la que compartamos no solamente unas fronteras geográficas o
un planeta en el cual vivir sino la búsqueda permanente de la realización de
una significación común: allí está el compromiso humanista con el cambio de
época que debe cumplir hoy la educación.
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creatividad. UIA Sta. Fe. México.
Bazdresch, J. Y Villegas,
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hombre. UIA Sta. Fe. México.
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Hansen, D. (1995). Tha
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Lonergan, B. (1988) . Método en
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López Calva, M. (1998). Pensamiento
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mi propio corazón: educación personalizante y TRANS-formación docente. Hacia
una visión integral del proceso educativo. Tesis doctoral en proceso. UAT.
Patiño, H. (1996). “Reflexiones acerca de la creatividad”. En Hernandez,
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Savater, F. (1994). El contenido
de la felicidad. Ed. El País-Aguilar. Madrid.
Savater, F. (1995). Etica como
amor propio. Ed. Grijalbo- Mondadori. Barcelona.
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