Fragmentos de: López-Calva, M. (1998). Aquí quiero yo verlos. La lucha y la danza en las aulas. Puebla, México. Universidad Iberoamericana Golfo Centro.
Alta traición
educativa
(Parafraseando a Jose Emilio Pacheco)
*Para Jorge
Abascal, lector y buscador de poesía
No amo la escuela
su fulgor abstracto es inasible
pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez rincones suyos
cierta gente
alumno, aulas si brillo
gises que profetizan
sueños comunes,
algunos profesores que hacen historia
y tres o cuatro libros.
Pascal tenía
razón…
Indudablemente, hay razones de educación que la
calificación no entiende…
De Herodes a
Pilatos…
I
Los “santos inocentes”: A esta educadora le
decían Herodes porque tenía siempre la palabra y la actitud más eficaces para
matar la creatividad y la autoestima de sus pequeños estudiantes.
II
Pilatos: Cuando se desataba “la pasión” en las
discusiones de clase, este profesor siempre “se lavaba las manos”.
III.
Pilatos 2: Este profesor nunca falla: en cualquier
conflicto en el grupo, siempre deja libre al “Barrabás” y “crucifica” al
inocente.
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